Estoy embarazada, ¿puedo tomar medicamentos?

Igual de peligroso es medicarse inadecuadamente estando embarazada, que no hacerlo cuando es necesario

Embarazada y medicamentos son como dos imanes de polos iguales, totalmente incompatibles. O eso es lo que la mayor parte de la población cree, sanitarios y no sanitarios. Así muchas gestantes se van de las consultas con, como mucho, paracetamol y, si acaso, algún antibiótico si la infección es clara.

Si nos metemos en cualquier otra botica, ni qué decir tiene si están relacionados con psicofármacos o medicamentos para controlar enfermedades crónicas… en demasiadas ocasiones se retiran a la ligera.

Qué es una malformación congénita

Las mujeres, tomado el concepto como población general, tienen un riesgo de malformación congénita (alteraciones en el embrión o en el feto, que se manifestarán en el curso del embarazo, en el nacimiento o pasado algún tiempo) de entre un 3 y 7 %, contando aquellas alteraciones que pueden dar la cara al paso de unos años. Esto quiere decir que entre 3 y 7 niños manifestarán una modificación relacionada con el curso del embarazo.

Las causas de esto son genéticas y ambientales, o sea que algunas dependerán de algún factor de madre y/o padre, mientras otras estarán influenciadas por algún elemento del entorno. En estos factores hay cosas que podemos intentar prevenir y otras que no. Por ejemplo, tomar un suplemento de ácido fólico antes de quedar embarazada sabemos que disminuye el riesgo de malformaciones de la formación del tubo neural del embrión.

 

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Hay distintos tipos de alteraciones congénitas. Por ejemplo: nacer con seis dedos o el labio leporino, ambas circunstancias son reparables. Otras no son “corregibles”, como pueden ser los síndromes de Down o de Turner, pero son compatibles con la vida. Otras son tan graves que no pueden vivir al nacer. Y otras muchas son imperceptibles o no son para nada influyentes en la vida cotidiana. 

Primera fase: Preconcepción

Si estás o estáis planificando un embarazo es interesante hacer una visita a la matrona. Una de sus misiones es ofrecer información de los aspectos importantes cuando queremos quedar en estado.

Sobre el tema de los medicamentos no hay que tomarlos a la ligera, estés o no embarazada, tanto fármacos como hierbas medicinales u otro tipo de alternativas… hay que valorar si son realmente necesarias o si hay otras posibilidades y, por supuesto, no tomar medicinas que necesitan prescripción médica sin disponer de esta.

 

 

Un ejemplo de esto es que para los dolores (cabeza, espalda, etc.) es preferible tomar paracetamol, no solo porque sabemos que es inocuo si hubiera embarazo, sino porque si estamos buscando gestación, el uso habitual de medicamentos del tipo del ibuprofeno puede alterar la ovulación, y por tanto el embarazo en sí.

Embarazada y medicamentos: Ejemplos de preconcepción

Vamos a poner diferentes escenarios relacionados con enfermedades crónicas:

  • Hipotiroidismo. Es necesaria la cita con el médico de cabecera o especialista que te lleva para valorar el estado de tus hormonas y adecuar la dosis de medicación. Si el tiroides no está bien ajustado puede dificultar la concepción y aumentar el riesgo de aborto, por lo que la medicación en dosis correcta es básica.
  • Diabetes (tipo 1 o 2). Aquí es fundamental preparar el embarazo con tiempo para que los niveles de azúcar estén bien, porque no es la medicación la que afecta, sino los niveles elevados de azúcar de manera mantenida en sangre. Hay formas de valorar esa evolución y los sanitarios van a proponer medidas para que, antes de empezar a intentarlo, los valorares de glucosa estén en noveles óptimos para evitar que aumente el riesgo congénito que tiene una descompensación de la diabetes.

 

 

  • Mujer hipertensa. Debe consultar a su médico de cabecera y este, si sabe que el actual medicamento puede generar riesgos, ha de valorar las alternativas, modificar la medicación y hacer controles para comprobar que la tensión sigue bien para poder empezar la búsqueda.
  • Epilepsia. Se trata de una usuaria de una medicación de la que sí se sabe que aumenta los riesgos congénitos de que el bebé pueda padecer. Esta mujer tiene el deseo de ser madre y es importante que no deje de tomar su medicación, porque las convulsiones que puede provocar una epilepsia sin tratar pueden ser mucho más graves para el feto. En general, son pacientes que tienen consultas de seguimientos con su neurólogo y cuando manifiestan el deseo de gestar planifican esta situación, intentando cambios de medicación con fármacos de menor riesgo, usando la dosis mínima eficaz, etc. Pero puede ocurrir que solo se controlen los síntomas con un medicamento que aumenta los riesgos, por ejemplo, malformaciones faciales y craneales e incluso retraso mental.

 

 

¿Quiere decir que si la madre toma ese fármaco va a tener un hijo con esos problemas? No, significa que si el riesgo de malformación congénita general es del 5% de media, en su caso puede estar aumentado en un 10 o en 15%. Por lo tanto, ella y su pareja decidirán si desean asumir ese riesgo, y se usarán medidas de seguimiento exhaustivas.

Concretamente, si 5 de cada 10 niños podrían tener ese problema, tomando esa medicación el riesgo sería de 15/20 niños de cada 100, o sea 80 no tendrían alteraciones congénitas.

Entonces, ¿hay incompatibilidad en el binomio embarazada y medicamentos? En realidad, hay pocas sustancias que estén absolutamente contraindicadas durante el embarazo. Por ejemplo, mediciones que puedan provocar un aborto.

Embarazada en consulta por un problema de salud

Un ejemplo claro sobre esto es acudir al profesional sanitario con unas hemorroides tremendas y dolorosas estando de 33 semanas. Por supuesto, empezaremos con recalcar las medidas higiénico-dietéticas sobre la alimentación con fibra, agua, movimientos, posición para defecar, etc.

 

 

No se pueden tomar antiinflamatorios y el paracetamol calma el dolor parcialmente, pero sí se pueden usar algunas cremas tópicas que contienen corticoides y otros ingredientes durante unos días para aliviar los síntomas. Hay alternativas que suavizan la zona cuando no están en fase activa, pero una crema homeopática o “hierbas” de dudosa eficacia no van a resultar eficaces y no tiene justificación prescribirla por haber un embarazo de por medio. 

Así que cuando una gestante acude al médico/enfermero/matrona/farmacéutica/dentista porque tiene un problema de salud, eso no supone que no se le puede dar nada, simplemente habrá que valorar cuál es su problema y adaptar la medicación a lo que sea seguro y a lo que se tenga más estudios. 

Un recurso importante ante cualquier duda, tanto para la mujer como para le profesional es el SITTE Servicio de Información Telefónica sobre Teratógenos Español: 91 822 24 35 o http://www.fundacion1000.es/sitte.

Y si quieres más información o necesitas asesoramiento sobre estar embarazada y medicamentos, en la Tribu CSC puedes consultarme online o contactar con nuestro equipo de expertos en salud materno-infantil y crianza respetuosa. 

 

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