Dormir con luz encendida, ¿es bueno que les dejemos?

¿Es malo que nuestros hijos duerman con una luz encendida? ¿O podemos ser flexibles en el caso de que lo necesiten para dormir sin miedos?

Este post se publicó originalmente el 10/04/2021 y ha sido actualizado en fecha 10/10/2024

¿Qué pasa si los niños duermen con luz encendida? Esta es una duda que a menudo tenemos con nuestros peques. Para muchos niños, tener una pequeña luz encendida de acompañamiento les ayuda a conciliar el sueño y a volverse a dormir si se despiertan por la noche. Pero, ¿es necesario que haya oscuridad para que descansen? ¿Puede alterar de alguna forma los ciclos del sueño?

¿Es malo dormir con la luz encendida?

La evidencia científica demuestra que es mejor dormir con la luz apagada para mejorar el descanso. De hecho, mantener la luz encendida por la noche puede alterar la producción de melatonina, sustancia que regula los ritmos circadianos y nos ayuda a distinguir el día de la noche. Dormir con la luz encendida «confunde» a nuestro cerebro, que cree que aún es de día y no permite un descanso adecuado.

Ahora bien, hay peques que tienen auténtico pánico a la oscuridad. En estos casos, hasta que crezca, una pequeña luz quitamiedos de tono cálido y poca intensidad sería, no lo ideal, pero sí una solución aceptable, si es que no hay forma de que el peque duerma con la luz apagada. A continuación, vamos a ver qué es lo que sucede y por qué unas luces afectan más que otras.

 

 

¿Qué pasa si duerme con la luz encendida?

Cuando dormimos, hay dos hormonas que entran en juego de forma natural, el cortisol y la melatonina. Ambas están presentes para que disfrutemos de un sueño reparador en el que descansemos y las dos varían según condicionantes externos y pueden alterar la calidad del sueño.

El cortisol lo segregamos durante el día y disminuye por la noche teniendo su pico máximo por las mañanas. Esta hormona se produce como respuesta a situaciones estresantes y nos ayuda a estar alerta.

La melatonina, por su parte, es la que pone en marcha nuestro reloj interno y nos ayuda a conciliar el sueño. Su producción también está condicionada a la luz exterior, siendo mayor cuando hay oscuridad y disminuyendo cuando se hace de día. Por lo general, nuestro cuerpo es capaz de generar la suficiente melatonina para controlar nuestros ritmos de sueños pero puede ocurrir que por diferentes situaciones, se altere su producción.

Como vemos, tanto el cortisol como la melatonina varían en función del momento del día. Este es un concepto muy interesante y sumamente importante, pues si la producción de ambas varía según la intensidad de luz.

 

 

La pediatra miembro del equipo de expertos de Criar con Sentido Común, Gloria Colli, insiste en que «hay que tener muy presente que dejar la luz encendida por la noche puede alterar la producción de melatonina y los ciclos de sueño y vigilia, aunque el grado de afectación va a depender de la intensidad de la luz y de la longitud de onda«.

La luz azul o blanca afecta más, mientras que la luz amarilla o naranja afecta menos. La intensidad también es importante, ya que a más intensidad, más afectación; mientras una luz cálida y muy tenue no afectaría tan significativamente a la calidad del sueño. La luz azul de móviles, lámparas, tablets… incide directamente en la calidad del sueño.

Si la necesitamos, ¿cuál es la mejor luz para dormir?

El descanso de nuestros hijos y que se sientan seguros mientras duermen, es primordial. Un niño nunca debe dormirse con miedo, angustia y mucho menos llorando, por lo que es probable que necesitemos optar un tiempo por encender una luz en el cuarto, aunque no sea lo ideal.

Es importante, no obstante, optar por luces tenues y cálidas, que son las que menos inciden sobre el descanso y el sueño. La mayoría de las luces «quitamiedos» o de acompañamiento que se encuentran hoy en día en el mercado emiten una luz muy suave. Si preferimos optar por flexos o lamparitas, no debemos optar nunca por fluorescentes o luces blancas.

 

 

Las luces azules de móviles, tablets y pantallas en general afectan a la producción de melatonina y, por tanto, a la calidad del sueño. Sin embargo, la luces rojas, amarillas o naranjas se encuentran en otra longitud de onda y se podrían utilizar sin que alterase demasiado el descanso de los peques ni su producción natural de melatonina.

¡Hay un monstruo en mi armario!

Es muy usual que los niños pasen por un período de miedos a monstruos en el armario, debajo de su cama… Cuando tienen entre tres y seis años. Esto es normal. Y, claro, ¡todo el mundo sabe que con una luz encendida, los monstruos no se atreven a salir de sus escondrijos!

Lo que para nosotros puede parecer un miedo absurdo, no lo es para los niños. Ellos pueden llegar a aterrorizarse con la sola idea de no tener la luz encendida a la hora de irse a la cama. Si nos limitamos a transmitir a nuestros hijos mensajes como «no pasa nada», «es absurdo» o «son imaginaciones tuyas» estamos restándole importancia a sus sentimientos y miedos.

 

 

Debemos tener en cuenta que para ellos es importante. Nosotros sabemos que no es real, pero sus miedos sí son reales y como tal debemos validarlos. La mejor actitud es acompañarles y permitirles que tengan cierto grado de decisión sobre sí mismos.

Dormir seguros

Rafaela López, autora del libro Dormir sin llorar y codirectora de la formación sueño infantil para profesionales que se imparte desde en Centro de Estudios del Sueño Infantil, afirmaba en una entrevista reciente para CSC:

«Las exigencias sociales y los mitos nos hacen forzar un comportamiento antinatural antes de tiempo. La realidad es que se puede lograr un equilibrio sin llantos, sin que nadie sufra«.

Los niños están biológicamente diseñados para despertarse varias veces por las noches, lo hacen de forma instintiva para comprobar que están seguros, que pueden bajar la guardia y pueden seguir durmiendo. Es una necesidad innata, no aprendida ni utilizada para manipular.

 

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Recordemos que el sueño es un proceso madurativo, como lo es aprender a caminar o hablar. No existen atajos que sean respetuosos con el niño. No existe una manera certificada de conseguir que un niño «duerma bien», del tirón, con unas u otras condiciones. Cada peque es un mundo.

Si tienes dudas, en la Tribu CSC puedes consultar online a nuestro equipo de expertos/as en salud materno-infantil y crianza respetuosa. Entre ellos/as se encuentran la especialista en sueño infantil Gemma López.

Además, podéis descargar gratis la app de Criar con Sentido Común tanto para plataformas Apple como para plataformas Android, y tenéis una semana gratis para probar todas las ventajas de la membresía a la Tribu, realizar todos los cursos online disponibles y consultar a nuestros/as especialistas.

 

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