El 4 de marzo se celebra el Día Mundial contra la Obesidad Infantil. Según datos de 2019, en España el 23,3% de los niños de entre seis y nueve años tiene sobrepeso y un 17,3%…
¿Cuántos niños tienen obesidad o sobrepeso? En España la mitad de los niños entre 6 y 16 años padecen obesidad y sobrepeso.
El dato procede de una muestra de 228 estudiantes de 6 a 16 años de una población de unos 3.000 habitantes de una población rural de Córdoba analizada por la médico Isabel María Blancas Sánchez en su tesis doctoral sobre la obesidad y los factores de riesgo cardiovascular en escolares.
El objetivo del trabajo era conocer la prevalencia de obesidad y estado de salud cardiovascular de los escolares prepúberes y púberes de una población rural de Córdoba. «Determinado por medidas antropométricas, actividad física, y pruebas de imagen (ecocardiografía). Y su asociación con el grado de obesidad, prediabetes y con la presencia de síndrome metabólico«, explica su autora.
Los resultados de la muestra fueron demoledores: el 49,5% tenían obesidad y sobrepeso.
Tasas de obesidad y sobrepeso infantil inesperadas
Esta cifra contrasta con trabajos preexistentes. Tal y como señala la propia autora en su tesis: «Las tasas de obesidad y sobrepeso que detectamos en nuestro estudio fueron muy inesperadas. Ya que estudios previos han indicado niveles más bajos (35,36%)«.
Es más, según explica Blancas, los números de «la década de 2000 mostraban que la combinación de niños obesos y con sobrepeso era del 26,3%». Es decir, que la obesidad y el sobrepeso infantil se han duplicado en los últimos 20 años.
La idea de la tesis surgió como fruto de la etapa de formación de Blancas como residente en un centro de salud rural, donde se percató de que cada vez
«los niños tenían hábitos más insanos, predilección por alimentos más ricos en azúcares, hacían menos deporte. Cuando antiguamente en las zonas rurales se caracterizaban por estar siempre en la calle. Y hacían un mayor uso de la pantalla, un mayor uso de videojuegos y una vida más sedentaria«.
Estos menores «ya están desarrollando enfermedades»
A la luz de los resultados obtenidos, «la población no es que esté igual que antiguamente, sino que está muchísimo peor», informa la agencia Efe. De hecho, la investigación concluye que esta realidad hace que estos menores «ya están desarrollando enfermedades», según sostiene la especialista.
Con su estudio, Blancas ha revelado que estos menores presentan padecimientos como prediabetes, «que es la antesala a padecer una diabetes. O la antesala de que cuando seas adulto tengas una diabetes tipo II u otro tipo de enfermedades cardiovasculares«.
La tesis de la médico del Hospital Universitario Reina Sofía en Córdoba, ha recibido la calificación de sobresaliente cum laude en la Universidad de Córdoba. En ella, Blancas analizó el papel de la obesidad y la presión arterial en el espesor del tejido adiposo epicárdico, y su asociación con medidas antropométricas y síndrome metabólico (conjunto de afecciones que aumentan el riesgo de sufrir cardiopatía coronaria, diabetes, accidente cerebrovascular y otros problemas de salud graves).
No obstante, Blancas también diseñó y desarrolló una intervención dietética en niños prediabéticos en un entorno rural, demostrando que la solución era sencilla y estaba al alcance de todos.
Una sencilla intervención nutricional
A pesar de las graves consecuencias que pueden acarrear la obesidad y el sobrepeso infantil, la especialista ha enfatizado que mejorar el estado de salud de los menores estudiados «fue una cosa muy sencilla», ya que tan solo fue necesario llevar a cabo «una intervención nutricional con el decálogo de la dieta mediterránea. Que es la dieta que siempre hemos tenido aquí, a nivel de España».
Así, la experta demostró que, tras una intervención nutricional, en la que se sigue una dieta mediterránea, los niños con prediabetes, «es decir, niños que podrían padecer una enfermedad a posteriori, mejoran tanto los parámetros antropométricos como los analíticos«.
En efecto, la intervención nutricional puso de manifiesto que la situación no es complicada de revertir. En concreto, 29 niños prediabéticos de una edad media de 10 años adaptaron sus hábitos alimenticios a la dieta mediterránea y los resultados indicaron una disminución del peso, perímetro de cintura, brazo y cadera, un aumento de la masa muscular y la mejora de la HbA1c (mide la glucosa en sangre) y de los niveles de insulina.
Estos menores fueron siguiendo cada uno de los ítems incluidos en el cuestionario decálogo de la alimentación saludable. Así, aumentaron su consumo de verduras, hortalizas y pan integral y disminuyeron el consumo de bebidas carbonatadas y/o azucaradas. De hecho, según Blancas, ahora «la mitad de ellos no consumen bebidas carbonatadas y/o azucaradas» y «el agua ha pasado a ser por tanto la bebida principal en el 100% de los niños».
Además, la mitad de ellos dejó de tomar bollería industrial, ‘snacks’ y golosinas. Por último. «otro dato positivo es el descenso del 70% del consumo semanal de carnes rojas y/o procesadas«, apunta la médico. De esta forma, «los parámetros antropométricos fueron muchísimo mejor», incide la autora de la tesis.
Causas de la obesidad infantil en España
Blancas defiende que la dieta mediterránea es la que «se ha llevado en España desde siempre», pero ahora está en peligro, tanto por la inflación, que eleva el coste de los alimentos de calidad, como por la irrupción de la comida procesada, tal y como advierte la especialista: «la intervención de la publicidad, las redes sociales, la aparición de alimentos precocinados, los ultra procesados, todo eso está haciendo mucho daño en la dieta saludable«.
Asimismo, entre las causas de la obesidad infantil también destaca el hecho de que los menores tienen hábitos de vida cada vez más insanos y sedentarios: los niños y adolescentes se mueven menos, hacen menos deporte y aumentan el tiempo de uso de pantallas y videojuegos.
En todo caso, Isabel María Blancas defiende «empezar desde casa, siendo los padres los que ayudemos a llevar una dieta saludable» y también que «en los colegios sería muy interesante la figura del nutricionista o de la enfermera o enfermero de centro educativo que podrían llevar también o hacer un seguimiento de lo que son las dietas y en los centros de salud a través de los programas de obesidad».
Por otra parte, alentar estilos de vida saludables y la práctica deportiva desde el hogar y el colegio también son medidas ampliamente defendidas por la comunidad científica.
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Según la OMS, la causa fundamental del aumento global de la prevalencia de sobrepeso y obesidad es que a nivel mundial ha habido un aumento en la ingesta de alimentos de alto contenido calórico que son ricos en grasa; y un descenso en la actividad física debido a la naturaleza cada vez más sedentaria de muchas formas de trabajo, los nuevos modos de transporte y la creciente urbanización.
«A menudo los cambios en los hábitos alimentarios y de actividad física son consecuencia de cambios ambientales y sociales asociados al desarrollo y de la falta de políticas de apoyo en sectores como la salud; la agricultura; el transporte; la planificación urbana; el medio ambiente; el procesamiento, distribución y comercialización de alimentos, y la educación», señala la organización.
Cada vez más enfermedades crónicas
La especialista hace hincapié en la necesidad de trabajar en la prevención de la obesidad y el sobrepeso, especialmente desde la infancia, ya que cada vez hay más enfermedades crónicas por culpa de malos hábitos de vida y alimentarios.
«Las personas cada vez tenemos más enfermedades crónicas. Enfermedades cardiovasculares cuyo tratamiento principal sería una vida saludable. Un tratamiento esencial y que ahorraría un coste sanitario bastante importante», manifiesta Blancas.
No en vano, la obesidad supone la quinta causa de muerte en el planeta, según la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo). Por ello, las asociaciones de afectados inciden en la necesidad de acabar con los conceptos erróneos y el estigma que pesa aún sobre un problema que las sociedades científicas de todo el mundo coinciden en querer que se reconozca como una enfermedad crónica.
Desde esta entidad alertan sobre la necesidad de concienciar y ofrecer soluciones para paliar este problema. La obesidad afecta ya a 650 millones de personas en el mundo y, según las proyecciones de la federación, alcanzará a cerca de 2.000 millones en 2035.
En concreto, la prevalencia de la obesidad en España se ha triplicado en las últimas décadas hasta rondar el 16% en las personas adultas. Y, junto a las consecuencias para la salud de la población, está su elevado impacto económico: de seguir así, los 2.746 millones de coste que supuso en 2019, se habrán convertido en 3.651 millones en 2030, un 2,34 % del PIB, según la Federación Mundial de la Obesidad. Es la otra cara de la obesidad: su elevado coste económico.
Qué es la obesidad infantil según la OMS: Diferencia entre sobrepeso y obesidad
Sobrepeso y obesidad no son lo mismo, aunque pueden tener un origen común. En el caso de los adultos, la OMS define el sobrepeso y la obesidad en función del Índice de masa Corporal o IMC (el peso de una persona en kilogramos dividido por el cuadrado de la estatura en metros):
- Sobrepeso: IMC igual o superior a 25.
- Obesidad: IMC igual o superior a 30.
En el caso de los niños, es necesario tener en cuenta la edad al definir el sobrepeso y la obesidad:
- Niños menores de 5 años:
- El sobrepeso es el peso para la estatura con más de dos desviaciones típicas por encima de la mediana establecida en los patrones de crecimiento infantil de la OMS.
- La obesidad es el peso para la estatura con más de tres desviaciones típicas por encima de la mediana establecida en los patrones de crecimiento infantil de la OMS.
- Niños de 5 a 19 años:
- El sobrepeso es el IMC para la edad con más de una desviación típica por encima de la mediana establecida en los patrones de crecimiento infantil de la OMS.
- La obesidad es mayor que dos desviaciones típicas por encima de la mediana establecida en los patrones de crecimiento infantil de la OMS.
No obstante, aunque el IMC es un método de evaluación fácil y económico del peso (bajo peso, peso saludable, sobrepeso y obesidad), la realidad no es tan sencilla. El IMC no siempre nos ofrece un resultado fiable, ya que es la misma para ambos sexos y para los adultos de todas las edades, y deja fuera otros parámetros importantes, como el estado de salud general de la persona. Por este motivo, se debe considerar como un valor aproximado, ya que puede no corresponderse con el mismo nivel de grosor en diferentes personas.
Por ello, antes de nada, debemos comprobar a qué se debe el peso elevado. Puede deberse a un exceso de tejido adiposo o graso, pero también puede suceder que este no sea siempre el caso.
No obstante, por lo general la obesidad infantil da síntomas que pueden alertar a los progenitores de la necesidad de cuidar el estilo de vida y la dieta de nuestros hijos e hijas: aspecto físico «rellenito», peso por encima de los percentiles (sin elevada estatura que lo justifique), fatiga al practicar ejercicio, ronquidos al dormir, dormir mucho, intolerancia al frío, estreñimiento, cuello con coloración oscura, caída de pelo y/o estrías en la piel.
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