Cómo explicar a los niños el paso del tiempo: La mesa de estación Waldorf

Un recurso de la pedagogía Waldorf que permite a las niñas y niños pequeños experimentar el paso del tiempo y el ciclo de la naturaleza a través de las estaciones

Os proponemos realizar en casa con los peques una mesa de estación, una maravillosa propuesta afín a la pedagogía Waldorf que representa el ciclo de la naturaleza y el paso del tiempo a través de las estaciones.

Es un recurso vivo, que va cambiando a lo largo del año, ya que se trata de recrear los escenarios de la primavera, el verano, el otoño y el invierno con elementos naturales más representativos de cada estación del año.

¿Qué es una mesa de estación Waldorf y para qué sirve?

Una mesa de estación es un rincón de casa (normalmente una mesa o una bandeja colocada sobre una mesa, pero también puede ser un estante, balda, taburete, mesa auxiliar, un cajón, etc.) en el que podemos seguir el ciclo natural del año representando un pequeño escenario sobre su superficie.

Consiste en montar una escena con elementos naturales propios de la estación actual. En la pedagogía Waldorf estos elementos suelen ir acompañados de una o varias figuras representativas y telas naturales (lino, algodón, lana, seda, fieltro…). Todos los elementos, además, tienen los colores apropiados a la estación.

 

 

De esta forma, la mesa de estación se convierte en un recurso maravilloso para ayudar a las niñas y niños a apreciar el paso del tiempo a través del ritmo anual de la naturaleza. Es una manera de conocer, aprender e interiorizar los cambios de las estaciones y, como consecuencia, el sentido del tiempo para los niños ya que es una experiencia multisensorial que les permite ver, tocar y sentir los elementos naturales.

Así, sin el uso de palabras, las niñas y niños aprenden a valorar y a apreciar desde pequeños cómo es el ciclo de la naturaleza y cómo se expresa y cambia su entorno. La mesa de estación facilita que puedan experimentar conscientemente el ritmo del año.

De esta manera se simplifica muchísimo el aprendizaje, volviéndose intuitivo, ya que explicar el sentido del paso del tiempo para niños puede ser complejo si utilizamos conceptos abstractos.

¿Cómo explicar el tiempo a los niños?: El ciclo anual de las estaciones y cómo se hace una mesa de estación

El objetivo de las mesas de estación es hacer que los peques aprecien el ciclo natural, inspirar una mirada de respeto hacia la naturaleza y potenciar el juego de calidad en la infancia, que es la forma natural e innata de aprender que tienen los peques.

 

 

Con cada paso de estación, la naturaleza nos regala una preciosa escena. Cada una de las estaciones del año, al igual que cada uno de los ciclos de la vida, tiene su propia belleza, colores y tesoros. Es, en definitiva, el Ciclo de la Vida. Así pues, en el rincón de casa elegido (ha de ser de fácil acceso para los niños) colocaremos elementos naturales propios de la estación en la que estamos: hojas, flores, piedras…

La mesa de estación es fija, pero sus elementos irán cambiando dentro de casa a lo largo del año, igual que la naturaleza cambia fuera. Así las niñas y niños pueden seguir sus cambios y ser conscientes del paso del tiempo, representando en cada estación una escena con elementos naturales propios de la misma.

Estos elementos suelen ir acompañados de alguna figura representativa (en Waldorf, por ejemplo, la primavera suele representarse con un hada que puede llevar un cesto de flores), telas y materiales naturales (madera, corcho, arena…) con los colores apropiados a la estación. Es una forma mágica de enseñar a los peques a apreciar el ritmo anual de la naturaleza.

 

 

Así, podemos representar el otoño vistiendo nuestra mesa de estación otoño con telas anaranjadas, calabazas, piñas, bellotas, hojas de color ocre… En invierno podemos mantener algunos elementos (como las piñas) y añadir otros (como castañas, hojas de abeto, corcho de pino…), así como cambiar las telas de la mesa de estación invierno por otras de colores blancas y azules. En primavera, en cambio, usaremos colores alegres, flores, semillas…

Y finalmente, en verano usaremos tonos amarillentos y azules, arena, conchas, caracolas, etc. Nosotros vamos a enseñaros, como ejemplo, nuestra mesa de estación primavera, ya que nos encontramos en esta época del año.

Mesa de estación primavera

La mesa de estación en esta época del año, representa el estallido de vida y color de la primavera. En la pedagogía Waldorf la primavera se manifiesta en los colores verde, rosa clarito, púrpura, y amarillo brillante. Esta es nuestra mesa de estación Waldorf. La hemos ido montando poco a poco a lo largo de un par de semanas, aprovechando pequeñas excursiones aquí y allá…

 

 

 

Escogimos como base una bandeja giratoria de madera que ya teníamos en casa ¡y ha sido todo un éxito porque así el peque puede darle vueltas para explorar a su antojo los materiales! Como podéis ver, utilizamos los Nins de Grapat como figuras representativas y elemento central, ya que son ideales para desarrollar el juego simbólico, la invención de historias y la expresión de los mundos interiores donde los personajes cobran vida.

Debido a que carecen de características físicas, pueden ser todo aquello que la niña o el niño imagina: un Nin con chistera puede ser un rey o un mago; uno rosa, una princesa o un hada; un Nin azul, una sirena o un tritón; uno verde, un duende o una ninfa; un Nin rojo, un divertido gnomo y un Nin marrón… lo que quiera el niño que sea.

Con los materiales desestructurados, no hay más límites que los de su propia imaginación. Al no tener una caracterización determinada, ni rasgos faciales o género, los peques los convierten en todos los personajes de juego que necesitan o quieren para recrear sus propias historias, rememorar vivencias o practicar experiencias.

 

 

También añadimos un poquito de arena (representando la playa), unos pompones de fieltro a juego con los colores de los Nins (para que hubiera mayor diversidad de texturas) y unas flores que mi peque recogió en el campo (si los bordes de vuestro plato, mesa o bandeja son planos y queréis poner arena, podéis construir un cerco con piedrecitas para que no haya fugas).

Podéis añadir si queréis alguna pluma natural de ave para completar vuestra mesa y que represente a los nuevos animales que en primavera se ven por todas partes, ¡en esta estación los pájaros cantan más que nunca! (nosotros estamos aún por conseguirla).

Por último, en nuestro caso, el peque también añadió unas piedras acrílicas de su propia colección (aunque lo ideal es que sean todos elementos naturales, como piedras de río, por ejemplo). Eligió en concreto una transparente con ondas azules, porque le recordaba al mar y a las olas de la playa.

 

 

Este conjunto de muestras naturales es, en definitiva, una forma natural de que los peques aprendan a reconocer y respetar los cambios de las estaciones a través de una experiencia multisensorial que les permite ver, tocar y sentir los elementos naturales.

Un trocito de la naturaleza en casa

La mesa de estación es un elemento vivo. Como tal, siempre está cambiando, a imagen y semejanza de la propia naturaleza. Como se viste con elementos naturales, se puede complementar con todo tipo de pequeños tesoros que los niños y niñas pueden salir a buscar y encontrar en la naturaleza (la playa, el campo, el jardín o el parque): una piña, una piedra, unas ramitas, hojas, flores, una concha de mar, arena… ¡Lo divertido que es salir de exploración a buscar tesoros!

 

 

Los niños son felices cuando aprenden jugando libremente. Y eso es justo lo que les ofrece la mesa de estación, la posibilidad de recrear un mini mundo propio lleno de color y naturaleza, un microcosmos natural, un escenario simbólico en miniatura en el que pueden, no solo aprender mucho de su entorno mediante la observación, la exploración y la experimentación; sino también expresarse, jugar y exteriorizar sus propios mundos internos.

En concreto, en el primer septenio de vida (de los 0 a los 7 años) los niños son grandes experimentadores y tienen una muy buena capacidad de imitación, que utilizan para aprender del medio que les rodea. Es en esta etapa cuando desarrollan su voluntad, por lo que deben ser libres de movimiento, de jugar, de imitar.

 

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Así que lo ideal con este tipo de material es dejarles jugar libremente, sin interferir en su juego ni condicionar su imaginación. Pero también podemos incentivarles para que busquen en el parque, la playa o el campo elementos afines para completar la mesa de estación e integrarlos en ella para representar la naturaleza y el ritmo anual de las estaciones.

Si quieres más información sobre juego y desarrollo o necesitas asesoramiento sobre materiales para estimular correctamente el desarrollo de tus peques, en la Tribu CSC puedes consultar con nuestro equipo de expertos en salud materno-infantil y crianza respetuosa. 

 

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