Hoy escribo este artículo porque muchas familias recurren a mí para preguntarme por escuelas infantiles cuando llega la hora de que mamá se incorpore al trabajo y buscar una solución para el peque. Yo puedo…
Investigadoras de la Universidad Pompeu Fabra han analizado los miedos y prejuicios con los que cargan las mujeres acerca de la maternidad a través de entrevistas a madres e hijas y han emitido un informe sobre lo que se denomina maternidad intensiva.
¿Cuáles dirías, como madre, que son tus mayores miedos? ¿Y los prejuicios que te acompañan en torno a la maternidad? Si tuvieras que hacer una lista, ¿cuáles irían en los primeros puestos? No estás sola, ni eres la única que se siente así.
Ser madre te transforma la vida
Lo cierto es que la mayoría de las mujeres coincidimos en que ser madre es tan maravilloso como revolucionario. La maternidad te transforma la vida de una manera innegable, es un experiencia brutal, en todos los sentidos. Desde el momento que tu hijo o hija nace, e incluso durante el embarazo, ya no piensas solo en ti, sino que entra en juego una personita que depende de ti para todo.
Si pudiéramos retroceder a los orígenes de la humanidad, concretamente cuando hace aparición el Homo Sapiens y el comienzo del caminar erguidos, veríamos que igual que este hito supuso grandes avances como la producción de utensilios más complejos, transportes de crías y alimentos, etcétera, también tuvo sus inconvenientes. Y las mujeres fueron las más afectadas. La andadura erguida tuvo como consecuencia unas caderas más estrechas y una reducción del canal de parto.
La evolución y la selección natural hizo que los bebés redujeran su tamaño al nacer para poder pasar por el canal de parto. Por ello, las crías humanas son las más vulnerables cuando llegan al mundo, las más desvalidas. Es por esto que son los que más necesitan de su madre para salir adelante. Es lo que se conoce como exterogestación o los segundos nueve meses de embarazo.
En la gran mayoría de los casos, las madres son las que detienen su vida para dedicársela a sus crías, con unas medidas de conciliación que todavía son un espejismo. Una sociedad con un ritmo feroz que no nos da los tiempos que realmente necesitamos ni valora los cuidados, invisibilizados aún hoy en día. En todos estos puntos se centran las mayores quejas de las madres que en la actualidad son preguntadas por su maternidad y que se han recogido en este estudio.
La ideología de la maternidad intensiva
Las mujeres asumen que, para ser libres, deben renunciar a su maternidad. Entra en juego aquí, además, la culpa cuando aún siendo madre, se busca conciliar, realizarse, por no conseguir llegar a todo.
Tal y como dice este extracto del estudio La Ideología de la Maternidad Intensiva como eje de violencia simbólica:
“El feminismo y la maternidad han tenido siempre una relación incómoda y a lo largo de la historia la maternidad ha sido protagonista de discursos antagónicos y contradictorios, que van desde la maternidad como oportunidad de empoderamiento defendida por feministas como Sara Ruddick (1983) y Jean Bethke Elshtain (1981), hasta la maternidad como obstáculo para la emancipación, cuya principal defensora fue Simone de Beauvoir (1949)”.
Podríamos definir la «ideología de la maternidad intensiva» como aquella que en dedicación y tiempo, lleva rostro de mujer. Exige que la madre sea la que cuida del bebé durante los primeros años de crianza.
Este concepto de la maternidad está interiorizado tanto en las madres como en las hijas, es decir, no solo en nuestra generación, sino en las que vienen.
Consecuencias de la maternidad intensiva para las mujeres frente a los hombres
Las consecuencias de esta maternidad intensiva se ven reflejadas en las cifras, que arrojan una desigualdad entre las madres y los padres.
Laborales
En el ámbito laboral, el estudio refleja que las mujeres pierden un 11.3% de su sueldo tras tener hijos frente al 0.15% de los hombres, según el Informe The child Penalty in Spain. Banco de España, 2020.
Emocionales
Un tema hasta ahora tabú que se debe poner también sobre la mesa, es el mensaje de las madres que se arrepienten de ser madres. Concretamente, el estudio recoge un 9% de madres que se arrepienten de haber tomado la decisión de tener hijos y un 18% que se sienten «desengañadas», explicando que aunque sí volverían a tener hijos no sienten una felicidad plena desde que son madres. (Madres Arrepentidas. Orna Donath, 2016).
De natalidad
En este escenario, un elevado número de mujeres deciden retrasar cada vez más su maternidad. Concretamente, el número de madres de más de 40 años se ha incrementado un 63.1% en los últimos 10 años en nuestro país, ocupando el segundo puesto en Europa en la media más alta de edad en maternidad. (España en Cifras. INE, 2019).
Conciliación
Los datos hablan: terminando el año 2019, el 77% de las mujeres cuentan con jornadas reducidas por nacimiento de hijos, frente al 4.5% de los hombres. Es más que evidente que seguimos siendo nosotras las que renunciamos a nuestra carrera laboral en la gran mayoría de los casos. (Encuesta Población Activa 2019).
La realidad de tener que elegir
La conclusión final de este informe lo vemos cada día reflejado en nosotras, nuestras madres, amigas, vecinas… La realidad de tener que elegir entre maternidad o libertad.
“Las jóvenes tienen mensajes muy contradictorios entre un feminismo que les pide ser libres y un deseo de feminidad que pasa por la maternidad intensiva. Les cuesta conjurar sus expectativas entre lo que quieren vivir, lo que pueden hacer y lo que querrían ser«. Explica Mittzy Arciniega, una de las investigadoras del informe.
Nos cuesta, de hecho, ver que efectivamente las madres hemos tenido que renunciar, casi sin darnos cuenta, asumiendo el rol de cuidadoras principales (un rol, además, invisible y poco valorado), a aspectos laborales, económicos, sociales… Sufriendo en todos estos ámbitos una discriminación silenciosa.
Y ocurre que, además, parece que nadie está exigiendo a la mujer que practique su maternidad intensiva, sino que es una libre elección. Algo totalmente falso pero que al estar normalizado, cuesta exponerlo a los ojos de todos.
«Se reproduce la idea que una mujer, cuando se convierte en madre, deja de ser mujer, trabajadora, amiga, amante o hija. La renuncia a la propia identidad y vida independiente se cuestiona poco, y mucho menos se asume la corresponsabilidad respecto la figura del padre. La crianza sigue siendo cosa de ellas, quienes, a menudo, asumen perder su identidad particular y pasan a reconocerse, simplemente, como madre de«. Explica Arciniega, investigadora del informe.
Que el feminismo y la maternidad se abracen no es una elección, es una necesidad
Es necesario, en conclusión, que el debate no sea feminismo o maternidad, sino que ambas se unan para continuar luchando por una igualdad real. Durante muchos años se ha perpetuado la idea de que para ser una mujer realmente libre y empoderada, se debe renunciar a la maternidad cuando el camino debería ser introducir el feminismo también en la crianza.
Es fundamental que el feminismo aborde la maternidad para que muchas mujeres madres, sean capaces de identificar esas violencias invisibilizadas en la maternidad intensiva y las hagan frente. Es muy difícil reconocer situaciones claramente violentas que han sido perpetuadas a lo largo de los años si no nos las señalan, si no se habla de ello. Si bien es cierto que hay casos que son muy evidentes, como la violencia física; otros, como la violencia económica, es mucho más fácil que pasen desapercibidos.
En todos los ámbitos donde las mujeres estamos presentes, el feminismo tiene que estar presente. La maternidad no solo no es excluyente, sino que es uno de los ámbitos donde más necesitamos medidas de igualdad. No se trata de que nuestras hijas tengan que elegir entre ser madres o crecer en aspectos sociales, laborales… Se trata de que puedan elegir sabiéndose libres para no tener que renunciar a nada solo por el hecho de ser mujer.
Si necesitas apoyo en tu maternidad o en la crianza de tus hijos-as, recuerda que la Tribu CSC es un espacio donde las familias se unen y comparten sus recursos y experiencias, contando también con el apoyo de todo un grupo de profesionales especializados en maternidad, crianza, salud infantil y educación respetuosa. Porque hacer tribu y contar con una red de apoyo, cuando eres madre, es importante.
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