Los tiempos en los que las parejas permanecían juntas durante toda la vida aunque no fueran felices ni tuvieran una buena convivencia, ya pasaron a la historia. Por suerte, en la actualidad, si una pareja…
¿Qué hacer para que mi hijo y mi nueva pareja se lleven bien? Esta es una duda habitual entre progenitores separados o divorciados que retoman su vida afectiva y tienen hijos o hijas de sus anteriores parejas. Y es que a veces todo fluye, pero en ocasiones los peques no asimilan bien este nuevo cambio.
La adaptación al cambio a menudo lleva tiempo
Cuando se produce un divorcio o una separación con hijos/as lo que más nos preocupa es cómo se tomarán los/as niños/as la separación y cuánto les afectará a nivel emocional. Es evidente que un cambio tan significativo va a afectar a sus vidas ya que implica modificaciones fundamentales en su día a día.
Dejarán de convivir con alguno de sus progenitores de manera habitual o pasarán periodos alternos con cada uno; puede que pasen a tener dos casas habituales… Aún así, cuando la pareja no funciona y se toma la decisión de poner fin a la relación, si la separación se lleva a cabo de manera responsable para cuidar a las/os peques de la casa, lo habitual es que se adapten pronto a la nueva situación.
Otro momento de vital importancia en nuestras vidas se produce cuando volvemos a iniciar una relación de pareja y decidimos presentarle a nuestros/as hijos/as. Nos asaltan las dudas sobre si se llevarán bien, si la convivencia será difícil, si aceptarán a nuestra nueva pareja… ¿Cómo afecta una nueva pareja a los hijos? Todas estas inquietudes son normales.
Nuestros/as hijos/as y nuestra pareja son parte esencial de nuestra vida y si van a convivir juntos lo ideal es que la convivencia sea, como mínimo, armoniosa. Pero es importante que no nos dejemos llevar por las prisas y permitamos que ambas partes se tomen su tiempo para propiciar que todo fluya.
Qué puedo hacer para que mi hijo y mi nueva pareja se lleven bien
Vaya por delante que ambas partes son personas independientes con su propia personalidad, sus gustos, sus intereses, sus manías… y que, por lo tanto, que congenien más o menos no va a depender de nosotros/as. Sin embargo, sí hay algunas cosas que podemos hacer para favorecer que la relación entre ambas partes fluya. Aquí te dejamos 10 consejos para conseguir que tus hijos se lleven bien con tu pareja actual:
1. Las prisas no son buenas
Sabemos que después de una separación, dependiendo de cada persona, puede tardar más o menos en apetecernos volver a tener una relación. Nuestros hijos e hijas ya han vivido cambios sustanciales en sus vidas. Si aún no estamos seguras/os de si la relación prosperará, mejor esperar. Conocer a nuestra pareja y adaptarse a una nueva situación va a suponer de nuevo un esfuerzo. Mejor dar el paso solo cuando tengamos claro que la relación va en serio.
2. Mi hijo y mi nueva pareja: La primera impresión es la que cuenta
Eso no quiere decir que si el primer día va mal no podamos arreglarlo después, pero si conseguimos que el primer encuentro sea agradable eso que llevamos adelantado. Es mejor que elijamos un terreno neutral (no nuestra casa) y un entorno casual (no formal).
Podemos quedar en el parque, por ejemplo. En un primer momento es mejor presentarle como un amigo o una amiga y, más adelante, cuando se vayan familiarizando y el trato sea más continuo, podemos contarles que hemos iniciado una relación de pareja con esa persona.
3. En el equilibrio está la clave
Si queremos que nuestra nueva pareja y nuestros/as hijos/as creen un vínculo y forjen una relación es necesario que compartan tiempo juntos. Sin embargo, no debemos dejar de tener tiempo a solas con nuestros hijos. Para ellos, uno de los principales temores puede ser el hecho de que la aparición de esta persona en sus vidas les “robe” tiempo con su madre o su padre. Así que será importante buscar el equilibrio para que puedan disfrutar de actividades en familia en las que incluyamos a nuestra nueva pareja sin dejar de tener tiempo a solas con ellos/as.
4. No frenar – no forzar
Esta máxima educativa también aplica en este caso. Si, de repente, aunque nos resulte sorprendente, nos piden ver más a esa persona y quieren verle más a menudo porque se lo pasan muy bien con él o con ella, está bien así. Si, por el contrario, expresan que no les apetece quedar tantos días con esa persona y que quieren pasar más tiempo con nosotros/as sin él o ella, está bien también. Cada peque tiene su ritmo y necesitará un tiempo diferente para afrontar la nueva situación.
5. Cada quien en su lugar
Nuestras/os hijas/os ya tienen un padre y/o una madre. Nuestra nueva pareja no va a sustituir al otro progenitor ni va a ocupar su lugar en sus vidas. Es importante que todas las partes implicadas tengan esto claro. Y puede no ser fácil reconocer donde está el límite porque si vamos a convivir nuestra nueva pareja será una figura de referencia importante en sus vidas y asumirá funciones muy similares, en algunas ocasiones, a las de la madre o el padre.
En el día a día podrán cuidarles, prepararles la comida, llevarles al colegio, contarles cuentos… Aun así es importante que tengamos claro que las decisiones importantes con respecto a la educación de los hijos y las hijas siguen siendo responsabilidad de sus progenitores.
6. Validar y acompañar las emociones
Es posible que nuestros hijos atraviesen diferentes emociones ante este nuevo cambio en sus vidas. Nerviosismo, inquietud, alegría, miedo, incertidumbre, celos, enfado… Es importante que no neguemos ni censuremos esas emociones. Tienen derecho a sentirse así. Validarlas, ayudarles a ponerle nombre a lo que sienten, decirles que les entendemos y que tienen derecho a sentirse así, que pueden contar con nosotras/os para acompañarles en este proceso de cambio, ayudará a que se sientan comprendidos/as.
7. Las cosas claras
Una cosa es que tengan derecho a sentir diversas emociones ante la nueva situación y otra cosa es que tengan la capacidad de decidir sobre nuestra vida sentimental. A veces, pueden fantasear con la idea de que si se niegan a aceptar a nuestra nueva pareja la relación se acabará. Es importante que seamos honestas/os en este sentido. Tienes derecho a sentirte así, te entiendo… y eso no cambia el hecho de que esta persona es mi pareja y está en mi vida porque yo quiero que esté.
8. ¿Qué puedo hacer para que mi hijo y mi nueva pareja se lleven bien?: Tender puentes de unión
Es más fácil llevarte bien con alguien con quien compartes momentos divertidos. No se trata de forzar la situación ni de fingir, pero si hay algún tema de interés que compartan nuestros hijos y nuestra pareja sería fantástico que pudieran pasar tiempo juntos haciendo actividades lúdicas: practicar algún deporte, algún juego de mesa, leer cuentos, cocinar… cualquier cosa que les permita compartir tiempo de disfrute juntos ayudará a ir sembrando el terreno para que florezca entre ellos una relación de cariño y confianza.
9. El respeto siempre es la clave
Si dais el paso de empezar a convivir juntos es importante que el respeto esté presente en todas las relaciones que se forjan en esta nueva familia que ahora sois. Tu nueva pareja debe respetar las decisiones que tú y tu expareja tomáis con respecto a vuestros/as hijos/as, ambos debéis mostraros respetuosos cuando habléis del otro progenitor.
También es importante que el otro progenitor se muestre respetuoso con respecto a tu nueva relación y a tu pareja. Si todo esto se da de manera natural, será más fácil que niños y niñas entiendan que aunque se sientan furiosos/as o tristes no podemos faltar el respeto a ningún miembro de la familia.
10. Tiempo y aceptación
Si, a pesar de todo, ves que la cosa no prospera y la relación no fluye, acéptalo y no te empeñes en cambiarlo. El amor no se puede forzar. Y lo que hoy es distancia e incomodidad mañana puede ser cercanía y cariño. Cuídate y cuida tus relaciones con tus hijos y con tu pareja. Si la relación entre ambos no es tan fantástica como te gustaría, acéptalo.
Pero ¿se llevarán bien algún día mi hijo y mi nueva pareja? No te sientas culpable por algo que no depende de ti. Tal vez si tus hijos te ven bien con tu nueva pareja y comprueban que tu relación con ellos no peligra, con el tiempo, se animen a darse la oportunidad de conocerlo/a y de permitirle formar parte de sus vidas.
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