Por desgracia, cada verano salta alguna noticia en la que un papá o una mamá se ha olvidado a su bebé o niño/a pequeño/a en el coche y ha fallecido. Es el denominado “síndrome del…
La menor se quedó sola y encerrada durante 7 horas. El autobús escolar hacía la ruta matinal para llevarla a la Escuela María Ossó de Sitges, a las 9 de la mañana. Pero la alumna, de solo 36 meses, no bajó en su parada y ni las monitoras ni el chófer lo comprobaron. Hasta que el bus hizo la ruta de regreso, a las 16:00 horas, nadie se dio cuenta de que se había quedado en el vehículo.
Como cada día lectivo, el pasado lunes 19 de septiembre la menor subió junto a su hermano de 7 años al autocar. Este le desató el cinturón de seguridad antes de bajarse del vehículo con su grupo y una monitora, pero su hermana, que estaba a cargo de otra monitora, no bajó para ir a clase. El chófer, empleado de la empresa Plana, regresó de nuevo a las cocheras, apagó el motor y se marchó, sin comprobar que había una niña entre los asientos. Un monitor la descubrió en el interior del vehículo cuando el autobús hizo la ruta de vuelta, 7 horas después.
La menor fue entonces trasladada a un centro médico, donde se la evaluó y se certificó que, afortunadamente, se encontraba en buen estado.
«Vemos claro que aquí el colegio tiene parte de culpa y hemos denunciado»
En declaraciones al programa Espejo Público, la madre de la menor, alumna de tercero de Educación Infantil, cuenta que dejó a su hija en el autobús a las 8,50 horas para ir a la escuela. Cuando acudía a la salida del colegio a recoger tanto a su hija como a su hijo de 7 años, que también asiste al mismo centro, desde el Consejo Comarcal del Garraf se le comunicó lo sucedido por teléfono.
«Lo primero que hice fue abrazar a mi hija y darme cuenta de que estaba chorreando con toda la ropa llena de sudor«, relata la madre al programa matinal. La niña no había tocado la comida que llevaba en la mochila para el almuerzo, pero la botella de agua que llevaba estaba vacía. La madre asegura que el autobús estaba al aire libre, aunque afortunadamente las temperaturas habían bajado en los últimos días y la niña había podido gestionar sola la botella de agua, por lo que no estaba deshidratada.
Según el testimonio de la madre, cuando los padres se acercaron al centro educativo, no les abrieron la puerta ni les cogieron el teléfono con la excusa de que estaban reunidos. «Vemos claro que aquí el colegio tiene parte de culpa y hemos denunciado», declara la progenitora. «El año pasado vivimos una situación parecida con mi hijo mayor al que también olvidaron en el colegio», añade en sus declaraciones a los medios.
«Nosotros vemos claro que aquí el colegio tiene una parte importante de culpa y tienen que hacerse cargo de esa parte. Hemos interpuesto esa denuncia, no sabemos si irá por vía penal o civil, pero tenemos claro que son reincidentes. El año pasado vivimos algo parecido con el mayor, al que olvidaron en el colegio«, señala.
«Lloró, gritó e intentó mover el volante»
Por su parte, el padre de la pequeña ha explicado al Crónica Global que la niña todavía está en shock y aún pregunta por qué la dejaron durante 7 horas encerrada en el autobús que debía dejarla en la escuela. La pequeña ha relatado a su familia como lloró, gritó, intentó abrir las puertas y mover el volante del vehículo, pero era “demasiado grande y duro” para ella.
Pese a se encuentra en un buen estado de salud, su padre reconoce que todavía la notan estresada por lo vivido. “Tardaremos un tiempo en volver a subirla a un bus escolar”, ha asegurado su padre en declaraciones en TV3, donde se ha mostrado “indignado” porque “podría haber pasado algo mucho más grave”.
Por todo ello, los progenitores de la menor han presentado una denuncia en la que exigen sancionar a la escuela por no cerciorarse de que su hija había entrado al aula; al Consejo Comarcal del Garraf, que presta servicio de transporte escolar; a la Fundación Pere Tarrés, que gestiona a los monitores, y a la compañía de vehículos.
Las monitoras, apartadas de su puesto de trabajo
Hoy por hoy, las dos monitoras que atendían el trayecto han sido apartadas de su puesto de trabajo de forma cautelar, hasta que se aclare lo sucedido.
Según un comunicado de la Fundación Pere Tarrés, que gestiona a los monitores infantiles, «todo apunta a que falló uno o más de los protocolos establecidos por parte del equipo de monitoraje, de la escuela y de la empresa de transporte, que por ley tiene la última responsabilidad de verificar que el autocar quede vacío al acabar el servicio».
Asimismo, defiende la profesionalidad de las monitoras: «Dos personas con experiencia. Una de estas monitoras hace más de 20 años que realiza este servicio, y la otra más de tres».
Un «grave hecho» que está siendo investigado
El Consejo Comarcal del Garraf (Barcelona) ha calificado este hecho como «grave» y ha abierto un expediente para averiguar las causas de lo sucedido. Se trata de una institución que presta servicios a los municipios de la comarca, gestionando el servicio de transporte escolar y servicios sociales especializados relacionados con la atención a la infancia y adolescencia.
El Consell Comarcal del Garraf ha iniciat un expedient per determinar les causes per les quals una alumna es va quedar a l’autobús del transport escolar el 19 de setembre. https://t.co/9K877d4UO9 pic.twitter.com/sWLOZChSIu
— Consell Comarcal del Garraf (@CCGarraf) September 20, 2022
El ente comarcal asegura que es un hecho sin precedentes y que en sus más de 30 años de servicio nunca se había producido algo así. Asimismo, ha solicitado un informe sobre los errores que se cometieron a las empresas que prestan el servicio de monitorización y acompañamiento, así como al servicio de transporte escolar para averiguar las posibles responsabilidades y consecuencias que se deriven de ellas. Por otra parte, la institución ha mostrado su predisposición para revisar protocolos y garantizar la eficiencia del servicio para que lo ocurrido no vuelva a suceder.
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