El proceso de adopción de un menor no es fácil. Ni siquiera tomar la decisión lo es. Requiere una reflexión profunda porque el bienestar del niño o la niña ha de primar en todo momento…
Este post se publicó originalmente el 19/05/2022 y ha sido actualizado en fecha 05/10/2024
El acogimiento familiar es una medida de protección para menores que garantiza su desarrollo y evita su estancia en centros de menores. En España existen distintas asociaciones que se dedican a ello. Hoy hablamos con una familia que pertenece a la delegación de Sevilla de la Fundación Internacional Aproni.
Aproni es una de las dos organizaciones que, en coordinación con la Junta de Andalucía, gestiona el acogimiento familiar en la provincia de Sevilla y es la única que lo hace en la de Córdoba.
En algunos casos, si la separación no se debe a razones de maltrato o circunstancias graves, el menor acogido puede mantener vinculación con la familia biológica y volver con ella cuando esta reúna las condiciones idóneas para recuperar a su hijo/a.
La familia acogedora ofrece el entorno adecuado para el menor acogido. Un hogar y el cariño que cualquier niño merece y necesita para tener una infancia normal mientras se resuelve si vuelve con su familia biológica (si esta puede/debe hacerse cargo) o se le busca una nueva familia.
Si estás interesada/o en este modelo de acogimiento, puedes solicitar información a través de este correo electrónico: acoge@aproni.org. También puedes consultar con el equipo especializado en crianza respetuosa de la Tribu CSC para realizar un mejor acompañamiento a estos menores.
Para conocer algo más sobre el acogimiento familiar, hemos hablado con una pareja, de 47 y 48 años, que tiene tres hijos biológicos (uno de ellos menor, de 10 años). Prefieren mantener el anonimato para preservar el derecho de los menores acogidos.
P: ¿Cuántas veces habéis acogido a un menor?
R: Actualmente estamos con nuestro segundo menor. Nuestra primera acogida fue a una menor con tres días de vida que tuvimos hasta los 15 meses de edad. El niño actual nos lo entregaron con dos años y tres meses, y lleva con nosotros tres meses.
Nuestra primera acogida fue a una menor con tres días de vida que tuvimos hasta los 15 meses de edad
P: ¿Por qué habéis querido hacerlo? ¿Qué os movió para formar parte de Aproni?
R: Tenemos un familiar que trabajaba con menores en la Asociación Paz y Bien y empezamos a interesarnos. Primero nos hicimos familia colaboradora y al tiempo descubrimos el mundo de la acogida y quisimos dar un paso más. Actualmente seguimos siendo también familia colaboradora de otro menor (15 años con discapacidad).
Primero nos hicimos familia colaboradora y al tiempo descubrimos el mundo de la acogida y quisimos dar un paso más
P: Muchas familias se preguntarán algo obvio: ¿Cómo se sobrelleva la tristeza de decir adiós a un peque que ha formado parte de vuestra vida, aunque sea temporalmente?
R: Ciertamente puede ser muy duro el final de la etapa de la acogida, pero consideramos que el bienestar del menor debe estar por encima de nuestro “duelo”. Al final todo merecerá la pena.
El final de la etapa de la acogida puede ser muy duro, pero consideramos que el bienestar del menor debe estar por encima de nuestro “duelo”
P: ¿Cómo es el proceso por el que os seleccionaron como familia acogedora?
R: En nuestro caso fue largo porque nos cogió la pandemia y conllevó cambios inesperados en la formación, que supongo la atrasó. No obstante, aunque es muy necesario disponer de familias de acogimiento, también es muy importante hacer una buena selección. Y posiblemente eso requiere un tiempo.
Aunque es muy necesario disponer de familias de acogimiento, también es muy importante hacer una buena selección
P: ¿Habéis necesitado preparación psicológica para formar parte del acogimiento familiar?
R: Hay que ser fuerte psicológicamente, aunque dependerá de las personas el necesitar mayor o menor preparación. En nuestro caso de momento no nos ha hecho falta ningún tipo de apoyo.
Hay que ser fuerte psicológicamente para ser familia acogedora
P: Os he preguntado por el momento del adiós, pero, ¿cómo es el momento de la llegada del bebé?
R: Te puedes hacer muchas expectativas, mucha ilusión, pero en el momento de verlo se unen muchas sensaciones, ilusión, alegría y pena a la vez, miedos, etc.
En el momento de verlo se unen muchas sensaciones, ilusión, alegría y pena a la vez, miedos…
P: ¿Cómo son los menores que habéis tenido en casa? ¿Cómo llegan?
R: Como ya he citado, la primera nos la entregaron con tres días de vida. Venía con el pijamita del hospital y hasta la pulsera de identificación, muy pequeña. Ha sido una niña que se ha criado con nosotros sus primeros 15 meses de vida, muy feliz.
Vamos avanzando poco a poco. Es un niño con falta de apego familiar, y en ello estamos trabajando
El segundo nos lo entregaron en el Centro de protección con más de dos años. Es pronto para valorarlo. Obviamente trae su “mochila” consigo y la situación de uno a otro menor es totalmente distinta. Con este vamos avanzando poco a poco y corrigiendo comportamientos y costumbres que no le hacen bien. Es un niño con falta de apego familiar, y en ello estamos también trabajando.
P: ¿Seguís manteniendo contacto con ellos?
R: Sí, los padres de adopción de nuestra primera acogida se han comportado como una pareja muy entregada desde el primer momento. Y muy reconocedora de la labor de la familia de acogimiento familiar. Están muy agradecidos. Ellos marcan el ritmo. Nos llaman y mandan alguna foto de la niña de vez en cuando.
Seguimos manteniendo el contacto con ellos
P: ¿Qué opina vuestro entorno de vuestra entrega al acogimiento familiar?
R: Tanto la familia como los amigos del entorno opinan igual, que hacemos una labor muy bonita. Pero nos dicen que ellos no serían capaz de hacerlo porque no podrían dejar que se marchara luego. Por mucho que se les explique el cometido y fin de la acogida, no terminan de entenderlo.
Tanto la familia como los amigos del entorno opinan igual, que hacemos una labor muy bonita
P: ¿Por qué animaríais a otras familias a formar parte del programa de acogimiento familiar?
R: En primer lugar, porque toda persona tiene derecho a una vida digna y feliz, y más cuando estamos hablando de niños que no tienen culpa del entorno en el que han nacido o en el que les había tocado vivir.
Toda menor tiene derecho a una vida digna y feliz
En segundo lugar, esos padres y madres que han tenido que pasar por esa retirada, tienen derecho a intentar recuperar la estabilidad necesaria para poder seguir criando a sus hijos e hijas en un entorno feliz y sin peligros para ellos/as. En caso de que no sea posible regresar con sus padres biológicos o familia extensa, hay muchas personas deseando acoger o adoptar y entregar a esos niños y niñas todo ese amor que les hace falta de por vida.
El acogimiento familiar te hace darte cuenta de que los valores importantes en la vida no son los que suele marcar la sociedad, sino otros
Y por último, y como consecuencia de todo este proceso, nos queda la recompensa que obtenemos la familia acogedora. Es muy gratificante emocionalmente el entregar a una familia a un menor con el que en principio no tenías vínculo. Te hace darte cuenta de que los valores importantes en la vida no son los que suele marcar la sociedad (riqueza, egoísmo, egocentrismo, etc.), sino otros.
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