La Hora del Planeta: Por qué es importante celebrar con los niños este día

Este sábado, 26 de marzo, podemos participar de nuevo en la Hora del Planeta. Pero, ¿cuál es la hora del planeta? Cada año, el último sábado de marzo, entre las 20:30 y las 21:30, millones de personas se suman a esta iniciativa que nos propone apagar las luces y desconectar todos los aparatos eléctricos como gesto simbólico para tomar conciencia sobre el problema del cambio climático.

¿Cómo nace la Hora del Planeta?

Esta idea surgió en el año 2007 en Sidney, impulsada por World Wildlife Fund (WWF) para crear conciencia sobre la necesidad de tomar medidas de acción en contra del cambio climático y la pérdida de biodiversidad. La propuesta consistía en apagar las luces de edificios y monumentos durante una hora.

Con el tiempo esta iniciativa ha adquirido una dimensión mundial, convirtiéndose en un movimiento en el que participan miles de ciudades de más de un centenar de países. Edificios tan emblemáticos como la Torre Eiffel de París, el Coliseo de Roma, la Giralda de Sevilla o la Sagrada Familia de Barcelona, apagan sus luces durante la Hora del Planeta como gesto simbólico.

Se ha convertido en mucho más que un símbolo. Es una acción multitudinaria que aúna a ciudadanía, instituciones y organizaciones de diversa índole y de todo el mundo en la lucha contra el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad.

Para qué sirve la Hora del Planeta

Es de sobra conocida la importancia del cuidado de la naturaleza y de nuestro planeta. De la naturaleza obtenemos todos los recursos que necesitamos para vivir. El desarrollo de la Humanidad ha implicado grandes cambios en la naturaleza. Estamos reduciendo la biodiversidad del planeta, extinguiendo especies a través de la caza o de la introducción de especies no autóctonas en distintos ecosistemas. La contaminación tanto de la atmósfera, como de los océanos y la superficie terrestre es cada vez más preocupante.

Y el cambio climático es uno de los mayores retos que debemos afrontar. Con el desarrollo industrial y el aumento exponencial de la población mundial, la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera ha traído consigo un calentamiento global. Este aumento de temperatura del planeta está provocando el cambio climático. Cambios que de manera natural no se estarían produciendo, al menos a este ritmo, y que están condicionados por la intervención del ser humano.

¿Qué hay que hacer en La Hora del Planeta?

La Hora del Planeta tiene impacto en diferentes aspectos tanto sociales como medioambientales. A nivel medioambiental, cuando apagamos las luces y desconectamos los aparatos eléctricos que no son imprescindibles estamos consiguiendo tres cosas: evitar el consumo de energía, reducir las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera y disminuir la contaminación lumínica.

Es evidente que hacer esto durante una sola hora no va a tener un impacto significativo en la evolución del cambio climático; sin embargo, aquí es donde entra en juego el impacto social. Se trata de crear conciencia de cómo podemos prevenir este cambio con pequeños gestos que pueden ayudarnos a ahorrar energía y a optimizar los recursos y, como consecuencia, también a disminuir la contaminación atmosférica. Y es en este sentido precisamente, en el de la concienciación, en el que la Hora del Planeta adquiere relevancia como herramienta educativa.

La Hora del Planeta para niños y niñas

Porque si queremos revertir la situación y disminuir el impacto negativo que la actividad humana está teniendo sobre el planeta, es imprescindible que concienciemos a todos los sectores de la sociedad, incluida la infancia que, además, será la población que durante más tiempo llevará a cabo desde este momento actividades de impacto medioambiental.

En las escuelas ya hace años que se implementan programas de educación ambiental en los que se incluyen actividades de concienciación sobre el cambio climático, entre otras. La importancia del reciclaje o de la reducción del consumo de envases en general es otro de los focos en los que suelen centrarse.

Y el ahorro energético, así como de recursos, al que podemos contribuir con pequeños gestos como apagar las luces cuando no estamos en una habitación, cerrar el grifo cuando no es imprescindible, caminar o ir en bicicleta en los trayectos cortos para evitar usar el coche o desenchufar aquellos aparatos que no estamos utilizando forman parte de cualquier proyecto educativo integral hoy en día.

En este sentido, la Hora del Planeta es una acción que puede servirnos para concienciar a la infancia también de la importancia de cuidar la naturaleza. Podemos aprovechar esta iniciativa no solo para sumarnos al apagón sino también para abordar esta problemática y profundizar en el impacto que nuestra actividad diaria tiene sobre el planeta.

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