En primavera suelen eclosionar las alergias. Sin embargo, a veces no es fácil detectar si lo que le ocurre a un/a niño/a es un simple resfriado o tiene más que ver con alguna alergia respiratoria.…
Según datos de la Asociación Española de Pediatría (AEPED), 2 de cada 10 niños tiene algún tipo de alergia, siendo las más frecuentes las alergias alimentarias y alergias a pólenes y ácaros del polvo. Los síntomas alérgicos y las reacciones siempre son fastidiosas (e incluso peligrosas en algunos casos), pero en determinadas épocas del año (como Navidad y verano) debemos prestar especial atención a las alergias en verano, sobre todo si nos encontramos de vacaciones, lejos de casa.
Mayor riesgo de reacciones alérgicas en verano: ¿Qué alergias hay en verano?
En esta época del año son más habituales los descuidos con la medicación o los alimentos. Es mucho más probable que los peques alérgicos prueben accidentalmente alimentos que no deben, ingieran ingredientes desconocidos o entren en contacto con alérgenos, ácaros, hongos u otros tóxicos en el caso de alojarse en hoteles o apartamentos de alquiler.
Asimismo, el verano es la época del año perfecta para disfrutar de la playa, el campo o la piscina; por lo que el mayor tiempo que los peques pasan al aire libre incrementa el riesgo de reacción por picaduras de pulgas y/o garrapatas, himenópteros (es decir, de avispas o abejas), mosquitos u otros insectos.
Pero ¿qué tipo de alergias hay en verano? Te contamos cuáles son las alergias en niños más frecuentes en verano, por qué se producen y cómo prevenirlas.
Alergias de verano más frecuentes en niños
Los meses más cálidos del año traen consigo una serie de posibles riesgos para la piel de los más pequeños de la casa, sobre todo si estos padecen dermatitis atópica o urticaria crónica. La exposición al sol, el sudor o el cloro pueden provocar, por ejemplo, reacciones en la piel de los niños con la aparición de eccemas, enrojecimiento e inflamación. Por otro lado, conviene prestar especial atención a las alergias alimentarias si nos encontramos lejos de casa.
Por este motivo, se recomienda tener localizado un centro de salud cercano a nuestro destino vacacional cuando viajamos con niños pequeños por si se presenta una urgencia. Recuerda que en la Tribu CSC puedes consultar online desde cualquier lugar a nuestro equipo de expertos en salud materno-infantil.
Alergia al polen
Este tipo de alergia forma parte de las denominadas alergias estacionales y, aunque tradicionalmente se asocia la alergia al polen a la primavera, en los meses estivales también hay plantas que polinizan, dependiendo de la zona en la que se encuentren, así que es especialmente importante tener en cuenta qué tipo de alergia tienen nuestros peques a la hora de escoger destino vacacional.
Por ejemplo, la polinización de las gramíneas es especialmente intensa durante los meses de verano, especialmente en la zona central de nuestro país, y estas se encuentran habitualmente en parques, bosques, campos y jardines. Por su parte, la parietaria es muy típica de la zona costera mediterránea.
Alergia a las picaduras de insectos
Con la llegada del verano llegan también las picaduras de insectos. Muchos insectos nos localizan más y mejor gracias a la mayor sudoración que producimos debido al calor, y tienen mucho más fácil picarnos debido a que nos exponemos mucho más al aire libre y también dejamos mucha más superficie corporal sin cubrir.
Aunque la mayoría de picaduras de insectos no tienen trascendencia más allá del picor, estas son, tras los alimentos, la causa más frecuente de reacción alérgica grave en niños.
Algunos tipos de mosquitos, por ejemplo, son peligrosos. Es el caso del mosquito de la fiebre amarilla (que puede transmitir dengue, el virus de chikunguña y zika); o el mosquito tigre, que puede contagiar hasta 22 enfermedades diferentes (entre las que se encuentran también el dengue, el Zika, el chikungunya y la fiebre amarilla).
También hay que poner especial cuidado en evitar las picaduras de abejas y avispas, ya que en estos casos la aparición de los síntomas suele ser muy rápida (más que en los casos de alergia a alimentos) y la muerte se puede producir en los primeros 30 minutos tras la picadura (aunque la mayoría de decesos por picadura de abeja o avispa ocurren en personas adultas).
La medida más eficaz contra un shock anafiláctico por picadura de abejas y avispas es la adrenalina, así que si tu peque tiene esta alergia diagnosticada, lo mejor es que siempre tengáis a mano el tratamiento (existe en forma de lápiz, para ser autoadministrada en caso de emergencias de este tipo).
Alergia al césped
El césped crece en parques, jardines y prados, y está prácticamente siempre presente en las piscinas que tanto usamos en verano. Según la información proporcionada por la Academia Americana de Alergia, Asma e Inmunología (AAAAI) la alergia al césped puede producir reacciones diversas, que van desde síntomas nasales y/o oculares, hasta urticaria e incluso asma. En este post te hablamos más de ella y te explicamos cuáles son sus síntomas. Si quieres evitarla, extiende una mantita lo suficientemente grande para que tu peque pueda moverse sin que entre en contacto con el césped.
Alergia a los ácaros
Los ácaros son artrópodos arácnidos que viven en el polvo doméstico, y son una de las principales causas de alergia ambiental. Aunque es un tipo de alergia que suele predominar en otoño y primavera en verano también puede manifestarse si se dan ciertas condiciones:
- Las condiciones ambientales de las regiones costeras, donde el grado de humedad es alto y la temperatura es suave.
- El polvo que se acumula en las segundas residencias, casas de pueblo o apartamentos de alquiler que han permanecido cerrados durante todo el año.
- Las moquetas presentes en muchas habitaciones de hotel.
Para evitar una reacción alérgica a los ácaros en tu peque, es necesario que hagáis una limpieza exhaustiva del sitio en el el peque se vaya a alojar, así como ventilar bien todas las estancias.
Urticaria acuagénica o alergia al agua
La urticaria acuagénica, conocida popularmente como alergia al agua, provoca una hipersensibilidad del cuerpo cuando la piel contacta con el agua. Se manifiesta como una especie de quemazón que hace imposible soportar mucho tiempo el contacto con el agua. Además, provoca la aparición de ronchas y angioedemas.
Es fácil de detectar si tu peque la padece o muestra alergia de repente, ya que los síntomas de la alergia al agua se desarrollan rápidamente una vez que la piel entra en contacto con el agua a cualquier temperatura y da igual si es agua salada o dulce. Si se confirma, el especialista determinará el tratamiento a seguir, ya que se trata de un tipo de alergia que puede llegar a resultar incapacitante, aunque las urticarias crónicas, como la acuagénica, tienen cura; según la Sociedad Española de Dermatología.
Alergia al cloro de las piscinas
El cloro está presente en prácticamente todas las piscinas, ya que es una sustancia que se utiliza para desinfectar el agua. Sus propiedades pueden resultar irritantes y desencadenar reacciones alérgicas. Tal y como se especifica en este artículo de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP), el cloro puede provocar efectos en las vías respiratorias, en los ojos y en la piel, especialmente en el caso de niños con dermatitis atópica, asma o rinitis alérgica, o en aquellos peques que pasan un tiempo muy prolongado en la piscina.
Si es el caso de tus peques, aprende a identificar sus síntomas y procura llevarles a piscinas de agua salada. Si esto no es posible, acostúmbrales a bañarse siempre con gafas de agua y ayúdales a aclarar en las duchas muy bien su piel después de cada baño en la piscina. Haz que estos, además, sean baños de corta duración.
Alergia al sol
La llamada «alergia al sol», es una reacción vascular superficial a la luz solar o a la luz ultravioleta que causa ronchas, eccemas y picor tras un periodo largo de exposición solar. También se produce en ciertas personas cuando estas se exponen al sol tras haber tenido contacto con sustancias químicas (como fármacos, cremas, cosméticos, perfumes, lociones, etc.). Para evitarla, es importante no exponer a los peques al sol directo y utilizar cremas fotoprotectoras adecuadas a su edad.
Alergia a los protectores solares
Los cosméticos y productos de higiene también pueden ocasionar reacciones alérgicas en la piel de los niños, especialmente delicada y sensible. Es el caso de los protectores solares con filtros químicos, que pueden provocar reacciones al contener sustancias susceptibles de provocar irritaciones, quemaduras y urticaria. Para evitarlo, elige cremas de protección solar con filtros físicos o minerales, que tienen un índice de tolerancia mucho mayor para las pieles sensibles.
Alergia al látex
La alergia al látex es una alergia especialmente común, pues se calcula que cerca de 40.000 objetos de uso cotidiano están fabricados con esta sustancia. Entre ellos, muchos elementos de flotación y juego que nuestros peques utilizan a diario para sus baños en piscinas y playas durante el verano.
Los síntomas son: urticaria, rinoconjuntivitis, síntomas respiratorios, asma e incluso anafilaxia en los casos más graves. Desde la SEICAP, nos recuerdan además la importancia de prestar atención a la reactividad cruzada del látex con determinadas frutas de verano como el melón, el aguacate o el melocotón.
Reacciones por contacto con la arena
Aunque la arena no sea causa de reacción alérgica como tal, es una importante fuente de bacterias y virus capaces de provocar enfermedades gastrointestinales, sobre todo entre los más peques. Algo muy a tener en cuenta, ya que las zonas costeras son uno de los destinos favoritos de las familias españolas en esta época del año y el tiempo que pasamos en la arena cuando vamos a la playa es bastante superior al que estamos bañándonos en el mar. Pero la OMS indica que la arena es una fuente importante de bacterias como hongos, parásitos y virus.
Así que, aunque está genial lo de ponernos a construir castillos de arena en la playa con nuestros peques, no se nos tiene que olvidar lavarnos bien las manos con agua y jabón después de manipular la arena de la playa (¡o del parque!).
Alergias alimentarias frecuentes en verano
Algunas de las alergias alimentarias más frecuentes en niños pueden manifestarse con mayor facilidad durante el verano, ya que relajamos las normas de casa, comemos mucho más fuera de ella y también aumenta el el consumo de ciertos alimentos potencialmente alérgenos, como ciertas frutas. Las alergias alimentarias más frecuentes en los meses de verano son:
- Alergia a las frutas de la familia de las rosáceas y de las cucurbitáceas. Las rosáceas incluyen la mayor parte de las especies de frutas de consumo masivo (manzana, pera, membrillo, melocotón, paraguayo, nectarina, ciruela, cereza, fresa, almendra, albaricoque, níspero, zarzamora, frambuesa, etc.) y su consumo aumenta en verano. Este tipo de alergia puede provocar reacciones graves e incluso anafilaxia. Por su parte, las cucurbitáceas, como el melón y la sandía, que también son frutas típicas del verano, también pueden provocar alergia, aunque en menor medida.
- Los mariscos causan el 14,8 % de los casos de alergia alimentaria en los adultos en nuestro país, y en 9 de cada 10 casos los crustáceos son el alimento responsable (aunque en los niños la incidencia es más baja). Además, la manipulación de mariscos y pescados puede causar reacciones alérgicas respiratorias y cutáneas. En verano aumenta el consumo de marisco, ya que es muy utilizado en la preparación de cremas frías, ensaladas, arroces, salpicones…
- El anisakis es un parásito que se encuentra en el tubo digestivo de peces y cefalópodos (sepia, calamar y pulpo) y que puede provocar reacciones alérgicas e infecciones. Aunque su prevalencia en niños es baja, el riesgo de alergia al anisakis se incrementa durante esta época del año, a través de la ingesta de pescado crudo (como boquerones en vinagre o sushi), poco hecho (como las típicas sardinas a la brasa, tan habituales en las zonas costeras), o el consumo de pequeños pescados con vísceras.
- Alérgenos «ocultos» en productos de consumo típicamente veraniegos. Y es que, al comer mucho más fuera de casa, es conveniente prestar atención a los posibles ingredientes alérgenos utilizados como decoración en tartas, postres, dulces, helados, batidos o granizados. Por ejemplo: el kiwi, la piña, los frutos secos, el huevo y los lácteos.
Alergia al pelo de los animales
Si tu peque es alérgico al pelo de los animales y no soléis convivir con ellos en casa, prestad atención porque es un tipo de las alergias de verano más habituales ya que suele manifestarse por primera vez en estos meses de verano, ya que en ellos puede aumentar el contacto con los animales si viajamos a entornos rurales o parques naturales, si visitamos zoológicos o participamos en actividades de granjas-escuelas… E incluso si damos paseos en poni, caballo, burro o camello; entre otros. Si en estos casos el peque presentara síntomas (aunque sean muy leves), interrumpe la actividad y consulta con el especialista.
Si quieres más información o necesitas asesoramiento profesional, en la Tribu CSC puedes consultar con nuestro equipo de expertos en salud materno-infantil y crianza respetuosa.
También puedes descargar gratis la app de Criar con Sentido Común tanto para plataformas Apple como para plataformas Android, y tenéis una semana gratis para probar todas las ventajas de la membresía a la Tribu, realizar todos los cursos online disponibles y consultar a nuestros/as especialistas.
0 responses on "Las 12 Alergias más frecuentes en niños durante el verano"