La llegada de un nuevo miembro a la familia siempre es motivo de alegría. Pero cuando esa llegada se produce tras un proceso que suele ser largo, como en el caso de una adopción, pueden…
Liz Smith es una enfermera de Boston que había perdido las esperanzas de ser madre hasta que conoció a la pequeña Gisele, una bebé que había sido abandonada por sus padres en el mismo hospital donde ella trabajaba.
La historia de Liz y Gisele se volvió viral en Facebook y los medios de comunicación estadounidenses popularizaron su inspirador caso.
Abandonada por sus padres, prematura y con síndrome de abstinencia neonatal
La pequeña Gisele había nacido prematuramente y apenas pesaba un kilo en el 2016, razón por la cual tuvo que ser ingresada en cuidados intensivos, donde sus padres nunca fueron a visitarla. Posteriormente, la niña fue trasladada al hospital Franciscan Children’s en Boston, en Massachusetts (EE.UU.), donde conocería a quien sería su madre adoptiva.
Liz Smith, directora de enfermeras del hospital, nunca había visto a la bebé, pero un día coincidió casualmente con ella en un ascensor del centro especializado en niños. En seguida se fijó en sus grandes ojos azules y preguntó quién era.
Una enfermera le dijo que la pequeña llevaba en el hospital 5 meses luchando contra el síndrome de abstinencia neonatal con el que había nacido, debido a que su madre biológica había consumido drogas durante el embarazo.
Gisele estaba bajo el cuidado del Estado de EE.UU. y los trabajadores intentaban conseguirle un hogar de tránsito mientras que un juez determinaba si podía regresar junto a sus padres. Durante ese proceso, pasaba los días en el hospital debido a una afección en sus pulmones que la obligaban a tener un tubo de alimentación.
Liz, que no había podido ser madre, sintió un flechazo
Smith, de 45 años, siempre había soñado con ser madre pero no había podido lograrlo. Tampoco había podido concebir a través de la fertilización in vitro porque su seguro de salud no lo cubría y ella no podía costearlo. Liz no se había planteado la posibilidad de adoptar hasta que vio a Gisele. Al conocer la historia de la pequeña supo de inmediato que quería adoptarla.
«Desde el momento en que la conocí, había algo detrás de sus llamativos ojos azules que captaban mi atención. Sentí que necesitaba amar a esta niña y mantenerla a salvo«, dijo Smith a People.
La enfermera sabía que sería un proceso largo, pero no le importaba. Cada tarde iba a visitar a la pequeña para ayudarla a recuperarse. Tres semanas después de su primer encuentro, en abril de 2017, Liz obtuvo un permiso que le permitía llevarse a la bebé a la casa.
No obstante, las autoridades le advirtieron que el Estado de EE.UU. haría todo lo posible por reunir a la bebé con sus padres biológicos.
«Estaba emocionada pero nerviosa al darme cuenta de que le estaba confiando todo lo que tenía a esta niña que podría no estar en mi vida para siempre«, expresó a la revista.
Liz y Gisele, una pequeña gran familia
Tras varios meses cuidando a la niña, y aunque a los padres biológicos se les habían concedido visitas semanales supervisadas, el Estado finalmente determinó que eran incapaces de cuidar a Gisele y, como no había otro familiar que pudiera hacerse cargo, le concedieron a Liz la opción de que solicitara de manera legal la adopción de la niña.
«El día que recibí la llamada de que sus derechos parentales habían sido cancelados fue muy triste. Mi ganancia fue la pérdida de otro. Es un sentimiento difícil de describir cuando experimentas este momento de cambio de vida que otra persona también tiene de la manera opuesta. La conclusión es: es devastador para otra familia», señalo Smith.
Finalmente, en octubre del 2018, un juez le entregó a Liz los papeles que le concedían la custodia legal de Gisele. Ahora ambas son una pequeña gran familia feliz.
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