Día Internacional de la Juventud: La participación activa de los jóvenes y el apoyo a los mismos es fundamental para generar cambios y mejorar la sociedad

El 12 de agosto fue promovido por la ONU como el Día Internacional de la Juventud con el objetivo de conseguir la participación de los jóvenes en todos los ámbitos de la sociedad, así como para tratar de solucionar los desafíos a los que la juventud se enfrenta cada día.

Actualmente tenemos la población juvenil más grande de la historia. Según datos de la ONU, en el mundo hay unos 1.800 millones de jóvenes con edades comprendidas entre 10 y 24 años.

Esta fecha viene a sumarse a otras similares que pretenden poner en valor el importante valor que los jóvenes tienen para nuestra sociedad. Por ejemplo, en 2014, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el día 15 de julio como el Día Mundial de las Habilidades de la Juventud con el objetivo de concienciar sobre la importancia de desarrollar acciones destinadas a favorecer y potenciar las habilidades de los jóvenes.

Día Internacional de la Juventud

Los jóvenes entre 15 y 24 años suponen el 16% de la población mundial. En los últimos años, este grupo de edad ha padecido las consecuencias de la crisis económica y sanitaria. Sus estudios se han visto interrumpidos de forma intermitente, han tenido que lidiar con la incertidumbre en una etapa crucial de sus vidas y, además, tienen el triple de posibilidades de estar desempleados o de realizar trabajos en peores condiciones que las personas adultas pese a contar con una buena formación en muchas ocasiones.

Una sociedad sana es aquella que tiene en cuenta a cada individuo y a cada grupo y garantiza sus derechos y promueve sus valores y habilidades. Por tanto, la participación activa de los jóvenes es fundamental para generar cambios y mejorar el mundo que les rodea. Pero, para que esto suceda, debemos poner en valor a los jóvenes y garantizarles oportunidades de participación.

Quiero reflexionar en este momento sobre los prejuicios que podamos tener hacia ellos. Noticias en las que vemos jóvenes cometiendo actos vandálicos o delictivos en los que la crispación campa a sus anchas no ayudan a tener una imagen positiva de este grupo. Pero, esta no es toda la realidad. Así que hoy vamos a romper una lanza en favor de esos jóvenes que crean, que estudian, que trabajan, que cuidan de otros, que tratan con respeto a sus mayores, que colaboran. Porque los hay, y son muchos.

Y puedo dar fe cual notario, porque lo he vivido cada vez que he visitado los campus de desarrollo del talento. Recuerdo un chico que creó un prototipo de jeringuilla sin dolor para diabéticos, otro que escribió un poemario, una chica que grabó un videoclip en el que era la compositora, la actriz y la editora y otra que creó un videojuego. Así, más de 50 proyectos diferentes en 15 días.

¿No deberíamos aprovechar todo este talento y darles voz?

Además, he podido compartir con ellos sus inquietudes, su creatividad y sus ganas. Y, de verdad, que tenemos en nuestros jóvenes una gran fuente de talento que debemos alentar.

¡Cuántas veces decimos que los niños y los jóvenes serán los adultos de mañana! Y, en esta frase, nos olvidamos de que ya son personas HOY, con ideas que aportar, con sueños que cumplir. Está en nuestra mano que eso se cumpla. Por supuesto en nuestra mano y en la de las instituciones a través de propuestas reales y concretas que favorezcan su participación en la sociedad.

Cómo podemos colaborar al desarrollo de aptitudes que permitan a los jóvenes hacer una mejor transición al mundo laboral

¿Cómo? Vamos con nuestra aportación:

• Garantizando una educación inclusiva para todos los jóvenes, con especial interés en jóvenes con discapacidad, de entornos desfavorecidos, etc.
• Propiciar puestos de trabajo adecuados a su perfil en los que puedan aportar todas sus habilidades creativas y en los que puedan recibir un salario justo.
• Generar sinergias intergeneracionales para que nuestros jóvenes puedan escuchar la voz de la experiencia y nuestros mayores puedan ponerse al día en cuestiones como la tecnología.
• Crear espacios en los que compartir ideas y experiencias y en los que poder desarrollarse.

Podéis pensar que todas esas acciones no dependen de nosotros como padres y madres. Sin embargo, sí hay cosas que podemos hacer para desarrollar sus habilidades:

• Escucharles: Escuchar a nuestros jóvenes es el primer paso para que se sientan queridos y apoyados. Si la comunicación con tus hijos/as está fallando y afecta a vuestra relación, en la Tribu CSC puedes consultar online a nuestro equipo de expertos en educación positiva y crianza respetuosa. 
• Apoyar sus proyectos: No se trata solo de decirles que sí a todas sus ideas. Se trata de que los acompañemos, que estemos a su lado cuando las cosas no salgan bien, que les ayudemos a buscar soluciones…
• Valorar su esfuerzo y su constancia: Más allá de celebrar los éxitos, debemos valorar que sean constantes y tenaces. Solo en el trabajo está el éxito.
• Dejar volar: ¡Cuánto cuesta soltar cuerda! Pero es imprescindible para garantizar su autonomía y para que sean responsables de sus actos.

Así que hoy, celebremos que tenemos unos jóvenes que se preocupan por el medioambiente, por el cambio social, por la innovación al servicio de los demás y garanticemos su plena participación en la sociedad.