¿Qué es el melanoma infantil?

Aunque es poco frecuente en niños, constituye el 3% de los cánceres pediátricos y suele ser detectado de forma tardía

El melanoma es una enfermedad que se produce cuando aparecen células malignas (cancerosas) en los melanocitos, que dan el color a la piel. El melanoma infantil, sin embargo, no es una patología frecuente. Aprovechando que es el Día Mundial contra el Melanoma, os explicamos cuándo aparece, cómo reconocerlo y qué tratamiento tiene.

Como digo, el melanoma infantil ni siquiera está entre los tipo de cánceres más comunes en la infancia (cuya incidencia en España afortunadamente tampoco es muy alta). No obstante, es habitual que si observamos un lunar de aspecto extraño o que cambia en nuestro hijo o hija podamos preocuparnos.

«Siempre hemos oído que cuando un lunar cambia de aspecto puede ser signo de que se ha transformado en un tumor, pero debemos saber que, durante la infancia, los nevus pueden presentar algunos cambios sin que ello suponga ningún cambio peligroso.»

Lo explica Gloria Colli, nuestra pediatra del equipo de Criar Con Sentido Común, en otra entrada del blog sobre pecas y lunares en la primera infancia. En nuestro equipo también contamos con la dermatóloga Mónica Roncero, que os puede aclarar cualquier duda sobre la piel de vuestros hijos a través de la Tribu CSC. Pero que no sea frecuente, no significa que no exista el melanoma infantil.

¿Qué es el melanoma en niños?

Como explica el Instituto Nacional del Cáncer (NIH) de EEUU, el cáncer de piel comienza en la epidermis. Esta se compone de tres tipos de células: las escamosas (capa superficial), las basales (debajo de las primeras) y los melanocitos. Estas células producen la melanina y se hallan en la parte más profunda de la epidermis. La melanina determina el color natural de la piel.

 

Melanoma infantil: Síntomas y tratamiento

 

El melanoma es una forma «poco común» del cáncer de piel, pero sí es el más frecuente en los niños. Suele aparecer en la adolescencia (entre los 15 a 19 años). En los niños es más raro. Según Anales de Pediatría, constituye menos del 3% de los cánceres pediátricos y es «especialmente inusual» en niños de menos de 5 años.

Frente a otros tipos de cáncer de piel, el melanoma infantil sí tiende a diseminarse por otras partes del cuerpo. El melanoma puede ser cutáneo, pero también puede afectar a las membranas mucosas (que recubren superficies como los labios). También afecta a los ojos (melanoma ocular). Nosotros nos centraremos en el primero.

Factores de riesgo del melanoma infantil y en adolescentes

Según el NIH, los factores de riesgo del melanoma infantil son:

  • Tener alguna de estas afecciones:
    • Nevos melaconcíticos gigantes (manchas negras grandes que cubren el tronco y el muslo).
    • Melanosis neurocutánea (nevos melaconcíticos congénitos en la piel y el encéfalo).
    • Xeroderma pigmentoso.
    • Retinoblastoma hereditario.
    • Sistema inmunitario «debilitado».
  • Tener la piel clara (aunque puede afectar a personas con piel oscura) con estas características:
    • Piel clara pecosa o que se quema fácilmente, que no se broncea o broncea mal.
    • Ojos de color claro.
    • Cabello rubio o pelirrojo.
  • Exposición al sol o uso de cabinas de bronceado.
  • Varios lunares grandes y muchos pequeños.
  • Antecedentes familiares o personales de lunares poco comunes.
  • Si otro familiar ha padecido melanoma.

 

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¿Cuáles son los síntomas del melanoma infantil?

Un lunar cuyo tamaño, forma o color cambia; cuyos bordes son irregulares o tiene más de un color; asimetría; picor; o la aparición de pus, sangre o úlceras; puede indicar que estamos ante un melanoma infantil o como mínimo debe ser analizado por el pediatra o el especialista en dermatología.

El cambio en la pigmentación de la piel o la aparición de lunares satélites (lunares nuevos que crecen cerca de otro antiguo) también pueden indicar que algo no va bien en la piel del peque.

Para diagnosticar el melanoma infantil se suele realizar un examen físico y de los antecedentes; se examina la piel y, si es necesario, se realiza una biopsia. Si se confirma, también es habitual hacer pruebas para comprobar si el melanoma se ha podido diseminar por otras partes del cuerpo.

Las dificultades del diagnóstico del melanoma infantil

Lo cierto es que el melanoma infantil puede pasar desapercibido y ser detectado de forma tardía. Al menos, así lo recoge un estudio citado por la Academia Española de Dermatología y Venereología cuya conclusión es que los criterios habituales para el diagnóstico «pocas veces se adaptan al caso de los niños».

 

Melanoma infantil: Síntomas y tratamiento

 

Esos «criterios habituales» son la conocida como norma ABCD que permiten conocer una lesión cancerosa: asimetría, bordes irregulares, color distinto y diámetro mayor de seis milímetros.

El estudio se publicó en la revista Journal of The American Academy of Dermatology y fue llevado a cabo por un equipo de dermatólogos y pediatras de la Universidad de California, en San Francisco. Analizó a 70 pacientes de menos de 20 años de los que 60 tenían melanoma y el resto otros tumores ambiguos, también diagnosticados como melanoma.

El 86% de los niños menores de 10 años tenían un retraso en el diagnóstico de seis meses. ¿Por qué? Pues «porque la evidencia clínica resultaba poco sospechosa para el especialista». Los investigadores hallaron que en los menores de esa edad, el 60% de los melanomas no se ajustaban a los criterios típicos de diagnóstico. En los mayores (11-19 años) el porcentaje se reducía al 40%.

Existían, pues, diferencias histopatológicas entre el melanoma infantil y el adulto que ralentizaba el diagnóstico del primero. Los autores del estudio creen que la clave en el melanoma infantil es hacer un seguimiento de la evolución de las lesiones.

Tratamiento para el melanoma infantil

Existen diferentes tipos de tratamientos para el melanoma infantil, que se decidirá en base a lo que decida el equipo médico que trate al peque. Este tratamiento puede incluir cirugía, inmunoterapia o terapia dirigida.

 

Melanoma infantil: Síntomas y tratamiento

 

La cirugía se usa para extirpar el tumor; la inmunoterapia se sirve del sistema inmunitario del paciente para tratar de combatir el cáncer; y la terapia dirigida suele basarse en medicamentos que atacan el tumor.

Lamentablemente estos tratamientos pueden tener efectos secundarios para el menor. En la actualidad hay varios ensayos clínicos que están buscando tratamientos más avanzados.

 

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