Hoy en día todos somos conscientes de los «beneficios» que la lactancia materna le aporta al bebé humano, motivo por el cual el 90% de las mujeres embarazadas desea alimentar a su bebé con su leche, leche humana. Sin embargo, es cierto que ante cualquier dificultad (o incluso sin ella) se recurre a la leche de fórmula sin saber realmente las implicaciones que esta acción puede tener.
La leche humana es «lo normal», la alimentación con otros derivados lácteos procesados debería ser lo inusual
Cuando constantemente alabamos los beneficios de algo, damos por hecho que ese algo es mejor que otra cosa. Que está «por encima de…». Y esa otra cosa, es lo normal.
Es como si la leche materna fueran unas «vitaminas» que le puedes dar al bebé y que son mejores que una alimentación sin ella, pero que lo habitual, lo normal y lo lógico fuera prescindir de esas vitaminas. Algo así como si dichas vitaminas fueran solo una opción para aquellos que quisieran rizar el rizo.
Este enfoque no es adecuado. La leche materna no es lo mejor. La leche materna no tiene NINGÚN beneficio. La leche materna, la leche humana, es simplemente el alimento normal del recién nacido humano, y es la «ausencia de esta alimentación», con otros derivados lácteos procesados lo que conlleva ciertos riesgos para su salud.
Estamos acostumbrados a banalizar el uso de la leche de fórmula: «Dale un biberón para que duerma mejor», «Tu leche no alimenta, dale un biberón para que engorde más» o «El bebé llora mucho, vamos a darle un biberón». Porque no somos conscientes del riesgo de estas prácticas. Porque pensamos que la leche materna es mejor, pero la de fórmula lo normal. Y no es así, sino justo al contrario.
La leche materna es lo normal y la alimentación con fórmula conlleva riesgos
Sé que muchas veces al usar esta terminología hay mujeres que se sienten molestas o atacadas, porque por sus circunstancias optaron por la lactancia artificial. Mi intención no es en ningún momento juzgar a estas madres, para nada. La leche de fórmula ha salvado a muchos bebés. Bebés que no podían alimentarse de leche de su madre por un motivo u otro.
Por otro lado, también hay mujeres que libremente deciden alimentar a sus hijos con leche de fórmula, y es totalmente lícito. Yo no quiero hacer sentir culpable a nadie. Cada familia toma siempre la mejor decisión para ellos en cada momento.
Mi objetivo con este post en informar. Porque cuando alguien tiene información, entonces es cuando puede decidir de forma libre y consciente. Porque, por desgracia, a lo largo de mi camino profesional me he encontrado madres que me dicen: ¿Y por qué nadie me dijo que esto podía pasarle si le daba leche de fórmula a mi hijo? Y no es justo.
Como cuando a un bebé le dan un biberón de «ayuda» en el hospital sin ver nada más: sin valorar una toma del pecho, sin ver realmente qué está pasando, si el bebé succiona bien, si está cansado, si el agarre al pecho es bueno o no, y simplemente se limitan a callarlo con fórmula, están aumentando de forma considerable el riesgo de alergia a proteína de leche de vaca (entre otros riesgos) .
Porque una sola toma de leche de fórmula altera la microbiota intestinal del recién nacido (las bacterias comensales que tenemos en el intestino), y estas bacterias no se recuperan hasta una semana después. Todo esto influye aumentando el riesgo de infecciones de todo tipo. Con una sola toma de leche de fórmula.
Hay muchos estudios que avalan esta información:
- La leche de fórmula aumenta el riesgo de infecciones: bronquiolitis, neumonía, otitis, gastroenteritis…
- Mayor riesgo de muerte súbita del lactante, donde influye además la cantidad: a mayor exclusividad de leche de fórmula más riesgo.
- Mayor riesgo de asma, de alergias alimentarias y dermatitis atópica.
- Mayor riesgo de obesidad y de diabetes en el futuro.
- Incluso mayor riesgo de desarrollar linfoma o leucemia.
Y en el caso de los prematuros, por ejemplo, aumenta considerablemente el riesgo de enterocolitis necrotizante, enfermedad que por desgracia puede llegar a ser mortal.
La importancia de los profesionales sanitarios
Por todo esto, es clave que en las clases de preparación al parto se «deje de hablar de los beneficios» de la leche materna y se oriente a las madres a «solucionar» o «adelantarse» a las dificultades de lactancia que puedan surgir.
Porque los profesionales sanitarios que atienden madres y bebés deberían ser conscientes también de esto y deberían estar formados y tener recursos para ayudar a las mujeres con problemas de lactancia, en lugar de decirles durante todo el embarazo que deben amamantar y luego, en caso de problemas, optar por el biberón como primer y único recurso.
Porque las tasas de lactancia en nuestro país son bajas. Y no porque las mujeres no quieran amamantar. Lo son porque no hay recursos, no hay formación adecuada en el personal sanitario y ante las dificultades no hay ninguna ayuda (o hay muy poca, o son soluciones erróneas).
Porque, a veces, sin haber ningún problema de lactancia, por comentarios del entorno y presión de los familiares se trunca una lactancia que iba bien.
Porque un profesional sanitario no puede decir: «Dale un biberón, si se crían igual…». Porque los estudios están ahí, y los riesgos de la leche de fórmula no solo afectan a corto plazo, sino también en el futuro. Que, ojo, los riesgos son eso: riesgos. Y obviamente no implican que un niño alimentado con fórmula vaya a estar menos sano que otro que no, pero sí tiene más posibilidades de no estarlo.
Que hay veces que la fórmula es la única opción, o que no se puede o no se quiere alimentar con leche materna. Pues estupendo: para eso está y por eso es la mejor opción (de hecho es la única) a la ausencia de leche materna. Pero lo que no es justo es que las mujeres que sí quieren alimentar con su leche y sí pueden hacerlo, no reciban esta información, sino justo la contraria: «dale un biberón, que no pasa nada».
Así que tengamos un poquito más de conciencia sobre lo que implica la ausencia de alimentación con leche materna. Que llamemos a las cosas por su nombre y a partir de ahí, decidamos con toda la información en nuestra mano.
Que los profesionales demos por fin un paso adelante y no solo demos la recomendación de amamantar, sino también soluciones para todas aquellas mujeres que, queriendo dar el pecho, acaban por dejarlo por no recibir la ayuda adecuada.
Y que el resto de la sociedad cuide y proteja a las mujeres y sus bebés de las opiniones y críticas ajenas, porque más que consejos no pedidos, lo que necesitan es apoyo.
Apoyo y conocer posibles problemas y soluciones
En el Seminario Online «Claves para iniciar la lactancia con éxito» tenéis la mejor información relacionada con la lactancia materna, pues tiene el objetivo de que aquellas mujeres que queráis amamantar a sus bebés tengáis los mejores consejos, sepáis qué recomendaciones pueden ir bien y qué recomendaciones pueden ser contraproducentes, y tener claro qué significa el término «a demanda», del que tanto se habla hoy en día.
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3 responses on "¿Por qué leche materna? Los "beneficios" de la leche humana"
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Nosotros llevamos 13 meses de lactancia, pero si no me hubiera informado ni ido a un grupo de lactancia, habría acabado a los 3-4 meses por culpa de la enfermera de pediatria. En la revisión de los 3 meses, en pleno verano, me dijo que espaciara las tomas y que ya le podía dar agua. Y sin que yo le preguntara nada. Imaginad si hubiera hecho caso: lógicamente habria perdido peso, me habrían dicho que mi leche no es suficiente y le habrían enchufado biberón. Aún hoy doy gracias de haber cambiado de enfermera y de no haberle hecho caso. Una pena que exista personal sanitario que estan dia a día con madres y esten tan poco actualizados.
Estoy a favor de la lactancia materna exclusiva y de hecho tengo un bebé de 14 meses que le encanta la teta.. sobretodo de noche. Pero también he de decir que hace unos meses le diagnosticaron intolerancia a la proteína de vaca y des de los nueve meses tiene otitis. Leo siempre lo beneficiosa que es la lactancia materna y que protege de muchas infecciones y demás pero he de decir que tampoco es del todo cierto, al menos en mi caso, y aún más, mi hijo está por debajo de la media de peso.
Mi hija mayor se desteto de forma natural a los tres años y medio, a los cinco, al nacer su hermana me pidió volver a mamar. La peque tiene un año y llevamos el mismo camino. Nunca les di un biberón, aunque con la segunda, si que viví la experiencia en el hospital de que me intentaran meter el biberón pirata. La enfermera tuvo que salir derrapando de la habitación con su biberón basura, casi me la como… Para mi la teta es lo natural, dormir con mis hijas hasta que dejen de necesitarlo, es lo natural, portearlas, abrazarlas cuando lloran…. Simplemente es seguir nuestro instinto mamífero y dejarse de modernidades. Lo natural siempre funciona …. Así de sencillo. Para mi, es evidente en mis hijas el efecto de esta crianza, en salud física y emocional.