El arcoíris Waldorf: ¿Cuál es el secreto del juguete más famoso y vendido del mundo?
El arcoíris Waldorf: ¿Cuál es el secreto del juguete más famoso y vendido del mundo?
Te explicamos qué es y para qué sirve el arcoíris Waldorf y por qué funciona tan bien tanto con niños como con adultos
Seguro que lo conoces o, al menos, has oído hablar de él o lo has visto en el escaparate de alguna tienda o por internet. El arcoíris Waldorf es uno de los juguetes más famosos del mundo y también de los más deseados. Pero, ¿sabes a qué obedece su diseño y cómo contribuye al desarrollo de los/las niños/as?
Un material de juego pedagógico con un diseño inteligente
El arcoíris Waldorf es un juguete de madera con un atractivo diseño en forma de arcoíris (el modelo más popular se tiñe también con sus colores, aunque existen diferentes variantes de tipo, color y tamaño), formado por arcos independientes de diferentes tamaños que encajan entre sí uno dentro de otro.
Está incluido entre los juguetes de la pedagogía Waldorf. Dichos materiales están especialmente diseñados para favorecer el desarrollo y las habilidades de niñas y niños mediante el juego manipulativo y sensorial.
En particular, se esfuerzan mucho por fomentar la creatividad y la imaginación de los más peques. Por este motivo, los juguetes Waldorfse pueden utilizar con gran variedad de propósitos creativos. Su objetivo es que aprendan a través de la experimentación y mediante actividades basadas en el arte, la música o las manualidades, para quetengan una infancia feliz llena de horas de juego de calidad y disfruten de cada etapa con las actividades que sus edades van requiriendo.
En su búsqueda por un juego libre y creativo, los juguetes Waldorf suelen ser lo más sencillos posible. En ellos no encontraremos nunca luces que se encienden y se apagan, ni sonidos atronadores, pues se da importancia al aprendizaje mediante el juego en la infancia, que al igual que otras pedagogías alternativas y respetuosas con la infancia (como Montessori), otorga a los «juguetes» la calificación de «materiales de juego educativos».
Es decir: no se trata de meros objetos de divertimento, sino de prácticas herramientas para el aprendizaje y recursos educativos.
Para ello, se diseñan juguetes siguiendo un criterio básico: la observación del juego durante la infancia y de las diferentes etapas de crecimiento y desarrollo de los/las pequeños/as, de forma que los materiales de juego dan respuesta a las diferentes necesidades físico-cognitivas en cada fase madurativa.
Como en el caso de los materiales Montessori, no existe un fabricante en concreto. Así que podemos encontrar una amplía gama de modelos en el mercado aunque, eso sí, para poder denominarse «Waldorf» han de seguir el criterio de fabricación con materiales naturales.
Un juguete lleno de valores
Un valor importante de este tipo de materiales, es su vertiente sensorial. Es por esto que todos ellos están fabricados en materiales naturales y nobles como la madera, el corcho, el bambú, los tejidos no sintéticos (como la seda natural, el algodón orgánico o la lana virgen), los tintes vegetales, los barnices de cera de abeja, los pegamentos libres de tóxicos, etc.
El arcoíris Waldorf está fabricado en madera maciza de tilo (cuya ligereza resulta sorprendente), y teñido (que no es lo mismo que pintado) con tintes vegetales con base de agua y aceites naturales no tóxicos.
Es decir: es un juguete ecológico de alta calidad con acabados naturales que le otorgan un tacto, aroma y color fabulosos. Ofreciendo a niñas y niños una experiencia de juego inigualable.
Hay muchísimos materiales de juego pedagógicos que siguen estos criterios, pero solo uno se ha hecho realmente popular: el arcoíris Waldorf.
Su merecida fama no se debe solo a su belleza. No en vano, está considerado por los expertos como uno de los mejores juguetes naturales del mundo y reconocido en Alemania (la cuna de fabricación de los juguetes educativos de madera) con la certificación Spiel Gut («Buen Juguete»), que indica que ha sido probado por niños/as y profesionales dando lugar a resultados muy positivos.
Cumple todos los requisitos de los juguetes de calidad y cubre todas las necesidades de juego a lo largo de sus diferentes etapas de desarrollo:
Es un objeto poco definido y abierto (no de un solo uso específico), que no coarta la imaginación del niño, ya que puede convertirse en todo aquello que él quiera.
Es un juguete artesanal, fabricado con materias primas naturales. Los juguetes de madera otorgan una experiencia de juego sensorial inigualable, ya que los peques la pueden oler y tocar su textura irregular y porosa.
Es un juguete ecológico, que transmite valores de sostenibilidad.
Posee una alta durabilidad, debido a que está fabricado en madera maciza y tiene un diseño compacto.
Acompaña a niñas y niños a lo largo de los años sin que se cansen o aburran de él al mismo nivel que con otros juguetes, ya que van explotando los diferentes niveles de dificultad que ofrecen sus múltiples posibilidades de juego a medida que van creciendo.
Es bonito, una cualidad imprescindible en un juguete para que resulte atractivo y funcione como reclamo de atención para los/las más pequeños/as.
Es sorprendentemente ligero y manipulativo.
Tiene un precioso y colorido diseño, que fomenta el juego libre y resulta la mar de decorativo.
Está claro que el arcoíris de la pedagogía Waldorf tiene grandes valores, pero ¿a qué se debe exactamente su éxito? ¿A una o varias de estas características? ¿A la combinación de todas ellas? ¿Se debe sencillamente a su gran belleza? ¿Por qué gusta tanto a los/las niños/as?
La clave del éxito del arcoíris Waldorf
El arco iris Waldorf es uno de los juguetes más deseados, vendidos y fotografiados del mundo. Gusta a niños/as y a adultos por igual y es uno de los juguetes más vendidos. Pero ¿cuál es la clave de su éxito?
A los/las niños/as les encanta por el mismo motivo por el que a menudo convierten una caja de cartón en su juguete favorito: al tratarse de un material desestructurado, potencia muchísimo más su imaginación. Sus usos pueden ser infinitos, ya que los peques lo pueden utilizar para hacer carreteras, toboganes, casitas, altas torres, estructuras de encaje, esculturas tridimensionales, construcciones planas…
Es un juguete abierto y versátil que ofrece mil opciones de juego simbólico y de construcción. Sus piezas curvas pueden apilarse, encajarse y sugerir todo tipo de composiciones y elementos. En resumen: ofrece infinidad de posibilidades de juego creativo: es un puzzle, un apilable, un encajable, un juego de construcción, un conjunto de piezas sueltas para creación de escenarios y minimundos…
En definitiva, se trata de uno de los materiales de juego más polifacéticos que existen en la actualidad y de los más duraderos, ya que acompaña a los peques durante mucho tiempo (¡años!), cubriendo sus necesidades de juego a lo largo de sus diferentes etapas de desarrollo.
Diferentes modelos
Existen varios modelos que se diferencian en diseño y tamaño:
El arcoíris gigante mide 90 x 46 cm. Es tan alto como un niño pequeño y se compone de 5 piezas.
El arcoíris grande (el más popular) mide 38 x 18 cm. Más o menos el tamaño de un antebrazo. Tiene 12 piezas.
El arcoíris doble mide 23 x 27 cm. Las 6 piezas que lo componen están duplicadas e insertadas en un eje unido a una base.
El arcoíris mediano mide 19 x 9 cm. Esta es, aproximadamente, la longitud de un tenedor de mesa. Tiene 6 piezas
El arcoíris pequeño mide 11 x 6 cm. Tiene 6 piezas y cabe en la palma de la mano.
¿Y qué arcoíris escojo?
El arcoíris pequeño es ideal para que los bebés comiencen a manipular piezas de encaje. También es perfecto como juguete sensorial para ellos ya que el tacto, color y aroma de la madera resultan muy estimulantes. Si tenéis en casa niños/as de entre 6 meses y 2 años, quizás esta sea la mejor opción para ellos/as por el momento.
Una de las dudas más habituales es si debemos escoger el arcoíris grande o el doble. La diferencia fundamental entre ambos es que con el arcoíris doble el niño puede trabajar la simetría (sobretodo si le ofrecemos un espejo irrompible de policarbonato como base, para que juegue sobre él).
Este modelo en concreto ofrece un plus de coordinación, ya que la niña o el niño puede insertar las piezas en el mástil central (todas tienen un agujero en el centro para poder encajarlas en el eje, por eso combinado con un espejo ofrece una divertida e interesante experiencia de juego).
Por su parte, con el arcoíris grande el peque podrá hacer construcciones más grandes. A algunas personas les echa para atrás su tamaño, sin embargo os aseguro que la primera vez que tengáis este arcoíris en la mano, os parecerá más pequeño de lo que esperabais…
El arcoíris gigante, en cambio, es perfecto para desarrollar la motricidad gruesa y jugar en grandes espacios. Es apto para niños/as más mayores que ya son capaces de involucrar todo su cuerpo en el juego. Pueden jugar a construir casas, meterse dentro con él o hacer grandes túneles en los que jugar, por ejemplo, con pelotas.
¿Cuando crecen, por qué les sigue gustando?
Ese es, precisamente, uno de sus puntos fuertes: el arcoíris Waldorf es un juguete dirigido a todas las edades (desde los 6 meses, según modelo, hasta aproximadamente los 10 años), que ofrece infinitas combinaciones constructivas y de juego simbólico:
A través de él pueden comprender conceptos complejos como el equilibrio, la simetría y la resistencia.
Fomenta como ningún otro el juego simbólico y los mini mundos, ya que les permite construir todo tipo de escenarios (casas, vallas, túneles, corrales, carreteras, etc.) e imitar en ellos situaciones de la vida real, inventándose sus propias historias.
Pueden realizar con sus arcos todo tipo de esculturas, fomentando así su imaginación y habilidad.
En muchas de sus construcciones, los peques deben colocar estratégicamente los semicírculos de forma que estos vayan sirviendo de contrapeso a la construcción, por lo que aprenden a trabajar el equilibrio y a manejar los contrapesos.
Levantar estructuras estables con el arcoíris les obliga a planificar y aplicar la lógica.
Permite el juego en solitario o en grupo.
Porque les deja ser los protagonistas del juego y hacer lo que más les gusta en este mundo: aprender, explorar, experimentar e inventarse sus propios juegos.
En definitiva, es un juguete súper completo con una increíble versatilidady miles de posibilidades para desarrollar, entre otras cosas, la mente creativa que todo/a niño/a alberga en su interior.
Además, tiene una robustez excelente y soporta como pocos juguetes el paso del tiempo. Es un elemento de juego que acompañará a nuestras hijas e hijos durante muchos años.
Aunque los adultos seamos incapaces de imaginarnos el uso o la forma que puede llegar a tener un objeto desestructurado, el poder de la imaginación de los/las niños/as es inabarcable. Por eso lo mejor es dejar que el/la niño/a se acerque al juguete libremente hasta que se familiarice con él y empiece a manipularlo a sus anchas.
Simplemente echa un vistazo a las imágenes que acompañan a este post y verás hasta dónde llegan sus posibilidades… Apilar o construir, utilizarlo como elemento simbólico, hacer composiciones con él, usarlo como soporte… ¡Un sinfín de ellas!
El juego libre es, en realidad, la indicación de juego más indicada para este juguete. En este sentido el arcoíris Waldorf no tiene rival. ¿Sabes cuántos juegos caben en este arco iris de madera? ¡Tantos como tus hijos sean capaces de imaginar!
Así que si mirándolo no se te ocurre nada que puedas hacer con él, no te preocupes. Eso no le pasará a tu hija. ¡Ellos son mil veces más imaginativos y creativos que los adultos! Para nosotros es imposible prever todos los usos que un niño sí será capaz de darle.
Los niños son felices cuando aprenden jugando a su aire, libremente. Deja al alcance del niño 3 ó 4 elementos de madera y el arcoíris. Pero no intervengas. ¡Te sorprenderá el despliegue de imaginación y la cantidad de juegos que iniciará mezclando y combinando todas las piezas, si tienes un poco de paciencia!
Si aún así quieres participar en el juego de tu hijo/a y buscas ideas inspiradoras, también existen tarjetas con fotografías que ilustran diversas formas de juego: circuitos de bolas y pistas en zig-zag, laberintos y pistas de canicas, túneles para coches y trenes, infinitas construcciones y esculturas (abstractas, humanas, vegetales, animales…), casitas de muñecas y ciudades, juegos sensoriales combinados con espejos y otros elementos reflectantes, etc.
Combinarlo con otros materiales para multiplicar sus posibilidades de juego
Las combinaciones del arcoíris Waldorf con cualquier otro material de juego son infinitas… Por ejemplo, podemos combinarlo con otros arcoíris, espejos, bloques de construcción o elementos de madera.
En concreto, los semicírculos están especialmente recomendados como complemento perfecto a los arcoíris, ya que multiplican sus posibilidades de juego.
¡Y éstas son sólo algunas ideas! Así que ya lo veis, podéis sacarle muchísimo provecho al arcoíris Waldorf combinándolo con otros juguetes que tengas en casa y un poco de imaginación.
Si ya tenéis el arcoíris Waldorf en casa y le dais otros usos, nos encantaría que los compartierais con otras familias en los comentarios. ¡Así no nos quedaremos nunca sin ideas!
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¡Muy buenas consideraciones sobre los juguetes waldorf y su método de aprendizaje! Nosotros creemos que es una de las alternativas más exitosas no sólo para entretener a los niños, sino para mejorar sus habilidades y correcto desarrollo. Los juguetes educativos son una solución excelente para cubrir numerosas necesidades en el crecimiento infantil.
¡Muy buenas consideraciones sobre el arcoíris Waldorf! Sin duda, este tipo de juguetes educativos son excelentes no sólo para entretener a los más peques, sino para mejorar su desarrollo. Nosotros lo consideramos ideal para potenciar la imaginación, creatividad, motricidad fina y razonamiento lógico.
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