¿Sabéis el típico post de bienvenida para toda/o aquel que entra en una página web reciente? Pues sí, este es uno de ellos: ¡Bienvenida/o! Pero no voy a ser tan soso como para dejarlo solo…
Y puedes vivir con ello tranquilamente, igual que puedes vivir con cajones cerrados que nunca abres para no usar lo que hay dentro.
Pero de repente llega una personita a tu vida, atravesada por la pura inocencia de quien no entiende el mundo, que hace todo como tú lo haces porque imita lo que ve para aprender a sobrevivir. Y entonces te das cuenta de que vas a tener que revisarte de pelo a pies para cambiar aquello que no quieres que esa personita herede. ¿Cómo le voy a enseñar a perdonar y liberarse si yo misma no he sido capaz de hacerlo aún? Y es que de lo que somos capaces como padres no lo sabe nadie.
Y así sucede, te encuentras un día abriendo todos los cajones de tu casa y de tu alma para sacar aquello que guardaste bajo llave porque gestionarlo duele más que martillazos en los dedos. Pero por él, o por ella, lo haces. Y entonces toca mirar atrás, para mirar hacia adelante. Te toca recordar de dónde vienes, para saber a dónde vas.
El momento que has postergado toda la vida lo acabas forzando para ser la mejor versión de ti; enhorabuena, te vas a enfrentar a tus demonios. Porque para no repetir patrones hay que reabrir viejas heridas para que sanen adecuadamente, y para repetir los que sí quieres repetir, primero hay que analizar con lupa si con esa personita servirán, porque no todo vale siempre.
Con la ma(pa)terminad va intrínseca sin querer una compresión hacia nuestros padres que va más allá de lo que nunca esperamos. Ahora entiendes cosas que nunca has entendido, y hay enfados que pierden todo el sentido. Y agradeces. Agradeces y perdonas lo negativo, porque dejas de ver a tus padres como seres superiores que lo saben o deberían saberlo todo, para verlos como seres humanos perdidos que hicieron lo que pudieron con lo que les había tocado.
Y te disculpas porque tal vez tú tampoco se lo pusiste fácil.
O sí se lo pusiste pero se equivocaron muchas veces hasta encontrar la forma correcta de hacerlo, y no lo has entendido hasta ahora.
Y tal vez hayamos pasado mucho tiempo enfadados con nuestros padres por no saber ponernos en su lugar, por enfocarnos más en la parte mala que en la parte buena.
Pero siempre hay algo bueno que agradecer, siempre.
Y agradeces las veces que te llevaron a urgencias con cara de preocupación después de días interminables de trabajo.
Agradeces el aguante en trabajos de mierda, que les hacían infelices, que os robaban vuestro tiempo, para que tuvieses comida, un techo y algo de esperanza en el futuro.
Agradeces los regalos hechos con dinero que no tenían solo por ver tu cara de felicidad.
Agradeces el esfuerzo diario, que sólo conoce aquél que ha pasado por ello.
Por lo que estás pasando ahora tú, por este camino que nos pone a prueba constantemente, que nos obliga a perdonar y a dejar ir para descargar la mochila de todo lo aprendido y poder llenarla con cosas nuevas; las que aprenderás para traer y formar a una persona nueva y maravillosa, a la que quieres más allá de lo que se puede explicar con palabras.
Es otro regalo de la ma(pa)ternidad, que te creías que habías venido aquí a enseñar y quien acaba aprendiendo eres tú.
El regalo es tener algo de lo que poder estar agradecido; ahora te toca regalarlo a ti.
También te puede interesar...
-
Bienvenida/o a "Criar con Sentido Común"
-
Cuando el sentido común parece el menos común de los sentidos
Hoy os escribo una carta desde el corazón, porque yo también me he sentido así, como ahora os cuento. Incomprendida, rara, a contramarcha ¿Cuántas veces te has sentido así desde que eres madre o tal…
-
El otro progenitor (O progenitora)
Que no da la toma de pecho, o de biberón, pero coloca las almohadas, y los cojines del sofá, y el colchón y las sábanas si es necesario, para facilitar la toma, o las tomas,…
Victoria Quince
Escritora a ratos, madre desastre a tiempo completo.
Página Web : https://escritorahisterica.com
1 comentarios en "El regalo"
Deja un mensaje Cancelar la respuesta
Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.
Buscar
Nuestros Cursos
Lo más leído
- Beneficios de la lactancia nocturna
- Doctora, tiene un bultito en el pecho: ¿qué puede ser?
- Sanidad alerta sobre el alto contenido en mercurio de cuatro pescados y recomienda no dárselos a los niños hasta los 10 años
- Bebés de alta demanda: ¿cómo saber si tu hijo es uno de ellos?
- Esas madres y esos padres hippies que no saben lo que hacen
- Nuevo «Mi primer Danone» sin azúcares añadidos: por qué no lo recomendamos
Categorías
- Alimentación Complementaria
- Alimentación con fórmula
- Alimentación infantil
- Crianza Respetuosa
- Desarrollo infantil
- Educación Emocional
- Educación infantil
- Educación Sexual
- Embarazo
- Familias con animales
- Fertilidad
- Juego y juguetes
- Lactancia materna
- Literatura infantil
- Manualidades
- Maternidad y paternidad
- Parto
- Pedagogía Montessori
- Planes en Familia
- Porteo Infantil
- Posparto
- Psicología Infantil
- Recién nacido
- Salud de los Progenitores
- Salud infantil
- Segunda infancia y adolescencia
- Seguridad en el coche
- Seguridad Infantil
- Sueño infantil
Gracias por este post. De verdad. Gracias
Lo necesitaba