Jessica Romero: «Sobrerregalando solo conseguimos niños y niñas que no valoran lo que tienen ni toleran la frustración»

Hay que evitar a toda costa los juguetes violentos, con mucha parafernalia o que fomentan estereotipos de género

Las Navidad es época de reencuentros, familia, celebraciones, regalos… ¡y juguetes! Jugar es un derecho de la infancia y con sus juguetes los niños y niñas crecen, se desarrollan y aprenden. Gracias a los materiales de juego los y las peques interaccionan con el mundo que les rodea, aprenden a entender cómo funcionan las cosas, se desarrollan y aprenden. Pero, a veces, no sabemos cómo elegir bien o caemos en los excesos.

Para saber cuántos regalos y de qué tipo debemos hacer a nuestros peques hablamos hoy con Jessica Romero, Terapeuta Ocupacional Pediátrica. La especialista en desarrollo infantil es miembro del equipo de expertos de Criar con Sentido Común y resuelve a diario las dudas de las familias en la Tribu CSC.

Su práctica profesional comenzó hace 14 años, primero a domicilio y, posteriormente, en el Centro de Atención Infantil Temprana de San Rafael, en Granada, donde trabaja desde 2008. También es directora de la Clínica de Desarrollo Infantil del Sur, su gran proyecto personal.

Poco a poco, fue especializándose en el apasionante mundo del desarrollo del lactante y primera infancia, lo que me llevó a convertirme en Educadora de Masaje Infantil y Asesora de Lactancia Materna. Las familias con pequeños que han nacido de manera prematura han sido siempre uno de sus principales focos de atención.

Una de las herramientas más potentes al apoyo del desarrollo infantil con las que cuenta es mi formación en Integración Sensorial, abordaje que ayuda a los niños y niñas a procesar adecuadamente la información de los sentidos y a interactuar de manera efectiva con su entorno, ayudando a sus mamás y papás a entender y abordar conductas que en muchas ocasiones pueden resultar complicadas de manejar.

P: A la hora de hacer la carta de Navidad con los peques, ¿qué deberíamos tener más en cuenta: la capacidad pedagógica del juguete o los deseos del niño o la niña?

R: Mientras son muy pequeñitos lo tenemos bastante fácil, porque podemos elegir nosotros, y ahí yo sí que elegiría juguetes con un perfil más pedagógico. Nunca me canso de repetir lo necesario que es que observemos a nuestros bebés, que les conozcamos y sepamos muy bien cuáles son sus habilidades, qué saben hacer, cómo lo hacen. Y por supuesto, cuáles son sus intereses. Si tenemos todo eso claro, podremos elegir objetos y juguetes a los que les van a sacar partido.

Es necesario observar a nuestros bebés, conocerles y saber cuáles son sus habilidades e intereses

Por ejemplo, si tenemos un bebé activo, que empieza a desplazarse y disfruta mucho más del movimiento que de pararse a explorar los objetos con sus manos, quizá sea más interesante regalarle algún objeto que se mueva, para que pueda empujarlo y perseguirlo. Un bebé más tranquilo, que se entretenga más manipulando, podría sacarle más partido a algún juguete más manipulativo en el que tenga que ensartar o apilar, como las torres de aros o los bloques de construcciones. 

Lo ideal a la hora de regalar a los peques es encontrar un equilibrio entre sus deseos y los juguetes pedagógicos

Cuando van creciendo y sus intereses se van manifestando de manera más marcada, porque ven juguetes en la tele, en las casas de sus amigos, los catálogos de navidad, etc., yo creo que lo ideal sería encontrar un equilibrio. Responderemos a sus deseos con algún juguete, pero también ofreceremos algún otro más pedagógico, que también puede estar dentro de sus intereses. Si a nuestro peque le encantan los coches, podemos elegir algún juego de construcciones en los que la figura a construir sea un super coche, o un juego de mesa con esta temática. 

P: ¿Qué tipo de juguetes debemos regalar a los más peques de la casa?

R: Para los más pequeñitos, yo huiría de pilas, baterías y demás parafernalia. Buscaría juguetes de calidad, desestructurados (es decir, que el juguete no lo haga todo por sí mismo, si no que sea abierto y de la posibilidad de manipularlo y explorarlo de diversas maneras) perdurables en el tiempo, y por supuesto, buscaría juguetes que no sean sexistas (no me gustan nada «los juguetes para niño y los juguetes para niña»). 

Hay que huir de los «juguetes para niño y juguetes para niña»

Si yo le ofrezco a mi bebé un set de aros de madera, empezará aprendiendo a agarrarlos y llevarlos a la boca para explorarlo, después aprenderá a pasarlos de una mano a otra, más tarde será capaz de coger uno en cada mano y entrechocarlos. Un poco más adelante, descubrirá que se los puede poner como pulseras, que se pueden ensartar en un eje, se pueden coser con un cordón haciendo un collar, los más pequeños entran dentro de los más grandes, también se pueden apilar, finalmente podrá utilizarlos dentro su juego simbólico imaginando que son monedas, casitas para sus muñecos, etc.  

Tenemos en casa muchos juguetes que no sirven para nada más que coger polvo y ocupar espacio

En cambio, si regalo un muñeco al que apretándole en algún sitio canta un par de canciones y emite algunas luces, cuando mi bebé lo haya probado unas cuantas veces, posiblemente se canse y lo abandone, y tendremos en casa un objeto que no sirve absolutamente para nada más que para coger polvo y ocupar espacio.

P: ¿Cuántos juguetes por niño o niña y de qué tipo cada uno debemos incluir en la lista de deseos según su edad? 

R: Me gusta la regla de los cuatro regalos. ¿La conocéis? Esta regla nos puede servir a modo de guía: regalaremos algo que se pueda poner, algo para leer, algo que desee de verdad, y algo que necesite.

Para regalar a los peques podemos guiarnos por la regla de los cuatro regalos: algo que se pueda poner, algo para leer, algo que desee de verdad, y algo que necesite

Me gusta esta regla porque creo que no beneficia a nadie, y menos al niño o la niña, que se le regalen montañas de juguetes. Me parece que lo que conseguimos con esto son niños que no valoran lo que tienen, que tienen todos sus deseos colmados, me parece que se pierde la ilusión y la fantasía. Tampoco nos ayuda a tolerar la frustración: si todo lo que deseo lo obtengo siempre, nada más pedirlo, nunca estoy expuesto a esta vivencia, y ¡la vida real no es así! Cuesta trabajo obtener las cosas.

Sobrerregalando conseguimos niños y niñas que no valoran lo que tienen ni toleran la frustración

Por supuesto, no tenemos que ceñirnos estrictamente a esta regla, pero creo que nos puede ayudar a centrarnos y poner un poco de cordura en toda esta locura que suelen ser las fiestas navideñas. También nos puede ayudar a lidiar con familiares y amigos deseosos de regalar.

Independientemente de la edad, yo no regalaría más de cinco o seis juguetes, y como he comentado, me decanto por pocos juguetes y de materiales de calidad. Prefiero los de madera bien acabados, sobre los de plástico. Me gustan mucho los desestructurados por las posibilidades que plantean a la hora de imaginar e inventar con ellos.

Es mejor elegir juguetes de calidad y desestructurados para los más pequeños, y libros y juegos de mesa para los mayores

Cuando son más mayores, los libros y juegos de mesa, me parecen una opción muy interesante. El jugar en grupo, teniendo que respetar turnos y siguiendo algunas reglas, me parece que promueven un aprendizaje magnífico que luego se trasladará a juegos de patio y relaciones con sus amigos. 

P: ¿A partir de qué edad debemos dejar que los niños y niñas elijan sus propios juguetes?

R: Esta pregunta es difícil de responder. Diría que depende de la madurez de cada niño o niña. Habrá peques que se dejen guiar por nosotros más tiempo y otros que desde muy pequeñitos tengan muy claros sus intereses. 

Debajo del árbol debe haber algún juguete elegido por el niño, pero también libros y cosas que necesiten

Así que aquí, como siempre, equilibrio. Sí, seguramente en el árbol haya algún juguete elegido por el niño, pero también habrá libros, cosas que necesiten, juguetes para compartir con los hermanos o para jugar con mamá y papá, etc. Creo que si desde el inicio nosotros vamos marcando el ritmo, todo fluye. 

P: Mención especial merecen los disfraces, aunque cada vez son menos regalados… ¿Merece la pena por lo mucho que promueven el juego simbólico en los niños y niñas? ¿Cuáles debemos elegir y cuáles debemos evitar? 

R: Un baúl o rincón de disfraces debería ser obligatorio en cada casa, y no ya solo por lo que promueven la imaginación. ¿Te has parado a pensar en las habilidades de autonomía que ayudan a desarrollar? Vestido y desvestido, ¡seguro que participan en la tarea de manera mucho más gustosa que cuando tienen que ponerse su ropa! Habilidades manipulativas finas con la apertura y cierre de broches, cremalleras, velcros y botones. Los disfraces además hay que recogerlos, lavarlos, cuidarlos, etc. ¡Me encantan!

Un baúl o rincón de disfraces debería ser obligatorio en cada casa

Nuevamente, yo elegiría disfraces no sexistas, decantándome por los de animales, profesiones, etc. Pero nuestros pequeños hablarán, y las princesas y superhéroes aparecerán en algún momento. No obstante, no todo está perdido. Yo tenía dos amiguitos, un niño y una niña, hermanos, de unos seis años de edad. Tenían todos los disfraces del mundo: todos los de las princesas Disney y algunos de superhéroes. Ambos usaban indistintamente todos, disfrazándose el niño de Anna de Frozen y la niña de Batman, por ejemplo. Otras veces, la capa de Batman se convertía en una peluca de pelo largo. La clave puede estar en que nosotros no encorsetemos el disfraz y les dejemos hacer e inventar, sin prejuzgar ni predisponer. 

Debemos elegir disfraces no sexistas y dejar a los niños y niñas dejemos hacer e inventar, sin prejuzgar ni predisponer

P: ¿Qué tipo de juegos, juguetes, muñecos o muñecas debemos evitar a toda costa, a cualquier edad?

R: Aquellos que fomentan la violencia quedan descartados completamente y en cualquier caso. Jamás regalaré una pistola o similar. Los juguetes con mucha parafernalia, tampoco son de mi elección. Ni los que fomentan los estereotipos de género.

Hay que evitar a toda costa los juguetes violentos, con mucha parafernalia o que fomentan los estereotipos de género

Aunque con respecto a estos últimos, creo que el problema no es tanto el juguete sino cómo nos los venden: un muñeco puede ser tanto para un niño como para una niña, igual que un camión, un juego de hacer experimentos o un carrito con accesorios para limpiar. Ahí somos nosotros los que debemos cambiar el discurso y explicarle a nuestros hijos y hijas que tanto mamá como papá cuidan y dan de comer al bebé o limpian o conducen, por lo que estos juguetes los pueden utilizar tanto niños como niñas. 

 

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