La falta de sueño reparador hace estragos, tanto en los menores como en las personas adultas a su cuidado. Quizá por eso, algunas de las dudas más recurrentes están relacionadas con el sueño y, dentro…
Mientras dormías, anoche, recordé todas aquellas cosas que descubrí mientras dormías.
Mientras dormías descubrí, cuando eras bebé, que eras perfecto: el surco de tu labio, tu piel tan fina y suave, tus preciosas orejitas, tus piececitos y tus manitas, y ese respirar tranquilo que movía tu barriguita.
Mientras dormías aprendí que cuando te movías sin parar sólo buscabas un cuerpo que te diera cobijo, como cuando estabas en el útero de mamá.
Mientras dormías, sereno pero frágil, descubrí cuánto necesitabas que te cuidara, y cuánto necesitaba yo cuidarte.
Mientras dormías descubrí que cuando ponías la mano sobre mi pecho y te veía calmado me enamoraba más de ti, y me reconciliaba con las horas que nos perdíamos por el día, de padre e hijo.
Mientras dormías hice cosas tan raras como cortarte las uñas, incluso a plazos, porque aun así era imposible cortarlas todas de golpe (¿qué os pasa a todos los niños con las uñas?).
Mientras dormías me reí de mí mismo, deseando verte despierto, cuando a menudo al tenerte despierto deseaba verte dormido y en silencio.
Mientras dormías sentí un pinchazo en el corazón al saber que al día siguiente empezarías el colegio, y que no eras del todo consciente de todo lo que ello implicaba en cuanto a pérdida, pero también en cuanto a oportunidad.
Mientras dormías recordé, en cada cumpleaños, el día que llegaste a este mundo para ponerlo todo patas arriba, incluso mi escala de valores.
Mientras dormías me di cuenta de que había días en que yo aprendía más de ti, que tú de mí, y que acompañarte cada día era también una manera de sanar a mi niño interior, aún molesto por su infancia.
Mientras dormías traté de taparte de nuevo con esa sábana o edredón que apartabas continuamente, y me detuve a observarte para cerciorarme de que estabas cómodo, sano y salvo, aún a riesgo de despertarte con el ruido al andar.
Mientras dormías descubrí que el día que te fueras a tu cama, de los dos, sería yo quien más echaría de menos las noches juntos.
Mientras dormías te vi grande, sorprendido, como si no me hubiera dado cuenta de cuántos pijamas favoritos habías dejado pequeños.
Mientras dormías, una noche, me di cuenta de que ya no recordaba cuándo fue la última vez que te sostuve en brazos, y lo eché de menos, demasiado… porque se suponía que te ibas a acostumbrar a los brazos toda la vida, y no fue verdad.
Mientras dormías descubrí que en tus sueños, y en tus días, papá y mamá empezábamos a quedar en un segundo plano.
Mientras dormías, anoche, me di cuenta de que tus alas se abren cada vez más, preparando el vuelo, y aquí a tu padre sólo le queda el deseo de poder verlo, algo temeroso, pero esperanzado, feliz y orgulloso de ello.
0 responses on "Mientras dormías"