Mitos sobre los hijos únicos desmontados por la ciencia

A diferencia de lo que dictan los mitos, la ciencia determina que la falta de hermanos no tiene una gran influencia en nuestra personalidad o en nuestras habilidades sociales y cognitivas

Los hijos únicos tienen mala fama. Se dice de ellos que son egoístas, caprichosos, mimados, tiranos, egocéntricos, consentidos… Pero la ciencia desmiente estos estereotipos negativos. Tener o no hermanos no determina tanto la personalidad de un niño como pensamos.

El estigma de ser hijo único: Prejuicios y estereotipos

Desde hace décadas, las parejas que no tienen varios hijos reciben una enorme presión social e incluso se ven sometidas en muchas ocasiones al juicio externo, ya que muchos las tildan incluso de egoístas por las consecuencias que para un niño o una niña tiene no tener hermanos.

Sin embargo, las parejas y personas que tienen un solo hijo ya son mayoría en España, según los datos del INE, y muchas veces no es por deseo propio. La edad para tener descendencia se va retrasando cada vez más y la inestabilidad laboral o las dificultades económicas de muchas familias les impiden tener más de un vástago. Sin embargo, los numerosos «sanbenitos» que siguen arrastrando los hijos únicos cargan a menudo de culpabilidad a sus progenitores.

 

Mitos sobre los hijos únicos desmontados por la ciencia

 

¿Qué problemas tienen los hijos únicos? Son solitarios, introvertidos, egoístas, con falta de empatía y habilidades sociales, sobreprotegidos, malcriados, caprichosos… Son solo algunos de los muchos prejuicios que existen en torno a los hijos únicos. Pero, veamos lo que dicen sobre los hijos únicos las diversas investigaciones científicas. ¿Cómo afecta a un niño no tener hermanos? ¿Cuáles son las consecuencias de ser hijo único?

Aunque hay investigaciones para todos los gustos y colores, ya son muchos los estudios que se centran en evitar la mirada de embudo (analizar solo determinadas características o rasgos, sin más contexto) y estudiar la psicología de los hijos únicos en su contexto y a largo plazo, poniendo cada vez más en tela de juicio la mayoría de estos estigmas, y que corroboran que crecer con o sin hermanos no es mejor ni peor.

Los hijos únicos no son más narcisistas que los que tienen hermanos

Los hijos únicos son egocéntricos y narcisistas. Este es uno de los estereotipos que más prevalecen en la actualidad en torno a los hijos únicos, y es que se tiene la creencia generalizada de que son más narcisistas. De hecho, se ha hablado mucho del llamado «síndrome del hijo único». ¿Qué es el síndrome del hijo único? Este concepto, según Adler (2003), supone que quienes no tienen hermanos, de pequeños reciben tanta atención de sus padres que se convierten en personas egocéntricas. No es cierto, es una creencia inexacta.

El estudio alemán ‘El final de un estereotipo’ (The End of a Stereotype: Only Children Are Not More Narcissistic Than People With Siblings), publicado en 2019 por Dufner, Back, Oehme & Schmukle y en el que participaron 2.000 personas adultas determinó que los hijos únicos no son más narcisistas que los que tienen hermanos.

Mitos sobre los hijos únicos desmontados por la ciencia

Aunque muchos sostienen que crecer sin hermanos puede fomentar los rasgos narcisistas (una encuesta inicial de 556 participantes encontró que la mayoría de las personas, incluso los propios hijos únicos, tienden a considerar a los hijos únicos como más narcisistas que aquellos con hermanos), en la investigación no se encontraron evidencias de que las hijas y los hijos únicos sean más narcisistas que aquellos que tienen hermanas y hermanos.

«Analizamos un conjunto de datos amplio y representativo, tomamos en cuenta posibles confusiones y distinguimos entre admiración y rivalidad como dos dimensiones principales del narcisismo grandioso. Sin embargo, los resultados indican que los hijos únicos no son más narcisistas que los que tienen hermanos en cualquiera de las dos dimensiones e independientemente de si controlamos o no las covariables», señalaron los investigadores.

Es decir, que las puntuaciones de los rasgos narcisistas de los hijos únicos no fueron significativamente diferentes de las personas con hermanos.

Ni trastornos emocionales ni problemas de conducta

La salud mental de las personas con y sin hermanos también ha sido comparada en numerosas ocasiones. Los resultados de diversas encuestas e investigaciones demuestran que no hay diferencias en cuanto a niveles de ansiedad, autoestima, problemas de conducta o nivel de satisfacción vital una vez llegada a la edad adulta.

Tampoco, en su mayoría, echan en falta el no haber tenido hermanos. De hecho, las hijas e hijos únicos cuentan con la ventaja de obtener toda el tiempo y la atención de sus progenitores, lo que, en muchos casos, puede marcar una diferencia muy positiva en su desarrollo personal y emocional.

 

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De hecho, según los psicólogos, los hijos únicos destacan por ser más ordenados, responsables, aplicados y estar mejor adaptados a la soledad, ya que saben entretenerse solos sin que para ellos la soledad tenga connotaciones negativas como de falta de apoyo o comprensión. También tienen un mayor gusto por las actividades intelectuales, todo lo cual es importante para un óptimo desarrollo cognitivo y emocional.

Tampoco en el colegio destacan por sus actitudes negativas, sino más bien al contrario. Según los estudios, se integran bien y no suelen tener problemas de conducta en la escuela.

Ni introvertidos ni solitarios

Este es otro de los mitos más extendidos y que la ciencia ha desmontado. Y es que mucha gente cree que los hijos únicos son solitarios, introvertidos y tienen problemas para hacer amigos. Sin embargo, diversos estudios han evidenciado que los preescolares que son hijos únicos tienen el mismo número de amigos.

Entre ellos destaca el estudio‘Are Only Children Missing Out?’ publicado en 2002, que examinó las relaciones sociales de preescolares divididos en grupos de hijos únicos, primogénitos con un solo hermano, o hijos nacidos en segunda posición con un solo hermano. Los resultados evidenciaron que los preescolares que son hijos únicos tienen el mismo número de amigos y de la misma calidad que los niños de otros grupos.

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Es decir, que los hijos únicos ni son más solitarios ni tienen más problemas para hacer amigos. Y es que, en general, las investigaciones concluyen que la socialización de los niños no depende del número de hermanos que estos tengan, sino de la cantidad de situaciones a las se ven expuesto para relacionarse con otros y que son el resultado, sobre todo, del estilo de vida que propicien sus familias mas allá del ambiente doméstico. Además, los hijos únicos suelen tener excelentes habilidades de lenguaje como resultado de la constante interacción con los adultos.

Aunque prefieren las actividades solitarias y tengan menos necesidad de estar en contacto con los demás (como, por otra parte, es natural; ya que la ausencia de hermanos les prepara mejor para estar sin compañía y entretenerse con actividades en solitario), esto no significa necesariamente que tengan que tener dificultades para relacionarse.

¿Más cariñosos, comprometidos, creativos y con mayor éxito?

¿Cómo son los hijos únicos? Es algo que la ciencia trata aún de desentrañar. Y no todo son etiquetas negativas. También hay numerosos estudios que ensalzan las virtudes, supuestamente superiores, de las hijas y los hijos únicos. Estas investigaciones alegan que, en general, las hijas e hijos únicos suelen estar más comprometidos, ser más inteligentes y más creativos e innovadores que las niñas y niños con hermanos. Además suelen tener relaciones más positivas con sus padres y menos problemas en la escuela. Por el contrario, los hijos múltiples suelen ser menos dependientes, menos egoístas y tener mejores habilidades sociales.

Sin embargo, las etiquetas siempre son nocivas, incluso aunque sean positivas, porque cargan al niño o la niña con todo el peso de las expectativas ajenas, limitándoles muchísimo. Por ejemplo, una niña que escucha constantemente lo «buena y obediente» que es, puede llegar a sentirse obligada a actuar siempre así para complacer a los demás, incluso cuando esto implique actuar en contra de sus propios deseos y necesidades. De igual modo, un niño que escucha a diario lo «malo y desobediente» que es, se sentirá definido por su entorno de esta manera y puede crecer interiorizando el pensamiento de que, en efecto, es malo y poco digno de los demás.

 

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Aunque hay cierto consenso entre los investigadores en que las diferencias más significativas entre hijos únicos e hijos múltiples se dan en 3 ámbitos fundamentales: creatividad e inteligencia (donde sobresalen los hijos únicos) y personalidad (donde suelen destacar los hijos múltiples), hay que entender estos datos en su contexto, y este es más complejo de lo que puede parecer. En definitiva, todo depende de cómo se desarrollan los niños y no de si tienen o no hermanos.

Un análisis de 115 estudios científicos llevados a cabo en 1986 descubrió que los hijos únicos obtienen mejores resultados en las pruebas de inteligencia, flexibilidad, carácter y relaciones con los padres, que los niños que crecen junto a varios hermanos. Pero esto no significa necesariamente que crecer o no en compañía de hermanos implique cambios en la personalidad de los niños, ya que es imposible generalizar y saber cómo un ser humano, completamente único, se hubiera desarrollado de haber tenido hermanos.

También existen diferencias entre hijos en función del lugar que cada uno de ellos tiene en la familia y existen diversos estudios que muestran rasgos de personalidad comunes entre hijos mayores, medianos y pequeños. Sin embargo, esto no suele depender tanto de los niños y niñas, sino de cómo su lugar en la familia influye en la educación, atención y recursos que les dedican los padres.

Es decir, la clave, según la literatura científica, está principalmente en los factores socio-educativos. Estos sí parecen ser capaces de modular las disposiciones genéticas de partida. Los estereotipos, por contra, son solo una pesada carga.

Más inteligentes, sí… pero no por mucho tiempo

Es uno de los rasgos más destacados de las hijas e hijos únicos. De hecho, son múltiples las investigaciones evidencian que los hijos únicos tienden a ser más inteligentes y a obtener mejores resultados académicos que los que tienen hermanos. Pero, ¿son de verdad más inteligentes los hijos únicos? Sí pero no: por un lado, diversas investigaciones evidencian una mayor inteligentes y mejores resultados académicos, pero por otro lado esta diferencia tiende ir desapareciendo con la edad.

Por ejemplo, en el anteriormente citado análisis de más de un centenar de estudios se examinó el nivel de inteligencia de personas con y sin hermanos y se destacó que los hijos únicos puntúan más alto en test de inteligencia y obtienen mejores resultados académicos. No obstante, también puntuaron más alto en inteligencia y en resultados académicos los hijos primogénitos y aquellos con solo un hermano pequeño. Y esto puede fácilmente atribuirse a que un mayor número de hijos implica una menor disposición en exclusiva de los recursos económicos de la familia, como evidencian otros estudios.

Mitos sobre los hijos únicos desmontados por la ciencia

También es importante destacar que esta diferencia en nivel de inteligencia tiende a aparecer en niños en edad preescolar pero va disminuyendo con la edad hasta desaparecer en jóvenes en edad universitaria.

Lo que sí se ha comprobado es que los hijos únicos suelen tener mayor motivación y capacidad de adaptación a nuevas situaciones que quienes tienen hermanos, como consecuencia de su crianza en exclusiva.

También disponen de mayor tiempo en exclusiva con sus padres y de todos los recursos económicos de la familia, sin tener que compartirlos con otros hermanos.

Todo esto podría explicar por qué en general cursan más años de formación académica y ocupan, a posteriori, mejores puestos laborales, seguidos de los que son hermanos mayores.

¡Pero es mejor tener hermanos! Pues según el caso… puede que no

Al examinar el desarrollo de la personalidad, los científicos no encuentran diferencias significativas entre personas con y sin hermanos en lo relativo a extroversión, madurez, nivel de cooperación, autonomía, autocontrol, o capacidad de liderazgo. Aunque los hijos únicos sí tienden a tener mayor motivación, aspiración, esfuerzo, persistencia y habilidad para acostumbrarse a nuevas situaciones.

Pero ¿qué dice la psicología de los hijos únicos? Hay estudios que explican que los hijos únicos son distintos a aquellos niños que crecen con hermanos. Pero lo que no está claro es si esas diferencias en el desarrollo se mantienen a largo plazo ni si ser hijo único es mejor o peor que tener hermanos.

Si examinamos los resultados de todas estas investigaciones de manera conjunta, parece que tener o no hermanos no tiene una gran influencia en nuestra personalidad o en nuestras habilidades sociales y cognitivas. Y cuando existen hay diferencias, los resultados sugieren que puede ser incluso mejor crecer sin hermanos.

¿Por qué? Pues porque la base de un desarrollo saludable a nivel emocional está en el cariño, cuidados y atención recibidos en los primeros años de infancia. Es en los primeros 6 ó 7 años de vida cuando se van perfilando los pilares de la personalidad de los niños. Y a diferencia de los que tienen hermanos, los hijos únicos no tienen que competir con nadie por la atención, el amor y los recursos materiales de sus padres.

Mitos sobre los hijos únicos desmontados por la ciencia

Y aunque siempre hemos asumido que esta atención tan exclusiva conlleva consecuencias negativas para los niños porque les convierte en personas mimadas, caprichosas y egoístas; lo cierto es que la falta de competencia por los recursos parentales es una gran ventaja para ellos.

De hecho, los especialistas en salud mental resaltan las ventajas (también desventajas, porque en toda moneda hay dos caras) de ser hijo único. Y al sopesar los pros y los contras el resultado es que los hijos únicos parecen desarrollarse de una manera totalmente normal, si no mejor, que los que tenemos hermanos.

Consecuencias (positivas) de ser hijo único

Aunque tengan mala fama, en realidad las niñas y niños sin hermanos no tienen por qué ser más egoístas o malcriados. es más, si tienen buena educación, en realidad puede que tengan una condición privilegiada para madurar y crecer en forma sana ya que cuentan para ello con toda una serie de ventajas:

  • Tienen mayor atención de sus padres, lo que les proporciona una mayor confianza en sí mismos y una mejor autoestima.
  • Suelen tener un desarrollo intelectual más veloz como consecuencia de relacionarse mucho más con los adultos, especialmente en sus primeros años, lo se traduce en que tengan un desarrollo lingüístico y de pensamiento más rápido en sus primeras etapas de vida (después ya hemos visto que esto se va equilibrando).
  • Tienden a ser más ordenados, dado que no conviven con otros niños y adoptan el modelo de orden y de trabajo que tienen sus padres, buscando que sus cosas estén bien organizadas.
  • Son más responsables y aplicados. Por lo general, saben aplicarse a sus deberes ya que sus padres han dispuesto de mayor tiempo para sentarse con ellos e instruirles a respecto.
  • Se adaptan mejor a la soledad y son más independientes. Esta es solo negativa cuando nos parece sinónimo de falta de apoyo o de comprensión. Sin embargo, ser capaz de estar a solas con uno mismo es muy positivo para conocerse mejor y ser más independientes.
  • Les gusta el trabajo intelectual. No es infrecuente que los hijos únicos desarrollen interés por la lectura, la pintura u otro tipo de actividades que pueden realizarse en solitario, fomentando así su desarrollo y vocación personal.

Si quieres más información o necesitas asesoramiento profesional acerca de los retos de la crianza, en la Tribu CSC puedes consultar online a nuestro equipo de expertos/as en salud materno-infantil y crianza respetuosa. Entre ellos/as se encuentran la pediatra Gloria Colli, la docente, psicóloga y logopeda infantil Elena Mesonero, la psicóloga y especialista en sueño infantil, Rafi López y la terapeuta ocupacional pediátrica experta en desarrollo infantil Jessica Romero.

 

18 abril, 2023

1 responses on "Mitos sobre los hijos únicos desmontados por la ciencia"

  1. La ciencia puede decir lo que le de la gana, que casi todo lo que afirman es falso. El que quiera saber cómo son, que se junte con ellos.
    Los psicólogos igual. Para lo único que sirven es para repetir lo que han leído en los libros.

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