Manu Velasco: «A la escuela de hoy le sobra burocracia y le faltan recursos económicos»

"Observar a los niños debería ser una asignatura obligatoria para los adultos porque ellos son los que de verdad nos enseñan las lecciones de vida más importantes"

Estaréis conmigo en que este último año, en el mejor de los casos, nos ha robado el coger la maleta e ir a ver a la gente que queremos, el compartir más allá de las burbujas y un buen puñado de abrazos de los que dan vida.

Sin embargo, estaréis conmigo también en que nos ha regalado la oportunidad de recoger y cuidar con mimo las cosas importantes, de replegar alas y seguir sintiendo cerca a esa gente que hace tu vida más bonita. A esas personas yo las llamo mis «bonitos reversibles», esos que son bonitos los mires por donde los mires.

 

 

Y Manu Velasco es uno de ellos. Maestro, conferenciante, papá de dos y, ahora, escritor, pero…

P: ¿Quién es Manu Velasco?

R: Me gusta definirme como un “maestro con los pies en la tierra y la cabeza en las estrellas”. Creo que es una frase que me describe. Soy un maestro feliz y orgulloso de serlo. Por otra parte, siempre tengo la cabeza llena de ideas en ebullición, soy un “culo inquieto” al que le gusta sumergirse en otros ámbitos y aprender de ellos.

Soy un maestro feliz y orgulloso de serlo

P: Hace unos meses publicaste tu primer libro “Soñando Personas”, una recopilación de pensamientos escritos a golpe de corazón en el que hablas de los hijos, la familia, el amor, los amigos y las cosas que de verdad importan. En una de sus páginas dices: “Mirar a mis hijas y darme cuenta de que son capaces de hacer lo que a los adultos tanto nos cuesta”. ¿Qué es lo que los niños son capaces de hacer y los adultos hemos olvidado?

R: La mirada infantil es limpia y pura. No ve dobles sentidos, no ve problemas antes de tiempo, busca soluciones, busca salidas. Me fascina ver cómo un niño empieza andar. Se cae miles de veces, pero lo vuelve a intentar. ¿Cuántos adultos seríamos capaces?

Observar a los niños debería ser una asignatura obligatoria para los adultos porque ellos son los que de verdad nos enseñan las lecciones de vida más importantes

Creen en la verdad, en la bondad, en la capacidad de hacer. No les frenan las adversidades que no han llegado. Tienen un objetivo y no cesan hasta conseguirlo. Observar a los niños debería ser una asignatura obligatoria para los adultos porque ellos son los que de verdad nos enseñan las lecciones de vida más importantes.

P: En algún café de estación entre congreso y congreso hemos hablado de la importancia de ver el mundo con ojos de niño. ¿Qué recuerdas del Manu niño? ¿Cumpliste sueños?

R: Recuerdo muy bien al Manu niño, lo tengo muy presente en mi día a día. El hecho de ser maestro me ha brindado la suerte de estar cerca de los niños siempre y, al convertirme en padre, he podido volver a recorrer el camino de la infancia de la mano de mis hijas.

Ser maestro me ha brindado la suerte de estar cerca de los niños siempre y, al convertirme en padre, he podido volver a recorrer el camino de la infancia de la mano de mis hijas

Del Manu niño recuerdo las trastadas, las carreras en bici, los partidos de fútbol, las tardes en la biblioteca, el olor a castaña asada en casa de mi abuelo Daniel, el sabor de las gominolas del kiosko, la zapatilla de mi madre amenazando y no llegando nunca… Recuerdo una infancia feliz y libre en mi pueblo Toreno (El Bierzo).

He cumplido muchos sueños, pero lo mejor es que me quedan muchos por cumplir y como soy bastante niño, no voy a parar hasta que los alcance

He cumplido muchos sueños, pero lo mejor es que me quedan muchos por cumplir y como soy bastante niño, no voy a parar hasta que los alcance.

P: Ese Manu niño, ¿qué libro hubiera salvado de su biblioteca? ¿Y el Manu adulto?

R: El Manu niño hubiera salvado “Fray Perico y su borrico”. Hace poco conocí a su autor y me emocionó su humildad. Cuánto soñé y reí junto a Fray Perico. El Manu adulto hubiera salvado un libro antiguo de la biblioteca de mi pueblo sobre la educación llamado: “La nueva pedagogía (1973)”. Para mí es un tesoro que, lejos de estar anticuado, es de plena actualidad.

P: En los últimos años se apela a la vocación como el pilar fundamental para ser un buen maestro. Sin embargo, en ocasiones hemos hablado también de que la vocación debe acompañarse de formación y profesionalidad. ¿Qué cualidades debe tener un buen maestro?

R: Un buen maestro, bajo mi punto de vista, debe tener dos pilares sobre los que sustentar su trabajo: actitud y aptitud.

Un buen maestro debe tener dos pilares sobre los que sustentar su trabajo: actitud y aptitud

Es difícil aprender de alguien que sabes que no te aprecia y que no te valora; de alguien al que observas desde la lejanía impuesta por una barrera invisible de frialdad. Y también es muy difícil aprender de quien no sabe, o de quien, sabiendo mucho, no es capaz de transmitirlo de manera adecuada.

Es difícil aprender de alguien al que observas desde la lejanía impuesta por una barrera invisible de frialdad

P: Supongo que coincidiremos en que el sistema educativo está lleno de grandes maestros. Sin embargo, parece que la figura del maestro está denostada en la sociedad y, además, parece que nadie está conforme con el sistema educativo. Sabiendo que no existe la receta mágica, ¿qué tres cosas le sobran a la escuela de hoy? Y, ¿qué tres cosas le faltan?

R: A la escuela de hoy le sobran: los fuegos artificiales y la pirotecnia que en ocasiones desvían la atención de lo importante; las fórmulas pedagógicas mágicas, las llaves educativas secretas y las soluciones metodológicas salvadoras. No existen los bálsamos de Fierabrás en educación; el exceso de burocracia.

A la escuela de hoy le sobran fuegos artificiales, fórmulas mágicas y burocracia. En cambio, le faltan recursos económicos, más profesionales y una mejor ratio

En cambio, le faltan: más recursos económicos; más profesionales; mejor ratio. ¡Podría añadir más, pero solo me has pedido tres!

P: Volvamos a los niños. Hace muy poquito, has publicado La Pandilla On, un precioso álbum ilustrado por Pedrita Parker. Cuéntanos, ¿quiénes son la Pandilla On? ¿Qué podemos encontrar en sus páginas?

R: La pandilla On la componen los niños y las niñas de mi familia. Mis hijas, mis sobrinos, mis primos, mi hermano… Me he inspirado en ellos y en su forma de ser para hacer los protagonistas: unos superhéroes muy especiales que con sus poderes son capaces de hacer de este mundo un lugar mejor. Creo que el mayor de los superpoderes al que un adulto puede aspirar se llama “Ojos de Niño”.

Creo que el mayor de los superpoderes al que un adulto puede aspirar se llama “Ojos de Niño”

P: Dentro de «La Pandilla On» están tus peques Amélie y Juliette, ¿cómo es el Manu papá? ¿a qué juega? ¿cómo gestiona el día a día?

R: Soy un papá como tantos otros, ocupado, pero que siempre trabaja de noche para poder dedicar el día a mis hijas. Por mi trabajo viajo en ocasiones, por eso intento estar muy presente el tiempo que estoy. Nos distribuimos el tiempo mi mujer y yo para para poder compaginar todas las facetas de nuestra vida.

Soy un papá como tantos otros, ocupado, pero que siempre trabaja de noche para poder dedicar el día a mis hijas. Nos distribuimos el tiempo mi mujer y yo para para poder compaginar todas las facetas de nuestra vida

Soy un padre juguetón, parque de atracciones y cocinero de cenas “guays”. También estoy muy pendiente de su educación y de aportarles todo aquello que les haga más interesante su etapa escolar. Me gusta muchísimo pasar tiempo con mis hijas al aire libre, pasear en bici, hacer rutas y merendar “cosas ricas” en bonitas terrazas. Todas las noches les cuento un cuento antes de irse a dormir o dejo que me lo cuenten y acabo durmiéndome yo. Me encantan los juegos de mesa y jugar a hacerles cosquillas o a equilibristas de circo.

P: Escribir para niños es todo un reto, ¿crees que los niños de hoy leen lo suficiente? ¿Cómo podemos motivar a los más perezosillos?

R: Yo creo que los niños de hoy sí leen lo suficiente. Los hay que siguen devorando libros y es algo que me fascina pues tienen tentaciones más inmediatas como la tablet, los videojuegos o el ordenador que les ronda. Para motivar a los perezosos no hay que desistir en encontrar aquel libro que les haga “clic” y los lleve a sumergirse en un mundo de imaginación sin límites.

Tenemos que devolver los libros robados a los niños, robados por esta sociedad de la inmediatez cargada de dispositivos digitales y estímulos visuales; robados por la falta de tiempo debido al exceso de actividades extraescolares

Estamos en una época complicada al respecto y tenemos que devolver los libros robados a los niños. Robados por esta sociedad de la inmediatez cargada de dispositivos digitales y estímulos visuales; robados por la falta de tiempo debido al exceso de actividades extraescolares, por ejemplo.

P: Termino con la sensación de haberos presentado a un amigo de esos que hay que compartir porque es una de esas personas con un corazón enorme y con la certeza de saber que ya queda menos para ese café con abrazo que nos debemos. Para terminar, pide un deseo…

R: Volver a ver las sonrisas de mis alumnos y de mis amigos muy pronto.

¡Feliz día del libro!

 

10 septiembre, 2023

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