Una revisión de expertos de bebés muy prematuros (nacidos dos o más meses antes de tiempo) descubre retos a los que enfrentan los bebés muy prematuros por la interrupción del importantes procesos de desarrollo del…
El desprendimiento de retina en el bebé recién nacido se produce casi exclusivamente en el contexto de la retinopatía de la prematuridad.
La retinopatía de la prematuridad o ROP es una enfermedad multifactorial relacionada con el uso de oxígeno en grandes prematuros. Aunque el oxígeno puede salvar la vida de un recién nacido prematuro, su uso también se asocia a complicaciones como éstas, sobre todo en los prematuros más inmaduros y de menor peso al nacer.
Factores de riesgo, diagnóstico y tratamiento
De hecho, los factores de riesgo más importantes para el desarrollo de la retinopatía de la prematuridad son la oxigenoterapia, la prematuridad y el bajo peso al nacer.
El tratamiento se basa en la fotocoagulación con láser (aunque existen prometedores estudios probando con fármacos) y es necesario un seguimiento de los prematuros de riesgo para aplicar el tratamiento cuando sea necesario. El 80% de los casos de retinopatía de la prematuridad se resuelven espontáneamente y solo el 20% va a presentar algún grado de cicatriz.
Cuanto más grave es la enfermedad, más riesgo de cicatrices y por lo tanto más riesgo de desprendimiento de retina o alteraciones de la vista. La probabilidad de ceguera asciende al 50% si no se aplica el tratamiento cuándo existen criterios para realizarlo.
En la retinopatía del prematuro, lo que sucede es un crecimiento descontrolado de los vasos sanguíneos de la retina. A partir de las 16 semanas de gestación, los vasos de la retina van creciendo hacia la zona periférica hasta el momento del nacimiento. Pero la retina se desarrolla antes que los vasos y como necesita oxígeno para crecer, estimula la producción de un factor de crecimiento denominado factor de crecimiento endotelial, que estimula la proliferación de los vasos sanguíneos destinados a aportar el oxígeno necesario para el crecimiento de la retina.
Cuando las necesidades de oxígeno están cubiertas, la producción del factor de crecimiento endotelial disminuye en un mecanismo que se regula mutuamente. Cuando el bebé nace prematuro, habitualmente presenta problemas respiratorios y necesita oxígeno suplementario. Este aumento artificial del oxígeno disponible en la retina hace que el desarrollo de los vasos sanguíneos se interrumpa y disminuya el oxígeno que llega a la retina. Ante esta situación, aumenta nuevamente el factor de crecimiento endotelial y se crean nuevos vasos sanguíneos, pero en un momento inadecuado y de forma descontrolada provocando la enfermedad.
Para hacer un diagnóstico precoz existe un programa de detección en todas las unidades de neonatología que atienden prematuros. Es necesario hacer el seguimiento de los recién nacidos con menos de 32 semanas de edad gestacional, menos de 1500 gramos o que hayan tenido otra enfermedad grave.
Desprendimiento de retina en bebés recién nacidos
Existe una clasificación de la gravedad de la retinopatía en función de la localización, la gravedad y la extensión que distingue 5 estadios. Los estadios más graves, 4 y 5, suponen la existencia de desprendimiento de retina parcial y total respectivamente.
El tratamiento actualmente indicado en estos casos es el láser, aunque se está probando el bevacizumab, un anticuerpo monoclonal que se utiliza en el tratamiento de ciertos tipos de cáncer por su acción de inhibición del crecimiento de los vasos sanguíneos. Este fármaco actúa como inhibidor del factor de crecimiento endotelial, responsable de la proliferación de los vasos anormales de la retinopatía de la prematuridad.
Con los cuidados neonatales actuales está aumentando mucho la supervivencia de los prematuros más pequeños e inmaduros, pero la incidencia de la retinopatía del prematuro que desemboca en desprendimiento de retina en bebés y ceguera, varía mucho en función del nivel de desarrollo de los países que se estudien. En los países más desarrollados los programas de cribado han conseguido disminuir mucho los casos de ceguera por desprendimiento de retina, pero en países menos desarrollados este sigue siendo un problema importante.
Afortunadamente, gracias a la telemedicina, es posible que personal entrenado tome imágenes de la retina del prematuro que se envían a través de internet para valoración por expertos en oftalmología neonatal, mejorando el pronóstico de los prematuros nacidos en sitios más desfavorecidos que no cuentan con especialistas en el manejo de esta enfermedad.
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