El trauma precoz materno o paterno es un concepto que hace referencia a cómo los traumas no superados de un progenitor pueden terminar trasladándose a los hijos, afectándoles. No es algo consciente, pero sí tiene…
Se sabe que tener una infancia difícil puede provocar problemas de salud en la juventud y hasta en la mediana edad. Incluso hay estudios que vinculan las experiencias infantiles adversas con la aceleración epigenética de la edad. Pero ahora, por primera vez, investigadores de la UC San Francisco han relacionado las experiencias adversas en las primeras etapas de la vida con consecuencias para la salud de por vida.
Descubrieron que las experiencias adversas en la niñez tienen impactos profundos durante toda la vida, incluida la vejez, especialmente para aquellos que sufrieron violencia, e incluyen discapacidades tanto físicas como cognitivas.
En concreto, los investigadores hallaron que los adultos mayores estadounidenses con antecedentes de experiencias estresantes o traumáticas cuando eran niños tenían más probabilidades de experimentar deterioros físicos y cognitivos en su vejez. Las experiencias estresantes de la niñez podrían incluir exposición a violencia física o abuso, enfermedades graves, estrés financiero familiar o separación de los padres.
Las experiencias infantiles adversas y las consecuencias del trauma para toda la vida: Hasta un 80% más de probabilidades de tener dificultades
El estudio, publicado en el Journal of General Internal Medicine, encontró que quienes experimentaron violencia en la infancia tenían un 40% más de probabilidades de tener problemas de movilidad y un 80% más de probabilidades de tener dificultades con las actividades diarias.
Asimismo, aquellos que provenían de familias infelices tenían un 40% más de probabilidades de tener al menos un deterioro cognitivo leve.
«Analizamos la discapacidad autoinformada, así como el deterioro físico y cognitivo medido objetivamente, y aprendimos que las experiencias estresantes en los primeros años de vida pueden tener ramificaciones hasta la vejez«, explica la autora principal de la investigación, Alison J. Huang, Profesora de Medicina de la UCSF y directora de investigación en Medicina Interna General en UCSF Health.
«Esto puede significar una mayor probabilidad de dificultad para caminar o realizar actividades de la vida diaria, o problemas con la memoria cuando las personas tienen 60, 70, 80 años o más», añade.
Las experiencias infantiles adversas: Causa fundamental de toda una vida de dolencias
Los autores señalan que casi el 60% de los adultos en los EE. UU. han experimentado uno o más tipos de experiencias infantiles adversas que pueden socavar la sensación de seguridad o estabilidad de un niño, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Una cifra sin duda llamativa.
Las experiencias infantiles adversas (ACE por sus siglas en inglés o EIA por sus siglas en castellano) se asocian con problemas crónicos de salud física y mental, incluidas enfermedades cardiovasculares, diabetes, enfermedades autoinmunes y depresión. A pesar de ello, se encontraron con que hay poca investigación que documente las implicaciones para la salud de las experiencias infantiles adversas a lo largo de toda la vida, a pesar de que los adultos mayores soportan la mayor carga de deterioro funcional relacionado con la salud.
«En 2021, California se convirtió en el primer estado en exigir cobertura de seguro comercial para la detección de experiencias tempranas estresantes o traumáticas tanto en niños como en adultos. Otros ocho estados están considerando o implementando una legislación similar. Sin embargo, este tipo de detección sigue siendo controvertida debido a un impacto poco claro en la salud a largo plazo y una posible carga para el sistema de atención médica», explican los autores en su artículo.
3.400 participantes en este estudio de salud preguntados por un posible trauma infantil
Basándose en datos del Proyecto Nacional de Vida Social, Salud y Envejecimiento, una cohorte nacional de adultos mayores estadounidenses, el nuevo estudio examinó a casi 3.400 participantes (54% mujeres), que tenían entre 50 y 97 años y vivían en entornos comunitarios.
Se preguntó a los participantes sobre las experiencias infantiles adversas (ACE) y se les sometió a pruebas de equilibrio y marcha, así como de cognición y memoria. También se evaluó su dificultad para realizar las actividades de la vida diaria.
Casi la mitad de los participantes en el estudio refirió experiencias infantiles adversas
Cerca de la mitad (44%) informó un historial de al menos una ACE entre los 6 y los 16 años. Estos incluyeron: experimentar violencia (14%), presenciar violencia (16%), estrés financiero (13%), separación de uno de los padres (16%) y mala salud (6%) en la infancia. 1 de cada 5 informó más de una experiencia infantil adversa.
«Dado lo comunes que fueron las experiencias infantiles adversas entre nuestros participantes, esto muestra que las experiencias estresantes en la vida temprana pueden ser marcadores de riesgo de deterioro funcional y discapacidad en el futuro«, incide Victoria M. Lee, primera autora del estudio y estudiante de medicina de la UCSF.
«Esto plantea implicaciones para la atención geriátrica: el reconocimiento temprano del trauma infantil puede ser útil para identificar a los adultos que podrían beneficiarse de estrategias de detección o prevención del deterioro funcional asociado al envejecimiento«, añade la investigadora.
¿Qué es una experiencia infantil adversa?
Las experiencias negativas y estresantes que suceden en las primeras etapas de la vida se reconocen cada vez más como factores importantes en los resultados de salud en el futuro. Con ese fin, los investigadores de Kaiser Permanente y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) se unieron para desarrollar y estudiar la escala de «Experiencias Adversas en la Infancia» (ACE) para medir las experiencias negativas tempranas, es decir, las que tienen lugar en las primeras etapas de la vida.
Según los especialistas, las experiencias adversas de la infancia (ACE) son factores psicosociales con un impacto negativo significativo en la salud. El término ACE a menudo se usa indistintamente como sinónimo de trauma infantil o maltrato infantil. El término ACE originalmente se refería a abuso físico, abuso verbal, abuso sexual y disfunción doméstica como violencia doméstica, abuso de sustancias en el hogar, enfermedades mentales y actividad criminal. Estudios posteriores agregaron como ACE la negligencia física y emocional y la separación de los padres.
Así pues, según los CDC, en la actualidad el término «experiencias infantiles adversas» incluye abusos verbales, físicos o sexuales; así como disfunciones familiares de todo tipo (un miembro de la familia preso, enfermo mental o adicto a sustancias, violencia doméstica, ausencia de un progenitor debido a divorcio o separación, negligencia, etc.).
¿Cuando los niños viven diversas experiencias adversas en su vida?
Los CDC señalan como las experiencias infantiles adversas más comunes:
- Padres separados o divorciados.
- Abuso verbal.
- Miembro de la familia con depresión o enfermedad mental.
- Abuso físico.
- Abuso sexual.
- Testigo de violencia doméstica.
Asimismo, la prevalencia de experiencias infantiles adversas suele ser la misma tanto en hombres como en mujeres, salvo a excepción del abuso sexual, donde según los CDC las mujeres declaran haberlo padecido más del doble de que los hombres.
¿Cuál es el impacto que causan las experiencias adversas en los niños?
Los CDC resaltan que las experiencias infantiles adversas y los consecuentes traumas infantiles en la edad adulta han estado tradicionalmente unidos a una amplia gama de resultados de salud en la edad adulta incluido abuso de sustancias, depresión, enfermedad cardiovascular, diabetes, cáncer y mortalidad prematura.
Asimismo, los estudios han encontrado que cuanto más alta es la puntuación ACE, mayor es el riesgo de experimentar conductas de riesgo para la salud, condiciones de salud crónicas, baja calidad de vida potencial y muerte prematura. Los resultados de las investigaciones respaldan hasta la fecha la enorme cantidad de literatura existente que asocia las ACE con malos resultados de salud, expresada en una gran diversidad de resultados, desde efectos biológicos y mayores riesgos de las principales causas de muerte (en el caso de EE. UU.) hasta mala educación.
Si quieres más información sobre las consecuencias trauma infantil o necesitas asesoramiento profesional, en la Tribu CSC puedes consultar online a nuestro equipo de expertos/as en salud materno-infantil y crianza respetuosa. Entre ellos/as se encuentra la psicóloga perinatal Mamen Bueno y la docente, psicóloga y logopeda infantil Elena Mesonero.
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