La CNAE reconoce que proteger a la infancia «es complicado»

CNAE es una fundación que trabaja para la prevención de accidentes de tráfico y la divulgación y sensibilización en materia de educación vial. Su patrono principal es la Confederación Nacional de Autoescuelas, organización que aglutina más del 90% de las autoescuelas españolas. 

El pasado día 3 de marzo se celebró una jornada en la que se comentaban las novedades de la Ley de Seguridad Vial, aprobada en el Congreso de los Diputados el pasado diciembre de 2021.

Durante algunos minutos en la presentación agradecen a diferentes personas relevantes del sector y del ámbito político haber tenido en cuenta la importancia de la actualización de esta Ley porque, tal y como recalcan, «hablamos de vidas humanas que no podemos perder de vista”. 

Abogan por más formación en educación vial y más recursos. Por una mayor concienciación de la población y de profesionales relacionados con el mundo del automóvil. 

Y no es para menos, ya que tal y como nos recuerda la DGT en su revista, alrededor de un millón y medio de vehículos circula por las carreteras españolas con los neumáticos en mal estado. Durante el año 2020 fallecieron 870 personas en la carretera. Se han reducido en un 21% el número de fallecidos, pero también ha bajado la movilidad y desplazamientos de largo recorrido en un 25%. No, no ha mejorado la cosa. 

El objetivo de la ponencia era enumerar y poner sobre la mesa las novedades de la reforma y destacar la laxitud de algunas decisiones. Se aumentan las cantidades de algunas de las sanciones, tanto económicamente como en puntos y, tal y como dicen, se echa de menos la formación continua en educación vial.

Se aumenta a cuatro puntos la sanción por no utilizar bien el sistema de retención infantil o el cinturón de seguridad (o por no usarlo, claro) y 200 euros.

Hago un inciso para recordar que en 2019, el 30% de todos los peques fallecidos en siniestros en la carretera no llevaban el sistema de retención infantil. Y el resto sí que lo llevaba y también murieron. ¿Por qué? Quizás por aquí también haya que pelear algo, ya que la falta de obligatoriedad de ir a contramarcha es la responsable de estos porcentajes. Para muestra un botón, los números en Suecia son bastante diferentes y ni siquiera están obligados ya que tienen la misma normativa, allí simplemente son coherentes con la protección al menor en este sentido. 

La CNAE, claro está, reclama aspectos que les atañen, argumentan y exponen que las vidas humanas son algo que hay que tener en cuenta y, tal y como rezan en su web, para lograr un buen fin, debemos empezar por el principio. 

Y el principio, señores, es la infancia. Los menores siguen estando los últimos en la lista de la protección en la carretera. Son los que todavía no están siendo objeto de debate para mejorar y endurecer las sanciones por no protegerles como es debidamente. Y esos a los que todavía nadie los tiene en cuenta en algo tan básico como es el transporte escolar. 

Porque cuando llegamos a este punto, el argumento es que la logística no es fácil. Le llegó el turno de intervención a Francisco de las Alas – Pumariño quien es actualmente el Jefe de Normativa de la DGT, y por su boca salieron perlas como: 

“¿Cómo es que los autobuses escolares no llevan todos sillita de retención infantil? Pues, sencillamente, porque hay que montar 40 sillitas, abrochar a los niños, luego bajarlos, desmontar los dispositivos, almacenarlos en algún sitio porque luego ese autobús tendrá que ir al aeropuerto, recoger a alguien o lo que sea… En fin, las cosas son complicadas”.

“Las cosas son complicadas” termina el párrafo, para dejar sobre la mesa que cuando la logística se complica es mejor mirar para otro lado. Proteger a la infancia molesta. Y no sólo molesta, sino que aquí sí es lícito poner excusas. Aquí se puede mirar para otro lado. Porque para qué vamos a buscar una posibilidad de hacer las cosas mejor, ¿verdad? 

En una ponencia de más de dos horas nos ha quedado clarísimo qué cosas son las importantes y cuáles no para quienes se supone que velan por la seguridad de los ciudadanos instaurando las normas.

El ser humano tiene una tendencia increíble a luchar por sus propios intereses, pero que cuando se habla de un tema que no le compete o que no le reporta ningún beneficio, se encoge de hombros y silba. 

En una ponencia de más de dos horas nos ha quedado clarísimo qué cosas son las importantes y cuáles no para los representantes de la Fundación CNAE. 

Seguiríamos esperando a que hagan algo, pero no va a hacer falta porque ya seguimos empujando nosotros. En este otro post sobre transporte escolar te recomiendo varias organizaciones que velan por la seguridad de los más pequeños y que luchan por una actualización de la Ley de tráfico que sí contemple a la infancia como lo que es: el futuro.