Tras cumplir el primer año de vida, la leche deja de ser la principal protagonista en la alimentación del bebé para dejar paso a otros alimentos. ¿Qué pasa entonces con la lactancia? ¿Seguimos ofreciendo leche…
La lactoalbúmina es una proteína que realiza importantes funciones en el organismo y es fundamental para el desarrollo de los bebés, de ahí que sea el componente principal de la leche materna.
¿Qué es la lactoalbúmina?
La lactoalbúmina es una de las proteínas que se encuentran en el suero de la leche de todos los mamíferos, tanto de los animales como del ser humano. Uno de sus aspectos más interesantes es que contiene gran cantidad de aminoácidos esenciales para nuestro organismo, lo que le confiere un gran valor biológico.
Todas las proteínas están formadas por largas cadenas de distintos aminoácidos esenciales y no esenciales, y la mayor o menor presencia de todos los aminoácidos esenciales será lo que indique el valor biológico de esa proteína. En el caso concreto de la lactoalbúmina, o más exactamente alfa-lactoalbúmina (α-lactoalbúmina), se trata de una proteína de alto valor biológico por ser muy rica en aminoácidos esenciales.
¿Dónde se encuentra la lactoalbúmina?
La α-lactoalbúmina se encuentra presente en el suero de la leche de la mayoría de los mamíferos. En el suero de la leche materna humana es la proteína presente en mayor cantidad. También puede llegar a conformar el 20% de la composición del suero de la leche de vaca (es la segunda en mayor cantidad que podemos encontrar en ella).
La presencia de la α-lactoalbúmina en la leche hace posible que se forme la lactosa, el carbohidrato con mayor presencia en los lácteos, mediante la unión de las moléculas de glucosa con las de galactosa. Además, su presencia también favorece la digestión de la lactosa por parte de nuestro organismo.
El término «esencial» que se le otorga hace referencia a todos aquellos elementos (aminoácidos, vitaminas, etc.) que nuestro organismo no es capaz de sintetizar por sí mismo y, por lo tanto, los debemos aportar mediante los alimentos incluidos en nuestra dieta.
¿Qué alimentos contienen lactoalbúmina?
Las personas adultas pueden ingerir lactoalbúmina a través de productos lácteos, que pueden ser semidesnatados o desnatados. En cuanto a los bebés, la lactoalbúmina está presente en el suero de la leche materna, donde ejerce múltiples funciones, además de la puramente nutricional, por su composición en aminoácidos, tanto esenciales como no esenciales.
En el caso de los bebés alimentados con biberón, hay fórmulas infantiles enriquecidas con con α-lactoalbúmina cuya composición proteica y aminoacídica es más parecida a la leche humana, hecho que tiene una gran importancia desde un punto de vista nutricional al ser esta proteína una fuente natural de triptófano y cisteína.
Propiedades y beneficios de la α-lactoalbúmina para el organismo
Debido a que contiene gran cantidad de aminoácidos esenciales se considera una proteína completa, es decir, por sí misma contiene todos los aminoácidos esenciales requeridos para poder desarrollar todas las funciones que se le requiere. Además, contiene una cantidad notable de un aminoácido no esencial: la cisteína, importante para la estructura y función de las proteínas (como enzimas, inmunoglobulinas G e insulina).
Otra característica interesante es que presenta una alta velocidad de absorción, es decir, libera rápidamente los aminoácidos en el torrente sanguíneo.
Según los investigadores, la alfa-lactoalbúmina también parece tener un claro efecto antimicrobiano y bifidogénico, mejora la absorción de minerales como el zinc, interviene en el patrón de sueño y disminuye la sensibilidad al estrés.
Entre los aminoácidos presentes en esta proteína hemos citado la cisteína, que, aunque no se trata de un aminoácido esencial, cumple importantes funciones en nuestro organismo. El cuerpo humano adulto produce cisteína en una cantidad normal y suficiente en circunstancias normales, pero en determinados casos, como en bebés, ancianos o personas con algún tipo de problema en su metabolismo, puede resultar interesante su aporte externo, ya que la cisteína es el precursor de un potente antioxidante: el glutatión.
Así, entre sus beneficios, podemos encontrar que la alfa-lactoalbúmina:
- Ayuda a la creación y mantenimiento de la masa muscular.
- Mejora de nuestro estado mental y de ánimo a nivel general.
- Es imprescindible para el correcto desarrollo de recién nacidos y bebés lactantes.
¿Por qué la lactoalbúmina es tan importante para los recién nacidos?
El aporte de aminoácidos resulta esencial en esta primera etapa de nuestra vida en la que nos encontramos en constante desarrollo, y además somos más vulnerables. Tanto, que un consumo bajo de de lactoalbúmina en los primeros meses de vida podría ocasionar un déficit de nutrientes en el bebé.
Por otra parte, la lactoalbúmina favorece la generación de anticuerpos en el organismo de los bebés.
A diferencia de la leche de vaca, la leche materna humana contiene hasta un 60% de lactoalbúmina, siendo la proteína presente en mayor cantidad. En este sentido, las madres que optan por alimentar con leche materna a sus bebés no tienen ningún problema en cuanto al aporte de esta proteína se refiere.
Aquellas que optan por leche artificial, pueden elegir aquella leche comercial que cuente con la alfa-lactoalbúmina en su composición para que sea lo más similar posible a la leche materna, ya que esto resulta fundamental, especialmente durante los 6 primeros meses de vida.
Problemas o inconvenientes
Si bien es deseable que las fórmulas infantiles contengan lactoalbúmina en su composición, también los productos lácteos como fuente de lactoalbúmina, estarían contraindicados en las siguientes situaciones médicas:
- Alergia a la leche de vaca.
- Intolerancia a la lactosa.
- Galactosemia.
- Celiaquía.
- Cirugía de estómago o intestinal.
Los síntomas con los que se suelen manifestar estas patologías varían en función de si se trata de una alergia mediada por IgE o no mediada por IgE. En el caso de alergia a la proteína de la leche mediada por IgE se pueden padecer urticarias, dificultad respiratoria similar a las padecidas durante un ataque de asma y conjuntivitis. Los síntomas asociados a la alergia a la proteína de la leche no mediada por IgE se manifiestan en forma de molestias digestivas, hinchazón abdominal, vómitos o diarrea.
Estos últimos síntomas son muy similares a los de la intolerancia a la lactosa, por ello, si nuestros peques padecen alguno de estos síntomas de forma habitual al consumir lácteos deben ser examinados por un especialista para concretar cuál de los dos elementos (bien las proteínas o bien la lactosa) es el que les produce este tipo de problemas.
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