El 4 de marzo se celebra el Día Mundial contra la Obesidad Infantil. Según datos de 2019, en España el 23,3% de los niños de entre seis y nueve años tiene sobrepeso y un 17,3%…
La mayoría de los niños con obesidad y sobrepeso mantienen el exceso de peso cuando son adultos si no se modifican los hábitos de vida a tiempo.
De hecho, estos peques tienen 5 veces más probabilidades de desarrollar esta condición en la edad adulta. Son las conclusiones de un estudio elaborado por el Grupo de Trabajo para la Salud Infantil de la Asociación Europea de Cardiología Preventiva. Y es precisamente en la infancia el momento para hacer frente a la situación.
Causas de la obesidad infantil
El principal motivo de los altos índices de obesidad infantil y su persistencia en la edad adulta es la inactividad física, que se ha relacionado además con una mayor prevalencia de la presión arterial alta, lípidos en sangre y glucosa en sangre, según explica el profesor Henner Hanssen de la Universidad de Basilea y uno de los autores del estudio. Según explica,
«Esta combinación de factores está relacionada con daños en las arterias y el corazón que pueden revertirse con ejercicio en los niños, pero mucho menos en los adultos«.
Y se trata de un problema mundial. Ya en 2020, la OMS estimaba que en 2025 unos 268 millones de niños de entre 5 y 17 años tendrá sobrepeso en el mundo y, 91 millones de ellos serán obesos. Y su persistencia en la edad adulta pone de manifiesto la necesidad de poner en marcha estrategias para su prevención desde edades tempranas.
Riesgos de la obesidad infantil
El informe recalca la necesidad de abordar la obesidad infantil y los factores de riesgo, ya que tener más de uno aumenta la probabilidad de padecer una enfermedad cardiovascular (ECV) en la edad adulta.
Así, en comparación con los niños y niñas que tienen un Índice de Masa Corporal (IMC) bajo, aquellos que tienen un IMC alto tienen un 40% más de probabilidades de sufrir una ECV en la mediana edad.
Si al IMC alto se le suman otros factores de riesgo como el tabaquismo, la tensión arterial alta o los lípidos en sangre, el riesgo pasa a ser de 2 a 9 veces mayor de sufrir un ataque cardíaco o un derrame cerebral en la mediana edad.
Además, entre las consecuencias de la obesidad infantil destaca que puede provocar diabetes, trastornos del aparato locomotor como la osteoartritis y algunos cánceres como de endometrio, mama, ovarios, próstata, hígado, vesícula biliar, riñón o colon.
La obesidad causa 2,8 millones de muertes al año en el mundo y reduce la esperanza de vida de 5 a 20 años. Es el tercer factor prevenible que más reduce la calidad de vida.
Obesidad infantil: Tratamiento
Los hábitos saludables son clave para prevenir la obesidad infantil y su extensión a la vida adulta. De hecho, según explica el informe «las preferencias alimentarias, el estilo de vida y los hábitos alimentarios relacionados con la familia se forman temprano en la vida y tienden a mantenerse a lo largo de la vida». Así podrían prevenirse enfermedades coronarias en adultos, recalcan los investigadores.
Pero, además de la alimentación, la actividad física es fundamental. Los niños en edad escolar deberían realizar al menos 60 minutos al día de actividad aeróbica de moderada a vigorosa, mientras que las actividades de fortalecimiento muscular deberían realizarse al menos 3 veces por semana. Con ello se reduciría el sedentarismo infantil, que ha ido en aumento en los últimos años favorecido por el uso de las pantallas.
Pero más allá de informar a los niños y adolescentes de los peligros para la salud de la obesidad infantil, es necesario que haya espacios para realizar esa actividad física, así como que los alimentos nutritivos estén disponibles y sean asequibles para todos los bolsillos.
«De lo contrario, será muy difícil cambiar el comportamiento», explica el profesor Hanssen. «En lugar de criticar a los niños y niñas por ser inactivos y comer comida basura, las escuelas y los padres y madres pueden mostrar que hacer actividad física y preparar comida saludable puede ser muy divertido«, incide.
Entre las propuestas del informe, cobran especial protagonismo las escuelas, donde se pueden ofrecer comidas escolares saludables, además de clases de cocina, así como talleres sobre nutrición y actividad. Y esto ha de extenderse al núcleo familiar ya que «la educación sobre estilo de vida saludable no tendrá mucho impacto si los p(m)adres no se involucran en ello».
Más allá de la escuela y la familia, el documento resalta el protagonismo de los medios de comunicación y las redes sociales en la alimentación de los niños. De hecho, la mayoría de los peques están expuestos a la promoción de comida rápida y bebidas azucaradas hasta unas 200 veces por semana en las redes sociales. Por ello, los autores piden que se prohíba o minimice esta publicidad, especialmente en las escuelas. De hecho, en España, el Gobierno anunció la prohibición de la publicidad de los productos con azúcar para niños.
Además, los investigadores destacan la necesidad de evitar la estigmatización de los niños con sobrepeso y obesidad ya que podría desembocar en trastornos alimenticios e incrementar el sedentarismo. Sin embargo, «sigue siendo un desafío cómo identificar a los niños y niñas en riesgo para ofrecerles un tratamiento individual y evitar su estigmatización», concluye Hanssen.
Pero más allá de las consecuencias para la salud, la obesidad también tiene un elevado impacto económico. De hecho, si en 2019 supuso un coste de 2.746 millones, podrían convertirse en 3.651 millones en 2030, un 2,34% del PIB, según la Federación Mundial de la Obesidad.
La obesidad infantil en España
La obesidad infantil no para de crecer. Si en 1975 apenas un 1% de los niños y adolescentes de entre 5 y 19 años eran obesos, en 2016 era el 6% (unos 124 millones), según la OMS. En España, un 10% de los niños y niñas de entre 2 y 17 años tiene obesidad, según el INE.
En nuestro país la obesidad se ha duplicado en los últimos 20 años. Según la Asociación Española de Pediatría, el porcentaje de sobrepeso en niños y niñas está en el 21,8%, mientras que el de obesidad se sitúa en el 11,2%. Estas cifras son algo más bajas de las que muestra el Estudio Aladino, situándose el sobrepeso en un 23,3% y la obesidad en un 17,3%.
De hecho, España es el tercer país europeo en sobrepeso y el cuarto en obesidad, un problema de salud que afecta física y mentalmente a quien lo padece. La alimentación poco saludable, la falta de ejercicio y el uso excesivo de pantallas multiplican el impacto de este problema de salud.
Pero ¿qué pasa cuando un niño tiene obesidad? ¿Qué enfermedades provoca la obesidad infantil? ¿Cómo ayudar a un niño a bajar de peso? ¿Cuándo comienza la obesidad infantil? Si tu hijo o hija sufre obesidad y necesitas responder a estas preguntas, en la Tribu CSC cuentas con un equipo de expertos que pueden ayudarte. Entre ellos se encuentra la pediatra Gloria Colli y la dietista-nutricionista Rebeca Pastor.
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