Estos 3 eneatipos del eneagrama infantil necesitan, sobre todo, orientación y seguridad. Se preocupan por conocer bien los sitios a los que van, las personas con las que se relacionan, las situaciones a las que…
La necesidad básica de los 3 eneatipos que forman la triada instintiva del eneagrama infantil es la auto-afirmación. Necesitan tener una clara sensación del «Yo», potenciar su autopercepción y defender sus valores. Para ello, pueden tratar de imponerse a los demás, o bien mantener a salvo su propio criterio evitando la confrontación.
Eneatipos viscerales o instintivos
Las niñas y los niños instintivos o viscerales, sienten impulsos vitales que hay que enseñarles a experimentar y canalizar para que no les desborden. Suelen responder espontáneamente con reacciones instintivas a los estímulos y situaciones externas.
Eneatipo 8: Los autoritarios, líderes o poderosos. Necesitan tener el CONTROL
Los niños y niñas 8 saben cómo pedir lo que necesitan. Son líderes innatos y dominan personas y situaciones con facilidad. Les encanta el poder y son muy resolutivos: se enfrentan a los problemas con valentía y tienen un sentido de la justicia muy desarrollado.
Sienten debilidad por los débiles, a quienes protegen. Son extremadamente protectores con aquellos a quienes aman, y no toleran las injusticias. Tienen gran energía y fuerza, aunque pueden resultar agresivos y vengativos cuando se enojan. Para compensar esta característica, conviene inculcarles el valor de la compasión desde pequeños.
Hablan y actúan con autoridad, incluso desde pequeños. Manifiestan sin tapujos su ira e insatisfacción y pueden llegar a manifestar cierta terquedad y cabezonería. Se revolucionan mucho cuando se enfadan o se sienten contrariados, por lo que debemos enseñarles a calmarse antes de actuar.
Su instinto les lleva, por encima de todo, a querer sentir la vida con intensidad. Es necesario ayudarles a dar salida a todo ese caudal de energía a través de la diversión, las actividades, el deporte, las aventuras en la naturaleza…
A veces resultan demasiado directos. Practicar con ellos la comunicación asertiva y empática resultará muy útil. También tienen cierta tendencia a intentar controlar a los demás y decirles lo que deben hacer, pareciendo algo «mandones» a veces. Paciencia… ¡No lo hacen adrede!
Odian la falsedad de las personas. La educación de los niños 8 puede resultar difícil porque les gusta liderar y no acatan bien las normas ni las órdenes, por lo que la convivencia también presenta ciertos desafíos.
La disciplina positiva y la tabla de rutinas son recursos idóneos para estos niños y niñas, que reaccionan mucho peor que otros a las reprimendas y los castigos (inútiles para todos, por otra parte). El desafío con ellos pasa por aprender a imponerles límites con respeto.
Escondido en el interior de estos pequeños leones hay una gran sensibilidad. La esencia de estos niños y niñas es cálida, agradable… y vulnerable. Pero solo seremos capaces de apreciarlo si conseguimos ganarnos antes su confianza y respeto. En el fondo, temen resultar heridos si manifiestan debilidad por lo que, para ganarnos su confianza, debemos mostrarles cariño y lealtad incondicionales.
Los 8 establecen fuertes vínculos de unión con sus personas favoritas y de confianza. Con ellas se muestran incondicionales y les prestan apoyo y lealtad infinitos. Es muy importante que seamos siempre directos, claros y sinceros con ellos.
Al mismo tiempo, debemos ayudarles a diferenciar entre sentimiento y debilidad. Sentir no nos hace más vulnerables, ¡sino más capaces para gozar de la vida! También es recomendable cultivar su tremenda capacidad para la ternura. En la convivencia familiar, debemos ser pacientes y recordar que la obediencia no es sinónimo de sumisión. ¡Tener la fuerte personalidad del 8 será un gran regalo en su vida adulta!
Eneatipo 9: Los pacificadores o conciliadores. Necesitan PAZ Y ARMONÍA
Los conciliadores son niñas y niños flexibles y tolerantes. Odian las confrontaciones y tienden a actuar como mediadores para evitar peleas. Cuando os enfadáis o discutís en casa, ¿vuestro hijo media en el asunto para hacer las paces? No lo dudéis: ¡tenéis en casa un peque que se está definiendo como eneatipo 9!
Estos peques son muy diplomáticos y saben cómo conciliar e integrar diferentes puntos de vista, necesidades y deseos. Evitar el conflicto es su don… pero muchas veces tienden a mostrarse demasiado complacientes y sumisos, con tal de evitar llevar la confrontación. Esta tendencia puede hacerle sentir frustrados e insatisfechos a la larga.
No les gusta manifestar sus pensamientos y emociones cuando difieren de los demás, por lo que es fácil que crezcan desoyendo sus propias necesidades. Les gusta ver la TV, usar el ordenador, holgazanear en casa y los abrazos. Les cuesta tomar decisiones, como a los enatipos 6, por lo aceptan las de los demás sin rechistar. Pero en este caso su miedo no es equivocarse como le sucede al 6, sino no ser aceptado por los demás tal y como es.
Por ello, estas niñas y niños suelen aceptar las cosas y decir que se sienten bien aunque no lo estén. Se mueven y hablan un poco más despacio que la mayoría de los niños. Al no expresarse con autenticidad, es fácil que estos niños se tornen taciturnos e insatisfechos y los demás no sepamos qué les pasa. ¡Casi nunca se quejan!
Es bueno animarles a expresar sus opiniones y deseos sin temor a la confrontación ni al rechazo, a poner límites y a no dejar que los demás abusen de ellos, ya que a menudo tienden a conceder demasiados favores o a ocuparse de las tareas de otros.
Debemos tratar a los 9, como a todos los niños, con tacto. Y demostrarles (muy especialmente a ellos) que los vemos, los escuchamos y valoramos su presencia. Los niños 9 se sienten conectados de modo especial con la naturaleza, por lo que también conviene acercarles a ella todo lo posible.
Eneatipo 1: Los perfeccionistas, rígidos o intolerantes. Necesitan ser PERFECTOS
Los perfeccionistas son niños un tanto inflexibles, a los que no les convencen las medias tintas. Su carácter presenta cierta rigidez y les cuesta aceptar los puntos de vista diferentes. Sienten frustrados cuando se les lleva la contraria y son testarudos.
Toleran mal equivocarse y por eso las normas les hacen sentir seguros. Los 1 son esos niños y niñas que parecen muy maduros para su edad, los que se muestran obedientes, acaban toda su comida, acatan bien las órdenes y las rutinas, ayudan con gusto en todo lo que se les pide, hacen los deberes sin recordárselo, recogen su cuarto y se bañan sin protestar.
Los 1 hacen siempre lo correcto porque para ellos el mundo se rige por normas que hay que seguir para no caer en el caos. Son hiper-responsables y serios. Son los «perfectos» hijos, alumnos, amigos… Todo un regalo, ¿no? Pues no siempre es así…
Su exagerada «rectitud» les hace sentir ira reprimida cuando el resto del mundo no ve las cosas como ellos o no actúa como él espera que lo hagan. Reprimen su rabia porque no ven bien manifestar emociones negativas. Para ellos, es un síntoma de debilidad imperdonable.
También ostentan cierta actitud de sabelotodo que se manifiesta, por ejemplo, corrigiendo la forma de expresarse de la gente. ¿Te dice tu peque cómo hacer mejor las cosas y te reprende cuando te equivocas? ¡Probablemente su personalidad sea de tipo 1!
Estos peques se sienten enojados cuando se equivocan o se les dice que no llevan razón, lo que les lleva a ser exageradamente perfeccionistas y exigentes tanto con los demás, como consigo mismos. Todo esto les separa de los demás, ya que pueden llegar a ser muy críticos.
Los niños y niñas 1 tienen la imagen de un mundo ideal y perfecto que tratan de proyectar y poner en práctica siendo correctos en todo, trabajadores y responsables. Con esta tremenda presión interior, debajo de su imagen superficial, están constantemente enfadados.
Les viene bien tomarse las cosas menos a pecho… ¡Así que toca enseñarles a relajarse y divertirse! Para ello les sienta de maravilla desarrollar las cualidades más creativas de su personalidad, soltarse y no ser tan rígidos. Asimismo, es necesario enseñarles a aceptar diferentes puntos de vista y otras maneras de hacer las cosas. ¡Para gustos, hay colores!
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