4 Razones por las que me gusta el movimiento libre (Habla una terapeuta ocupacional pediátrica)

Cuando hablamos de Movimiento Libre estamos hablando de una forma diferente de mirar al niño y de acompañar su desarrollo

Creo que si nos proponemos definir qué es o en qué consiste el Movimiento Libre en el bebé es muy posible que acabáramos antes diciendo todo lo que no es, y es que esta forma de acompañar a nuestras criaturas sigue rodeada de mucha mitología y no pocos prejuicios.

Si pensamos en Movimiento Libre lo primero que se nos viene a la cabeza es el famoso Triángulo Pikler y, quizá, un bebé gateando y trepando por cualquier sitio y unos padres corriendo detrás de él para que no se caiga, porque en el movimiento libre el adulto deja hacer al niño, ¿verdad?

En este post, me encantaría dar algunas pinceladas sobre qué es realmente el Movimiento libre, qué no es y por qué me encanta. Me gusta tanto que ha cambiado mi forma de mirar y acompañar a los menores y familias que recibo en el centro de Atención Temprana donde trabajo.

¿Qué significa movimiento libre?

1. No es una técnica. No son unos materiales

Movimiento Libre no es una técnica específica, ni unos materiales concretos, no. Cuando hablamos de Movimiento Libre nos referimos a los estudios que realizó la pediatra Emmi Pikler sobre desarrollo motor autoinducido en la casa cuna de Loczy.

 

Razones por las que fomentar el movimiento libre en el bebé

 

Y sí, es cierto que ha llovido bastante desde entonces, pero supuso tal revolución todo lo que Emmi Pikler nos aportó a nivel pedagógico y de acompañamiento en sus observaciones y estudios en infantes de entre 0 y 3 años, que sigue siendo totalmente vigente hoy en día.

2. Concepción respetuosa del desarrollo de las criaturas

Y es que cuando hablamos de Movimiento Libre estamos hablando de una forma diferente de mirar al niño y de acompañar su desarrollo, donde nos posicionamos en un lugar en el que consideramos que ese bebé que tenemos delante es un ser con unas capacidades innatas, un ser competente; y con el que podemos relacionarnos tratándolo como una persona de pleno derecho, teniéndolo en cuenta a la hora de interaccionar con él, cosa que creo que muchas veces se nos olvida, especialmente cuando son bebés muy chiquitines o tienen desafíos en su desarrollo.

Desde el Movimiento Libre también se promueve establecer una vinculación afectiva segura y unas relaciones íntimas de confianza partiendo de los cuidados cotidianos, que toman un papel central y relevante en la relación con el bebé.

3. Implica límites y cuidados de calidad, en los que el bebé se sentirá respetado y aprenderá a respetar su cuerpo

Todo esto no quiere decir dejar hacer a la criatura lo que le de la gana en cualquier momento como muchas veces se piensa. El bebé, como ser en desarrollo, tiene que aprender y nosotros, los adultos, seremos los encargados de marcar los límites y seremos la guía de ese aprendizaje. No obstante, desde esta mirada o  filosofía de acompañamiento, lo que haremos será marcar esos límites y objetivos en los cuidados, dejando que sean el niño y la niña los que marquen los objetivos en los momentos de movimiento y juego libre.

 

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Así, el pequeño no será quien decida cuando se le va a cambiar el pañal, por ejemplo, o si tiene que bañarse. Nosotros, los adultos, anticiparemos ese cuidado que vamos a hacer y buscaremos la participación activa del pequeño, pero seremos los encargados de marcar el ritmo en cualquier caso.

Imagina que, sin avisarte, alguien llega por detrás y te limpia la boca o te suena la nariz, o que estás tumbado tranquilamente y sin decirte nada, te levanta en brazos o te desnuda. ¿Cómo te sentirías? ¿Cuál sería tu respuesta? Posiblemente te asustaría o te enfadarías. ¿Por qué creemos que un bebé no lo haría? Prueba a avisar a tu bebé de lo que vas a hacer, diciéndoselo aunque aún no te entienda, y dándole un poco de tiempo para que pueda prepararse, y verás cómo la reacción es diferente. De eso va el anticipar y pedir colaboración.

4. Promueve la autorrealización y la autonomía

Será en los momentos de movimiento autónomo o juego libre donde el bebé, con sus propios medios y en función de su momento evolutivo, quien hará o deshará, a su ritmo. Y nosotros le dejaremos hacer, llevar la iniciativa, marcar el paso.

Nosotros, adultos, seremos los encargados de preparar un espacio adaptado y seguro. Esto es muy importante, porque si el espacio no permite al niño explorar a placer ya que hay muchos muebles que puede tirarse encima, enchufes sin protección, escaleras y obstáculos peligrosos a los que pueda trepar, tendremos que estar cuidando todo el tiempo de que no se haga daño, limitando su impulso de moverse y volviéndonos locos corriendo detrás de él.

 

Razones por las que fomentar el movimiento libre en el bebé

 

También seremos los encargados de proporcionar los materiales más adecuados a explorar en cada etapa evolutiva. Con esto, nuestro bebé puede construir su desarrollo siguiendo sus propios impulsos, atendiendo a su motivación interna, alcanzando las metas para las que está preparado, reforzando de esta manera su autonomía y sensación de éxito.

Si yo me siento con mi bebé y me propongo mostrarle cómo se hace una torre de cubos cuando él no está preparado para ello, porque puede no tener unas habilidades perceptivo manipulativas suficientemente maduras para ello, porque su capacidad atencional en ese momento aun es muy breve, o porque no es una actividad motivante para él, ¿qué voy a conseguir?

Frustrarme yo porque no presta atención y generar frustración y sensación de dependencia en mi bebé, porque no puede hacer esa torre que le estoy mostrando y me necesita a mi para que se la haga una y otra vez. Pero entonces, ¿no puedo jugar con mi bebé? Claro que sí, esperando que reclame tu participación y siguiendo su iniciativa en el juego que está haciendo.

En este sentido, ocurre de manera similar con el desarrollo motor. Si siento a mi bebé antes de que él esté preparado para hacerlo y pueda llegar a ella por sí mismo, a parte de forzar su musculatura, la única manera de que pueda adquirir esta posición o salir de ella es llamando para que lo movamos, o tirándose hacia delante o hacia atrás, con el consiguiente peligro de que se haga daño (podemos generalizar esto al boca abajo, a ponerlo de pie, a llevarlo andando cogido de las manos, etc.).

 

Razones por las que fomentar el movimiento libre en el bebé

 

No obstante, esto no quiere decir que no podamos poner a nuestro bebé boca debajo de manera respetuosa, que no le podamos sentar en nuestro regazo para ofrecerle comida, o que si, en un momento puntual nos pide la mano, no se la ofrezcamos. El Movimiento Libre es mucho más, aquí solo hemos abierto una pequeña ventana a lo que es esta pedagogía de los cuidados y el acompañamiento de nuestros bebés.

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5 junio, 2024

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