Las proteínas de la leche materna están compuestas por suero y caseína. El equilibrio entre ambas es fundamental para facilitar la digestión del bebé y que este se desarrolle adecuadamente. Hoy os hablamos de las…
Un estudio sobre las grasas de la leche materna podría dar respuesta a por qué el pecho es mejor que cualquier otro alimento sustituto para bebés y niños pequeños.
En la investigación, el estudio de lipidómica de la leche materna más completo hasta la fecha, la científica investigadora del Instituto Baker, la Dra. Alexandra George, descubrió que la composición de los lípidos en la leche materna, es decir, el lipidoma de la leche materna, difiere significativamente de la de la fórmula infantil y la leche animal, y lo más importante, que la leche materna es rica en lípidos etéreos.
Y es que la concentración de éter-lípidos es significativamente más alta en la leche materna en comparación con la fórmula, otros lípidos animales y leches vegetales. Este hallazgo proporciona una posible explicación a por qué la leche materna se considera la fuente de alimento más beneficiosa para el desarrollo temprano en la vida humana.
El estudio, publicado recientemente en Frontiers in Nutrition, ha sido realizado por investigadores del Baker Heart and Diabetes Institute, en colaboración con investigadores del Murdoch Children’s Research Institute.
Los bebés alimentados con leche materna y con fórmula no reciben las mismas protecciones
En los primeros meses de vida, la leche materna proporciona al lactante una multitud de componentes nutritivos y bioactivos, incluidos los lípidos, que constituyen aproximadamente del 3 al 5% de la leche humana.
Pero ¿qué cantidad de grasa tiene la leche materna? La porción lipídica no solo proporciona la mayor parte de la energía (aproximadamente el 50%) al lactante, sino que también proporciona especies potencialmente bioactivas con funciones críticas en los primeros años de vida.
«Los lactantes amamantados tienen un menor riesgo de enfermedad en comparación con los lactantes alimentados con fórmula; sin embargo, se desconocen los mecanismos detrás de esta protección».
No obstante, se conoce poco acerca de la composición y los beneficios del lipidoma de la leche materna (la composición de las grasas de la leche humana). Según los investigadores:
«La leche humana tiene un lipidoma complejo que puede tener muchas funciones críticas en la salud y el riesgo de enfermedad. Sin embargo, la lipidómica de la leche humana es un desafío y aún se necesitan investigaciones para comprender completamente el lipidoma e interpretar y traducir los hallazgos».
Por estos motivos, el estudio tuvo como objetivo abordar lagunas clave en el conocimiento sobre los lipidomas de la leche humana y discutir las posibles implicaciones para la salud en las primeras etapas de la vida.
«El lipidoma de la leche humana es complejo y está compuesto por numerosas clases de lípidos, incluidos triacilgliceroles, esfingolípidos y gangliósidos, cada uno de los cuales está compuesto por cientos de especies de lípidos individuales, muchas de las cuales pueden ser difíciles de medir», explica la investigación.
Además, los lípidos de la leche humana también influyen en la cantidad de leche que segrega el pecho.
«De los componentes de macronutrientes, el porcentaje de lípidos totales en la leche humana muestra la mayor variación interindividual. El porcentaje de lípidos también está relacionado con la cantidad de leche en el pecho en el momento de la recolección (y, por lo tanto, con los patrones de alimentación), lo que resulta en una gran variación».
«Los bebés amamantados tienen mejores resultados de salud a corto y largo plazo»
«Los bebés amamantados tienen mejores resultados de salud a corto y largo plazo que los alimentados con fórmula», mencionan los autores del estudio. «Las diferencias de composición entre la leche humana y la fórmula infantil probablemente sean responsables, al menos en parte, de estos efectos».
«Cada vez hay más pruebas de que el lipidoma de la leche humana contribuye a algunos de los beneficios que ofrece la lactancia materna, al disminuir el riesgo de obesidad, diabetes y enfermedades no transmisibles.
Los mecanismos potenciales incluyen acciones antiinfecciosas y antiinflamatorias por parte de los ácidos grasos, el sustento del tejido adiposo beige por los alquilgliceroles y, por lo tanto, un menor riesgo de obesidad, y establecimiento de un metabolismo saludable y regulación de lípidos mediante metabolitos de lípidos como 12,13-diHOME.
La desregulación de los lípidos circulantes, por su parte, «también es un factor de riesgo clave demostrado para la obesidad y las enfermedades no transmisibles relacionadas».
En un análisis de más de 600 lípidos plasmáticos en 1.074 bebés (Barwon Infant Study), los científicos encontraron que «el 90% de los lípidos circulantes a los 6 meses de edad se asociaban significativamente con cualquier lactancia materna a los 6 meses de edad».
Beneficios cardioprotectores, inmunitarios, de desarrollo y neurológicos, así como de protección frente a enfermedades
Los lípidos de éter tienen beneficios cardioprotectores y sus niveles bajos están asociados con enfermedades como la aterosclerosis y la enfermedad del hígado graso.
Los éter-lípidos también se han relacionado con la inmunidad en adultos, lo que indica la posibilidad de que cumplan también un importante papel en la protección inmunitaria en las primeras etapas de la vida.
Los bebés amamantados tienen menor riesgo de enfermedades y mejores resultados a corto y largo plazo
Se ha demostrado que «los bebés amamantados tienen un menor riesgo de enfermedades y mejores resultados a corto y largo plazo que los bebés alimentados con fórmula».
Asimismo, existen «asociaciones positivas» entre la lactancia materna y el desarrollo del sistema inmunológico, el desarrollo neurológico y las trayectorias de crecimiento, y un menor riesgo de obesidad, diabetes y enfermedades no transmisibles.
La leche materna es 10 veces más rica en lípidos etéreos que cualquier otra
El análisis lipidómico identificó 979 lípidos en la leche materna. El lipidoma de la leche humana resultó ser distinto del de las fórmulas infantiles y de la leche animal y vegetal.
«Los lípidos de éter fueron de particular interés, ya que eran significativamente mayores, en concentración y abundancia relativa, en la leche humana que en la fórmula y la leche animal, si es que estaban presentes en estas últimas muestras», sostienen los autores del estudio.
Y esto era así, especialmente, cuando se trataba de calostro, el llamado «oro líquido», ya que, tal y como explican los investigadores: «Muchos éter-lípidos estaban en su nivel más alto en el calostro y algunos cambiaron significativamente durante la lactancia».
Los bebés amamantados ingieren 200 veces más lípidos etéreos que los alimentados con fórmula
Se identificaron correlaciones significativas entre la leche materna y los lípidos circulantes infantiles (el 40% de los cuales eran lípidos etéreos), y «la ingesta específica de lípidos etéreos por parte de los lactantes amamantados exclusivamente fue 200 veces mayor que la de los lactantes alimentados exclusivamente con fórmula».
Tal y como explica Alexandra George, los lípidos constituyen aproximadamente entre el 3% y el 5% de la leche materna y proporcionan la mayor parte de la energía a los bebés amamantados. También aportan especies potencialmente bioactivas con funciones críticas en las primeras etapas de la vida.
«Encontramos que existen diferencias importantes en la composición de lípidos de la leche materna, la fórmula infantil y otras leches de origen animal o vegetal, y que los éter-lípidos eran típicamente 10 veces más abundantes en la leche materna que en la fórmula», manifiesta la especialista.
Los lípidos etéreos son hasta 19 veces más altos en bebés amamantados a los 6 meses de edad
Ella y su equipo de investigadores también han sido los primeros en establecer que el lipidoma de la leche materna afecta los lípidos circulantes infantiles donde, según explica George, «encontramos que los lípidos etéreos son hasta 19 veces más altos en los bebés amamantados que en los alimentados con fórmula a los 6 meses de edad«.
«Estos hallazgos tienen implicaciones importantes para la nutrición y la salud infantil y sugieren que aumentar los niveles de éter lípidos en la dieta materna podría conducir a un aumento del contenido de éter lípidos en la leche materna y alterar potencialmente los éter lípidos circulantes en el lactante.
Los lípidos circulantes son importantes para la salud y las enfermedades metabólicas del lactante. El metabolismo de los lípidos en las primeras etapas de la vida se ha relacionado con el desarrollo de enfermedades crónicas como la obesidad y la diabetes tipo 2 en el futuro», explica la experta.
La leche materna, un alimento único e insuperable
Existen marcadas diferencias entre los lipidomas de la leche humana, la fórmula infantil y la leche animal, con distinciones notables entre los éter-lípidos que se reflejan en el lipidoma del plasma infantil.
«Estos hallazgos tienen implicaciones potenciales para la salud en las primeras etapas de la vida y pueden revelar por qué los bebés alimentados con leche materna y con fórmula no reciben las mismas protecciones. Se requieren estudios exhaustivos de lipidómica con resultados para comprender los impactos en la salud infantil y adaptar la traducción», revela el estudio.
«Esta investigación ha identificado cuán diferentes son estas fuentes de nutrición (leche materna, leche de fórmula y leche animal y/o vegetal)«, manifiesta George, que también explica:
«Nuestro trabajo tiene como objetivo continuar explorando la importancia de los éter lípidos en la salud en las primeras etapas de la vida, y los próximos pasos serán desarrollar suplementos dietéticos que puedan administrarse a las madres que amamantan para aumentar sus niveles de éter lípidos, que varían considerablemente entre las mujeres que amamantan.
Y potencialmente agregar fórmulas para brindar algunos de los mismos beneficios a los bebés alimentados con fórmula que los que reciben actualmente los bebés amamantados», incide la especialista.
Si quieres más información o necesitas asesoramiento profesional, en la Tribu CSC puedes consultar online a nuestro equipo de expertos/as en salud materno-infantil y crianza respetuosa. Entre ellos/as se encuentra la asesora de lactancia materna Inma Mellado, que además de IBCLC, es Monitora de La Liga de la Leche, Máster en Nutrición Pediátrica y presidenta de la Asociación Española de Consultoras Certificadas en Lactancia Materna.
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