Jornada intensiva desde mayo y salida a las 12 con alerta naranja o roja
El documento establece que los centros educativos podrán adelantar al 15 de mayo la activación del Protocolo, cuando hasta ahora establecía que, de forma general, se podía activar entre el 1 de junio y el 30 de septiembre. De esta forma, los colegios podrán flexibilizar el horario lectivo del alumnado con la finalidad de adaptarse a las circunstancias de temperaturas excepcionales cuando se active la alerta naranja o roja por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMT).
Si los centros decidieran aplicar la flexibilización, deberán comunicárselo previamente y de manera adecuada a las familias. Y, en cualquier caso, la salida anticipada del alumnado menor de edad deberá ser siempre autorizada por sus progenitores o representantes legales, que deberán personarse a la salida o enviar a una persona autorizada expresamente, registrando por escrito la hora exacta de la salida y firmando el preceptivo documento homologado por el centro.
Esta posibilidad no afectará nunca a la jornada lectiva, que se mantendrá sin alteración para todos aquellos alumnos y alumnas que deban permanecer en los centros educativos hasta que concluya el horario lectivo fijado desde el inicio del curso. El tiempo diario de la jornada escolar dedicado a los servicios complementarios tampoco se verá afectado.
Formación docente y pautas para paliar el calor en las aulas
El documento de la Junta establece una serie de pautas de acción ante olas de calor y altas temperaturas en el ámbito educativo, así recursos formativos para los docentes. Asimismo, incluye la actualización y adaptación de medidas de actuación de los protocolos de los centros docentes, y también su integración en el Plan de Autoprotección.
La finalidad es ofrecer indicaciones y medidas concretas para disminuir los efectos del aumento brusco de la temperatura ambiente en la salud del alumnado, del personal de centros docentes no universitarios y del personal de empresas externas que realicen trabajos en estos centros.
Asimismo, los médicos de los Equipos de Orientación Educativa realizarán sesiones de asesoramiento en los centros ubicados en las zonas de actuación para promover programas de educación para la salud relacionados con las olas de calor o altas temperaturas excepcionales.
Bioclimatización y energías renovables
Por otro lado, la Consejería está ejecutando el Plan de Bioclimatización y Energías Renovables en los centros docentes públicos andaluces, con un total de 430 obras en centros educativos ubicados en zonas de severidad climática en las distintas provincias.
En este sentido, las actuaciones consisten en:
- La instalación de refrigeración adiabática, a fin de reducir las temperaturas en las aulas durante los meses de verano.
- La implantación de paneles solares fotovoltaicos para la producción de energía eléctrica.
Los bebés menores de un año son el colectivo con mayor riesgo de padecer golpes de calor
Según la Asociación Española de Pediatría (AEP) los bebés menores de un año son el colectivo con mayor riesgo de padecer golpes de calor (junto a las personas mayores y los enfermos crónicos). Los recién nacidos y menores de 6 años están más expuestos, ya que son más propensos a las alteraciones de temperatura y tienen más problemas para regularla.
Un niño pequeño tiene menos reservas de agua, porque su temperatura aumenta de 3 a 5 veces más rápido que en un adulto y porque su aparato respiratorio aún es inmaduro. De hecho, si no se presta atención a estas señales y no se reacciona rápido, el golpe de calor en los peques puede ocasionarles problemas muy graves, pudiendo llegar a provocar un fallo multiorgánico e incluso la muerte.
Síntomas que deben alertarnos
En el caso de los bebés y niños más pequeños, la AEP advierte que es fundamental observar su estado de ánimo y conocer los síntomas más evidentes) porque actuar a tiempo es determinante para evitar consecuencias fatales. El golpe de calor puede manifestarse con los siguientes síntomas:
- Piel muy caliente, seca y enrojecida.
- Estado de ánimo decaído.
- Fatiga y debilidad.
- Mareos, náuseas e incluso vómitos.
- Calambres musculares.
- Dolor de cabeza intenso y confusión.
- Respiración superficial y rápida.
- Taquicardia (ritmo cardiaco muy rápido) y pulso débil.
¿Cómo actuar frente al golpe de calor?
Si crees que tu hijo puede estar sufriendo un golpe de calor, actúa con rapidez. Lleva al niño a un lugar fresco, con ventilación, acuéstale (preferible con los pies elevados) e intenta que disminuya la temperatura con medios físicos. Es decir: desnudándolo y haciéndole friegas con paños de agua fresca. Empieza por muñecas y nuca.
Evita sumergirlo directamente en agua helada, ya que la disminución súbita de la temperatura corporal podría ser perjudicial. Tampoco ponerle paños con alcohol, pues su piel podría absorberlo y provocarle una intoxicación etílica. En este caso los antitérmicos no sirven e incluso podrían ser contraproducentes. Si el niño está consciente, podemos ofrecerle agua. En cualquier caso, a continuación debemos llevarlo al médico para que lo reconozca.
En los bebés y niños más pequeños es importante controlar mucho más su hidratación. De percibir que un golpe de calor puede estar sucediendo, se recomienda dar suero oral (comprado en la farmacia, no una bebida energética) o agua al bebé y, si se trata de un lactante, ofrecerle el pecho.
Si empeora o se mantiene la situación más de una hora, es importante que lo vea un médico. Si se trata de un bebé, aunque mejore es aconsejable ir a urgencias para que un especialista lo valore. Tras estas medidas y el paso por urgencias si es necesario, hay que dejar que descanse y observarle continuamente.
Si el pequeño no está consciente o no respira, debemos llamar de inmediato a emergencias e iniciar maniobras de reanimación mientras esperamos a los sanitarios.
¿Cómo evitar los golpes de calor en bebés y niños pequeños?
La mejor forma para evitar los golpes de calor en los bebés es prevenirlos. Hay ciertas recomendaciones que, por básicas, a veces pasamos por alto:
- Ropa ligera, holgada y transpirable, incluso con protección UV.
- Impedir que los niños estén mucho tiempo expuestos al sol y a las altas temperaturas.
- Evitar las horas centrales del día.
- El aire acondicionado es una buena opción si la temperatura está entre 20 y 22º y se evita la corriente directa del aire.
- Ofrecerles agua a menudo. Los refrescos azucarados, zumos e infusiones no son buenos sustitutos. La Asociación de Pediatría (AEP) recomiendan que los bebés lactantes de menos de 6 meses solo tomen leche.
- Comidas frescas como fruta, verduras y hortalizas. Además, se recomienda que se fraccionen más las tomas para que las raciones sean más pequeñas y las digestiones menos pesadas.
- Nunca se les dejar en el coche solos. Y menos aún encerrados y sin ventilación. Ni siquiera un periodo corto, o aunque nosotros también estemos en el interior del vehículo.
- Cremas solares. No es recomendable utilizar crema solar en recién nacidos, pero cuando se superan los primeros meses, los niños deben utilizar siempre para salir una crema solar infantil con un factor de protección alto.
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