Matronatación: Qué es, cuándo empezar y beneficios para los bebés

Seguro que en alguna ocasión has oído hablar de la matronatación, pero no tienes del todo claro en qué consiste. O sí, pero no te has animado aún a probarlo. Hoy te contamos qué es la matronatación, cuándo comenzarla y qué beneficios puede tener tanto para el bebé, como para la familia.

Ahora que además se acerca el buen tiempo, apetece ponerse a remojo ¡y qué mejor que hacerlo con nuestros peques! Así les daremos confianza en el agua, estrecharemos los lazos con ellos y, sobre todo, disfrutaremos juntos.

Qué es la matronatación

La matronatación está dirigida a bebés, y en lugar de aprender a nadar (que es el objetivo de la natación), lo que se busca es reforzar el vínculo afectivo entre progenitor y bebé, estimular al peque y que el contacto de este con el agua sea positivo.

Como es obvio, la matronatación requiere de un adulto para practicar las actividades junto al bebé dentro del agua. Por ello, es ideal para estrechar el vínculo entre el bebé y el adulto (que normalmente suele ser la madre o el padre, pero también pueden ser abuelos u otros familiares).

Cabe señalar que en la actualidad se desaconseja recomendar la matronatación para enseñar a los niños a flotar. Si bien tradicionalmente este se anunciaba como su objetivo, a día de hoy, los especialistas en esta actividad advierten de que el método para lograrlo no siempre es respetuoso, pues en ocasiones se practica haciendo que el niño vuelque desde una colchoneta y sienta una sensación parecida a hundirse.

Beneficios de la matronatación

Los beneficios de practicar matronatación junto a tu peque son tanto para él o ella, como para ti:

• El principal es el fortalecimiento del vínculo entre el pequeño y su progenitor. Durante el tiempo en el agua, el peque se sentirá sostenido por mamá o papá, y esto aumentará su confianza en ellos.
• Les abre el apetito. La frase «el agua, da hambre» es muy cierta. Practicar cualquier ejercicio dentro de la piscina ayuda a que los bebés tengan hambre, lo cual es especialmente interesante para aquellos peques a los que les cuesta comer.
• Moverse dentro del agua les ayuda a relajarse, lo cual ayuda a que el peque esté tranquilo y favorece el descanso y el sueño del bebé. Cuando estamos dentro del vientre materno nuestro medio es el agua, por ello es razonable que los bebés sumergidos en agua se sientan relajados y esto les ayude a conciliar mejor el sueño.
• Desarrollo psicomotor. El bebé que aún no camina encuentra en el agua la posibilidad de moverse tridimensionalmente, siendo mucho mayor la libertad y continuidad de movimientos. El agua les da una agilidad y una libertad de movimiento que no tienen fuera de esta. «Además, al estar sumergidos completamente, el conocimiento de su cuerpo se refuerza, ya que reciben múltiples sensaciones de tipo táctil (temperatura, texturas) y de movimiento», añade Jessica Romero, Terapeuta Ocupacional Pediátrica y miembro del equipo de Criar con Sentido Común.

• Los peques, mediante las actividades, comienzan a tener noción de conceptos como el espacio y la distancia y cómo moverse para conseguir desplazarse en el medio acuático.
• Favorece su desarrollo y fuerza. Los ejercicios que practicarán en la piscina, aunque serán de baja intensidad, ayudarán a los bebés a fortalecer su cuerpo y sus músculos. Tanto los beneficios asociados al desarrollo psicomotor como los del aparato locomotor favorecerán posteriormente el gateo y el caminar que vendrá después.
• Fortalecimiento del sistema cardiorrespiratorio. La matronatación fortalece el corazón y los pulmones. Debido al trabajo respiratorio que se realiza en el agua, se aumenta la eficiencia en la oxigenación y mejora la circulación de la sangre. La Asociación Americana del Corazón indica que solo 30 minutos de ejercicio acuático por día pueden reducir el riesgo de enfermedades coronarias.
• Ayuda al sistema inmunológico. Cuando el niño crezca su sistema inmunológico estará mejor equipado.
• Los bebés se divierten mucho en el agua. ¡Y la diversión y el entretenimiento les hace estar de buen humor!

• Socialización. Mientras practican la matronatación, los bebés se relacionan tanto con el adulto que les acompaña, como con otros bebés, lo cual es muy beneficioso para ellos. Es el inicio de la interacción con un ambiente social, en un escenario de juego que resulta muy enriquecedor para su desarrollo y para cultivar la confianza en sí mismos.
• Aumenta el coeficiente intelectual. El agua estimula la capacidad de juego del niño y esto repercute muy positivamente en aprendizajes futuros.
• Contacto positivo con el agua. Cuando los bebés son tan pequeñitos, durante el primer año, la relación con el medio acuoso es excelente para ellos porque aún mantienen un recuerdo de lo que fue su vida en el vientre materno, donde también flotaba en el líquido amniótico. Esto hará que posteriormente encaren con una buena actitud futuras posibles clases de natación y aprendizajes en el agua.

Cuándo empezar y cómo elegir el mejor lugar para practicar matronatación con el bebé

La edad ideal para practicar matronatación es durante el primer año de vida del bebé. Concretamente, se recomienda esperar al cuarto mes de vida, ya que este el momento en el que termina de madurar el sistema inmunológico del bebé. Así se minimizan las posibilidades de infecciones de oído, constipados, etcétera.

La Asociación Española de Pediatría aconseja piscinas con un correcto control del agua y aireación de la instalación, así que es importante optar por una piscina apta para bebés, con un control exhaustivo de los niveles de cloro en el agua o incluso piscinas de agua salada o que desinfecten el agua con otros mecanismos más inocuos.

Si te preguntas qué se necesita para la matronatación, en cada centro te darán las indicaciones concretas. Pero en general: bañador y gorro de piscina para el adulto; y bañador y un pañal apto para el agua para los peques.

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