Mi bebé tiene un bultito en el ombligo, ¿es una hernia umbilical?

Se le ha quedado un bultito en el ombligo. ¿Será que le cortaron el cordón demasiado largo cuando nació? Probablemente no. Cuando se corta el cordón umbilical, lo que se pinza y se corta es el propio cordón, que está destinado a caerse. La piel que lo sujeta es la que va a formar el ombligo y no se puede cortar, porque es piel. Pertenece al cuerpo del bebé, dolería y sangraría si lo cortaran. Así que no, si el ombligo se le ha quedado muy abultado o le notamos como una bolita que sobresale por detrás de la cicatriz umbilical, no es porque le cortaron el cordón demasiado largo. Probablemente tenga una hernia umbilical.

Hernia umbilical: qué es, cuál es su causa y cómo detectarla

Después de la caída del cordón, el resto de piel que lo rodeaba se irá retrayendo hasta adoptar su forma definitiva en unos días o semanas. A veces la piel es tan abundante, que puede quedar un ombligo realmente grande, con muchos pliegues. Es lo que se conoce como ombligo cutáneo y no supone ningún problema.

Pero si lo que notamos es como un bultito que eleva el ombligo desde abajo, probablemente se trate de una hernia umbilical. La hernia umbilical se produce porque hay una debilidad en la pared abdominal, en los músculos y tejidos fibrosos que forman la pared del abdomen.

Se trata de una abertura alrededor del ombligo por la que se cuela una porción de intestino. Lo que se ve y se toca es un bultito blando justo debajo del ombligo que puede cambiar de tamaño, según la posición o lo que esté haciendo el bebé. Suelen aumentar de tamaño con la tos, el llanto o el esfuerzo, porque aumenta la presión dentro de la barriga y el intestino sale con facilidad. Luego disminuye de tamaño, o incluso desaparece, cuando el bebé está relajado.

¿Es molesta o peligrosa?

Si el pequeño está estreñido y tiene que apretar mucho para hacer caquita, o si tiene una infección respiratoria que le produce mucha tos; la hernia puede quedarse de forma permanente fuera y aumentar bastante de volumen, incluso hasta tener el tamaño de una pelota de ping pong, pero luego irá disminuyendo hasta desaparecer por completo en los primeros años de vida. 

Afecta a uno de cada cinco recién nacidos sanos y es más frecuente en niñas, prematuros y recién nacidos de bajo peso. En ocasiones se presenta asociado a otros defectos congénitos, pero la mayoría de las veces se trata de un problema aislado. Normalmente no produce ninguna molestia y no se complica casi nunca.

No duele, no produce gases ni trastornos digestivos. Mientras las hernias inguinales se deben operar siempre por el riesgo de que se compliquen, las hernias umbilicales se suelen resolver solas y se puede esperar a ver cómo evolucionan con el tiempo, ya que tienden a ir disminuyendo de tamaño hasta desaparecer.

Es excepcional que el intestino que se cuela por el defecto de la pared abdominal, se quede atrapado y no se pueda volver a introducir en el abdomen. Es lo que se denomina hernia incarcerada. Y aún más difícil es que la hernia se estrangule, que es lo que sucede cuando el intestino se queda atrapado y falla la circulación, con el consiguiente riesgo de gangrena. 

¿Existe remedio o tratamiento?

No se deben utilizar fajas ni ombligueros porque no está demostrado que funcionen, y tampoco se recomienda recurrir a remedios caseros, como bolitas de algodón o monedas apretadas con esparadrapo para “esconder” la hernia.

Mientras la bolita o la moneda está puesta, empujando la hernia hacia adentro, parece que está funcionando, porque efectivamente no se ve, pero en cuanto lo quitamos, pasado cierto tiempo volverá a aparecer. Además, estos recursos pueden resultar contraproducentes porque pueden producir otros problemas como irritación de la piel, alergia al esparadrapo o al metal de la moneda.

Normalmente las hernias umbilicales desaparecen entre el año y los tres años, pero si persisten más allá de los cuatro años, el cirujano puede valorar operar (según las características de la hernia o del paciente). Generalmente se operan las hernias umbilicales que no han desaparecido a esta edad cuando se trata de una niña, para prevenir que tenga dificultades en un futuro, ya que este tipo de hernia se puede complicar durante el embarazo.

También se pueden operar si hay obesidad importante, si supone un problema estético o si, en lugar de ir disminuyendo de tamaño a partir del año o los dos años de vida, lo que hace es aumentar de volumen. En caso de ser necesario, la operación es un procedimiento sencillo que no requiere ingreso hospitalario y que suele dar muy buenos resultados. A diferencia de las hernias del adulto, en los niños no se suelen utilizar mallas para reparar este tipo de hernias.

La hernia umbilical en el recién nacido

La hernia umbilical es frecuente en el recién nacido, pero no reviste gravedad. Y, como decíamos anteriormente, es más frecuente en niñas, prematuros y recién nacidos de bajo peso. Pueden aumentar de tamaño durante los primeros meses de vida, sobre todo si el bebé tiene tos o está estreñido.

Suelen desaparecer solas a partir del año o los dos años de vida. No se complican casi nunca, por eso no suelen precisar operación. Las fajas o los remedios caseros como la moneda con el esparadrapo no solucionan la hernia y pueden producir complicaciones. Si necesitas información o asesoramiento sobre este o cualquier otro tema relacionado con la salud de tu bebé, puedes consultar al equipo de profesionales de Criar con Sentido Común en la Tribu CSC.

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