Si tienes un bebé que ya gatea, probablemente ya te has planteado cuándo dará sus primeros pasos. Cada bebé va a su propio ritmo y no hay normas fijas. Además, hay diferentes factores que influyen…

Los pies son extremadamente sensibles y permiten recibir todo tipo de estímulos. Sin embargo, a menudo se cometen errores que impiden el correcto desarrollo y crecimiento de los pies del bebé.
Los errores más comunes al cuidar los pies de tu bebé
Hay pequeños errores al cuidar pies infantiles que pueden afectar la salud podal de tu peque. Desde uñas encarnadas hasta el uso de calzado inadecuado, repasamos cuáles son los más comunes.
1. Usar zapatos antes de que caminen solos
Hasta hace poco tiempo, era frecuente poner zapatos a los bebés cuando ni siquiera eran capaces de estar en pie. Y es que si no llevaban zapatos, había quien pensaba que no estaban completamente vestidos. Sin embargo, los zapatos sirven para proteger el pie cuando andamos por la calle, por tanto, ¿qué sentido tiene poner zapatos al bebé si ni siquiera anda?
Lo ideal es que los bebés (y adultos) vayan descalzos siempre que puedan o, en su defecto, con calcetines. Solo así, todas las estructuras del pie y la pierna (músculos, tendones, ligamentos…) seguirán desarrollándose y recibiendo estímulos del exterior. Sin olvidar que no nos vamos a poner enfermos por ir descalzos.
Además, descalzo se consigue mantener mejor el equilibrio y un desarrollo correcto de la forma del pie, de las habilidades motoras y del sistema neuromuscular. Solo cuando ya anden por la calle, podemos escoger sus primeros zapatos que no deben sujetar el tobillo ni ser rígidos. La suela debe ser fina y flexible de entre 0,3 y 0,5 mm y la horma recta con un sistema de sujeción sencillo tipo velcro.
Hay quien sigue pensando que en el momento que empiezan a andar debemos ponerle zapatos. Sin embargo no es necesario y, sobre todo, es fundamental elegir un calzado adecuado y respetuoso para los primeros pasos del bebé. Entonces, ¿cuándo es recomendable que los niños usen zapatos? La podóloga infantil de CSC a quien puedes consultar en la Tribu CSC, Belinda Basilio, señala que «no debemos calzar al bebé hasta que empiece a caminar y siempre con calzado que simule el ir descalzo». Los bebés que no caminan no necesitan zapatos, incide la experta.

2. No dejarles caminar descalzos en casa
El pie es una de las partes del cuerpo humano más compleja y sofisticada. Pero no solo sirve para caminar y sostenernos. También nos dan información propioceptiva (cómo estamos colocados, la postura que adoptan nuestras piernas y espalda, el equilibrio) e información exteroceptiva (características del suelo donde estamos como su temperatura, su forma, textura).
Por tanto, el pie es extremadamente sensible y permite recibir todo tipo de estímulos, siempre que caminemos descalzos. En el momento que los bebés empiezan a ponerse en pie van perdiendo la sensibilidad táctil exteroceptiva y van ganando en una más profunda, la sensibilidad propioceptiva. Esta última, con el tiempo se encargará de informar al cerebelo sobre la posición del cuerpo.
A nivel físico, el niño que anda habitualmente descalzo tendrá un pie un poco más ancho, también un mayor arco y en consecuencia menos riesgo de deformidades del pie o de los dedos. Además, tendrá una mayor flexibilidad que le permitirá moverse con más facilidad. Por ello, si no pueden ir descalzos, es crucial elegir un calzado respetuoso con el desarrollo natural del pie infantil.
Así, hay estudios que demuestran que el uso habitual de calzado provoca que los niños tengan menos arco plantar. Si además les queda algo pequeño, tendrán un mayor ángulo del hallux y los pies serán más estrechos (con más juanete y/o con el pulgar girándose hacia adentro).
Esto, según los investigadores, afecta al aprendizaje postural y motor, y probablemente a la salud musculoesquelética en el futuro (de la forma de los pies dependerá cómo caminemos, y de cómo lo hagamos dependerá la postura y el que aparezcan, o no, lesiones, dolores, contracturas, etc.).
3. Darle la mano para dar sus primeros pasos
Muchas veces cuando el bebé trata de dar sus primeros pasos, es habitual que le demos una mano o incluso sujetarlo levantándole los dos brazos hacia arriba. Lo cierto es que en vez de ayudarlo estaríamos consiguiendo el efecto contrario. El bebé debe empezar a andar únicamente cuando esté listo para hacerlo y si le ofrecemos un apoyo externo, lo buscará siempre y dejará de ser autónomo.
Una vez que se lance a dar sus primeros pasos, debemos apoyarlo y darle confianza, pero no interferir en el proceso. Sí podemos animarlo a dar sus primeros pasos favoreciendo siempre el movimiento libre. Así, podemos poner sus juguetes preferidos o algún alimento cada vez a mayor distancia; o esperarle con los brazos abiertos para que se abalance sobre ellos.
4. Cortar las uñas de forma incorrecta, entre los errores más comunes al cuidar los pies del bebé
Las uñas del bebé, ya sean de las manos o de los pies, hay que cortarlas rectas, no redondeadas, y sin dejar picos. Estos se pueden clavar en al piel cuando crecen y pueden hacerlo «encarnadas». Tampoco hay que dejarlas a ras de piel porque se les pueden clavar cuando aumenten de tamaño.
A diferencia de las uñas de las manos, la de los pies no crecen tan rápido. Se pueden cortar desde el nacimiento, pero si las observas, verás que están muy pegadas a la piel, por lo que cortarlas sin necesidad y sin los utensilios adecuados puede entrañar el riesgo de hacerle un corte sin querer.
Tampoco hay que limar ni arrancar los pequeños trozos de uñas que sobresalgan tirando de ellas o mordiéndoselas. Quizás puedas pensar que no le harás daño, pero es complicado controlar qué parte de la uña estás mordiendo o si al tirar te llevarás más de lo previsto.

5. Ignorar señales de problemas como verrugas o deformidades
Las verrugas plantares suelen ser una afección común causada por el virus del papiloma humano (VPH). Entre sus síntomas más comunes se encuentran la aparición de un bulto rugoso en la planta del pie, la piel dura y engrosada y puntos negros pequeños. En algunos casos, puede doler al caminar.
El VPH es muy contagioso y se transmite con facilidad en lugares donde las personas van descalzas, como piscinas o gimnasios. Aunque pueden aparecer en cualquier momento, lo cierto es que los niños se ven afectados con frecuencia, quizás debido a que su sistema inmunitario está menos preparado para hacer frente a las infecciones. La mayoría de las veces no entrañan gravedad y suelen desaparecer sin tratamiento, especialmente en menores de 12 años. Sin embargo, sí es importante consultar con el especialista y hacer el seguimiento necesario, sobre todo si causa dolor.
Igualmente, las deformidades más comunes en el recién nacido son el metatarso aducido y el pie calcáneo valgo. Ambos se deben a la posición del bebé cuanto estaba en el útero materno y suelen mejorar solos sin tratamientos y sin causar problemas a largo plazo. Además, hay otras malformaciones como el pie plano, pie valgo, pie cavo, pie varo o la enfermedad de Sever o apófisis calcánea.
Por ello, es importante no ignorar ninguna de las dos afecciones y consultar al especialista siempre que sea necesario.
6. No revisar el crecimiento del pie regularmente
A medida que los peques crecen, también lo hacen sus huesos y articulaciones. Por ello, es fundamental hacer seguimiento de su crecimiento y desarrollo y comprobar que es acorde a su edad. Así, algunos problemas del pie pueden aparecer desde el nacimiento y otros desarrollar al poco de empezar a caminar.
Cuando los peques crecen se van produciendo cambios en la posición de las piernas y la pisada. Por ello, en caso de que se sospeche de alguna anomalía en el crecimiento, es fundamental el diagnóstico precoz para poder tratarlo a tiempo. Solo así se conseguirá corregirlo o evitar que el problema empeore.
Además, es importante observar los patrones de marcha, así como algunas señales que pueden indicar que haya algunos de los problemas comunes en pies de bebés. Entre ellos, la alineación de las piernas, caminar de puntillas o cojear, deformar o desgastar el calzado más por un lado que por otro, tropezar con cierta frecuencia, capacidad limitada para caminar (con quejas en distancias cortas) y dolor en la pierna y/o el pie.
¿Cometes alguno de estos errores? Descárgate la guía completa y descubre cómo cuidar correctamente los pies de tu bebé desde el nacimiento hasta la adolescencia.
Si tienes cualquier duda sobre la crianza y/o la salud de tus hijos e hijas en la Tribu CSC cuentas con un equipo de expertos/as que pueden ayudarte. Entre ellos, se encuentra la podóloga Belinda Basilio.
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