España celebra hoy el Día Nacional de la Conciliación y la Corresponsabilidad en un momento especialmente relevante ya que la pandemia, sus restricciones y la excesiva «timidez» de las nuevas medidas políticas de corresponsabilidad revelan los puntos débiles de nuestro país en esta materia.
Día Mundial de la Conciliación y de la Corresponsabilidad Real
23 de marzo. Día de la Conciliación y de la Corresponsabilidad Real, un gran día para la sociedad… si no fuera porque, al menos por ahora, no pasa de ser una fecha marcada en el calendario como un mero acto simbólico. La medida tiene su relevancia, sí: va encaminada a concienciar a toda la sociedad de la importancia que tiene la conciliación y la corresponsabilidad para la calidad de vida de las familias, las personas… y los niños, los grandes olvidados, nuestros ciudadanos de segunda.
Porque vivimos en una sociedad de consumo que se preocupa más de la productividad de los adultos que del bienestar de las generaciones que, a falta aún de ser las del futuro, ya son las del presente. Y quedan desatendidas, separadas de sus padres, y de sus madres que no pueden ni siquiera cumplir las recomendaciones básicas de la Organización Mundial de la Salud de ofrecer a sus hijos los seis meses mínimos de lactancia materna, porque el permiso de maternidad es en España de cuatro meses, uno de los más cortos de toda la Unión Europea.
Sí, este año nos han igualado los permisos de maternidad/paternidad, en pro de la igualdad. Pero no hemos descorchado aún botellas de champán porque hemos ganado en derechos; pero hemos sacrificado pilares por tener tejados. Y es que seguimos dejando de lado los derechos y las necesidades más básicas de la infancia: el sostén, el apoyo, el acompañamiento… el vínculo del bebé con su principal figura de apego.
También se nos sigue vetando el derecho a elegir, a ser madres trabajadoras por cuenta ajena, autónomas o dedicar una etapa de nuestras vidas a la crianza de nuestros hijos. Eligen por nosotras las circunstancias, nuestras empresas, la economía familiar… Factores externos que nada tienen que ver con lo vital, con lo ferozmente natural.
No, en España no podemos celebrar aún el Día Mundial de la Conciliación y de la Corresponsabilidad Real. Y no podremos hacerlo mientras sigamos hablando de que los padres «ayudan» en lugar de colaborar en la crianza de sus hijos y el cuidado de su hogar. Y mientras, nuestra maternidad es silenciada, a menudo defendida en tribunales ante multinacionales que aún siguen usando cláusulas anti-embarazo en sus contratos. Otra verdad silenciada. Hay tantas…
“Es urgente visibilizar todas las dificultades a las que nos estamos enfrentando y que continúan siendo invisibles. Si la necesidad de adoptar medidas de conciliación y corresponsabilidad antes eran importantes, ya no pueden esperar más”, asegura Yolanda Besteiro, presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas (FMP).
Las restricciones de la pandemia han frenado el calendario de actividades diversas con las que el Gobierno, seguro, hubiera adornado la celebración de este día. Pero ¿tenemos algo que celebrar? ¿Qué pasaría si levantáramos la alfombra de la corresponsabilidad en 2021? ¿Cómo encontraríamos de limpio nuestro suelo a nivel profesional y personal?
Entre las materias que se pretendía trabajar hacia la conciliación y la corresponsabilidad real se encontraban la aplicación de horarios racionales, la implantación de mecanismos de flexibilización de la jornada entre otras y el teletrabajo. Veamos cuánta pelusa hemos ido acumulando en este año…
Conciliación y Corresponsabilidad en tiempos de pandemia, 2021
La Unión de Asociaciones Familiares (UNAF) denuncia que la pandemia ha puesto al descubierto las enormes contradicciones y deficiencias de un sistema que rompe el equilibrio entre vida familiar, laboral y personal:
“Los cuidados, imprescindibles para la vida y para nuestro desarrollo como personas y como sociedad, quedan relegados a un segundo plano, recayendo en las familias y en el trabajo gratuito de las mujeres”, señala Ascensión Iglesias, presidenta de UNAF.
La entidad urge a construir un nuevo marco político, económico y social que garantice la corresponsabilidad de hombres y mujeres, empresas, instituciones y Administraciones Públicas, como única forma de garantizar los derechos y bienestar de todas las personas y lograr una sociedad sostenible.
Ante ello, sostiene que “la pandemia puede y debe ser un punto de inflexión para plantearnos cómo situar a las personas en el centro de la vida, en ejercicio pleno de sus derechos, cómo lograr la corresponsabilidad en el cuidado y, en definitiva, para repensar la sociedad que queremos”.
Especial impacto sobre las mujeres
Los efectos económicos y sociales derivados de la crisis causada por la pandemia están afectando de manera especial a las mujeres, ya que ellas partían de una situación de mayor precariedad laboral, agravada ahora con despidos, reducciones de jornada, bajas voluntarias y abandono de procesos de búsqueda de empleo ante la incertidumbre generada.
Yolanda Besteiro alerta de las consecuencias en la salud psicosocial de las mujeres, con un aumento significativo de cuadros depresivos, soledad, tecno-estrés, adaptaciones de jornada con horarios impredecibles, falta de desconexión, y superposición de tareas de trabajo y cuidado en el mismo tiempo y espacio.
En este sentido, Besteiro recuerda que el mayor escollo para las mujeres es el cuidado no remunerado, que consume un tiempo incompatible con la generación de rentas económicas y supone un grave coste económico y social para las mujeres. “La provisión del cuidado se hace a costa de la salud y de la independencia económica de las mujeres”, asegura.
Por ello, reclama inversión pública en el sistema de protección y de cuidado, salarios dignos y medidas que luchen de forma efectiva contra la brecha salarial, sistemas fiscales más justos y equitativos que contemplen la perspectiva de género, planes específicos de empleo para mujeres, medidas de conciliación que promuevan la corresponsabilidad (horarios flexibles, bolsas de horas, trabajo por objetivos…) y apoyo psicosocial a las mujeres.
¿Qué dice el ámbito normativo sobre la Conciliación y la Corresponsabilidad?
El Estatuto de los Trabajadores el que establece en su art. 34.8: “El trabajador tendrá derecho a adaptar la duración y distribución de la jornada de trabajo para hacer efectivo su derecho a la conciliación.”
En la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres (Ley de Igualdad) se desarrolla este concepto. Así, en su artículo 14.8 se establece que la conciliación y la corresponsabilidad serán criterios generales de actuación de los Poderes Públicos:
“El establecimiento de medidas que aseguren la conciliación del trabajo y de la vida personal y familiar de las mujeres y los hombres. Así como el fomento de la corresponsabilidad en las labores domésticas y en la atención a la familia”.
Pero ¿se cumple?
La corresponsabilidad, el camino a la igualdad
La corresponsabilidad o el reparto de responsabilidades no es una actitud de ayuda sino que se define como lo justo y equitativo: es la distribución equilibrada en el seno del hogar de las tareas domésticas y del cuidado de hijos y personas dependientes. Pero también implica el igual acceso a los espacios de educación y trabajo.
Y solo así, de esta forma, seremos ciudadanas y ciudadanos con libre y pleno desarrollo de opciones e intereses, independientemente de nuestro género. Solo así se contribuye a alcanzar la igualdad real y efectiva entre ambos sexos.
El deseo es la semilla. De momento su flor es una utopía. Pero ya hemos sembrado… Ahora sólo queda que hombres y mujeres, instituciones públicas y empresas, seamos conscientes de que debe existir un equilibrio en nuestras funciones. Así, la palabra corresponsabilidad o el término conciliación serán reales al 100%, y no solo una fecha simbólica marcada en el calendario.
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