¿Por qué mi hijo tiene pecas?

La piel es el órgano más grande del cuerpo. En ocasiones se producen alteraciones en su pigmentación que dan lugar a distintos tipos de manchas. Hoy nos centramos en uno de esos tipos concretamente, las pecas.

Así se conoce popularmente a las efélides que son manchas marrón claro de la piel que se producen cuando las células de esta producen más melanina de lo habitual.

No se trata de ninguna patología preocupante y no se pueden volver malignas, como sí puede pasar en el caso de los lunares. Por lo general, las pecas en los niños aparecen tras la exposición al sol y son muy habituales en menores de piel clara y cabellos rubios o pelirrojos. No aparecen en bebés muy pequeñitos, aunque sí tienen un componente familiar importante.

Qué son las pecas

Como ya explicamos en el post sobre «¿Qué significan las manchas blancas en la piel de mi bebé?», el color de la piel es el resultado de la combinación de tres colores: el rojo de la hemoglobina oxidada; el azul de la hemoglobina reducida; y el pardo, que lo produce la melanina.

La melanina es la responsable de la pigmentación constitutiva de la piel y está programada genéticamente. Es decir, que nuestros genes determinan su cantidad y calidad, y son las que provocan que la piel del ser humano tenga distintas tonalidades. Pero la piel puede sufrir alteraciones por distintas causas.

Las pecas o efélides son lesiones pequeñas de una tonalidad marronácea ligera que cambian con la exposición solar. La Asociación Española de Pediatría explica en este documento sobre las alteraciones de la piel que, desde un punto de vista «histológico» (composición, estructura y características de la piel), «hay una hiperpigmentación de la basal sin que haya un aumento de melanocitos».

¿Cuándo empiezan a salir las pecas en los niños?

La pediatra del equipo de Criar Con Sentido Común, Gloria Colli, explica que las pecas en los niños no son manchas de nacimiento e incluso anima a acudir a pediatría o dermatología si un bebé de menos de seis meses tiene pecas y lunares «que son grandes, de formas o color raro o crecen rápidamente».

Por su parte, la dermatóloga de CSC Mónica Roncero especifica que las pecas en los niños suelen salir a partir de los cinco años «en aquellos menores que tienen la piel clara y cuando se exponen al sol». Luego, tienden a desaparecer con el tiempo. «A partir de los 20 años es raro verlas», puntualiza nuestra experta.

Según la Fundación Piel Sana, de la Academia Española de Dermatología y Venerología,

«Las pecas tienen un origen genético, y su formación es similar al efecto por el cual se broncea la piel, conocido como melanogénesis. Al entrar en contacto con el sol, la melanina se distribuye de manera irregular por la piel, creando depósitos algo más densos en puntos concretos. Eso son las pecas.»

El gen IRF4, asociado a las pecas, fue descubierto en 2013

En 2013 el Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano de EEUU dio a conocer una investigación a través de la cual se identificó el gen asociado a las pecas, al cabello claro y los ojos azules.  Una investigación que analizó todo el genoma de 2.230 islandeses.

Este gen se llama IRF4 y tiene una asociación importante con el rasgo de pigmentación. Actúa como un regulador de intensidad. Cuando el interruptor en el potenciador de IRF4 está en la posición activa, se genera mucho pigmento. El pigmento melanina se transfiere desde los melanocitos a los queratinocitos, un tipo de célula de la piel cerca de la superficie, y protege la piel de la radiación UV de la luz del sol.

Si el interruptor está poco activado, como es el caso cuando se contiene la variante descubierta, la vía es menos eficaz, lo que resulta en la reducción de la expresión de la tirosinasa y la producción de melanina. El mecanismo exacto que genera pecas aún no es conocido, pero el doctor Pavan, uno de los autores, cree que la variación epigenética puede desempeñar un papel en el rasgo de las pecas en niños y adolescentes.

Los autores de este estudio, no obstante, reconocen que se necesita conocer mejor esta variante genética y que eso ayudará a profundizar en enfermedades de la piel como el melanoma.

Lo que las efélides nos dicen de la piel de un niño

Como hemos visto, las pecas en los niños aparecen cuando la piel es clara; con un fototipo bajo (entre I y II). Influye, además, la exposición al sol y los cambios hormonales. Las sesiones de rayos UVA y algunos tratamientos también pueden condicionar la aparición de pecas.

Que un menor tenga muchas pecas significa que requiere una protección solar máxima, «porque además suelen tener la piel muy clara y mayor riesgo de quemaduras solares y otras lesiones de la piel.», explica la pediatra Gloria Colli.

Las pecas en los niños, en cualquier caso, son lesiones benignas y no un trastorno preocupante. Solo en casos muy raros pueden evolucionar a un cáncer de piel, según la Fundación Piel Sana. Sí es posible que la cantidad de manchas pueda camuflar otras lesiones que sí son de riesgo.

Las necesidades específicas de la piel del bebé

La piel de los niños, según explica en esta entrevista nuestra dermatóloga Mónica Roncero, «es más fina que la de un adulto (hasta un 20-30%) lo que la hace más delicada y sensible a productos químicos, microbios y rayos ultravioleta, con menor resistencia y mayor posibilidad de deshidratación.»

Hay que tener en cuenta, por otro lado, que cada peque tiene una piel distinta y única, así que no se debe generalizar:

«Me gusta aconsejar que observen la piel de su hijo y así sabrán lo que necesita. No todos los niños necesitan hidratación diaria o crema protectora del pañal. Para lo que sí soy muy tajante es para la protección solar, no se debe descuidar, ya que el sol que tomemos de pequeños se verá reflejado en nuestra piel de mayores con todas las consecuencias«.

Por ello, y como las pecas en los niños son una muestra de que son pieles sensibles a las radiaciones solares, es necesario vigilarlas y buscar la opinión profesional en caso de que notemos alguna mancha distinta. En la Tribu CSC podéis contactar con nuestra dermatóloga Mónica Roncero que os puede asesorar en este sentido. Las consultas y los cursos de Criar Con Sentido Común son gratuitos para las familias abonadas.

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