Es nuestro primer verano juntos y queremos disfrutar de nuestro bebé, pero no debemos olvidar que aún es una personita muy vulnerable. Las altas temperaturas son uno de los mayores peligros para el pequeño durante…
Las altas temperaturas se repiten cada verano, por lo que debemos extremar la precaución en el cuidado de los peques. Especialmente, cuando se trata de bebés muy pequeños y atravesamos una ola de calor.
Los bebés y niños pequeños son muy vulnerables a las altas temperaturas. Su tasa metabólica es más alta que la de los niños más mayores y los adultos, por lo que generan más calor interno. Además, tienen una superficie mayor en comparación con el volumen de su cuerpo, de forma que absorben más fácilmente el calor del entorno. Y sus glándulas sudoríparas no están completamente desarrolladas, por lo que no pueden perder calor mediante el sudor tan fácilmente como los adultos.
Por ello, si hay que tener especial cuidado con ellos durante todo el verano, debemos ser especialmente cuidadosos durante las olas de calor que cada año se repiten con más frecuencia. ¿Cómo podemos cuidar a los bebés durante una ola de calor? Lo analizamos con las expertas de Criar con Sentido Común, con las que puedes resolver todas tus dudas en la Tribu CSC.
1.Evita los paseos en las horas de más calor y usa el ventilador o el aire acondicionado en una ola de calor con un bebé
Los peques, sobre todo los bebés, son muy vulnerables a las temperaturas extremas y pueden sufrir un golpe de calor con más facilidad que un adulto. Y lo que es peor, los síntomas pueden manifestarse bruscamente. Por ello, la pediatra de CSC, Gloria Colli, recomienda evitar paseos en las horas de más calor y mantener una temperatura ambiente adecuada en el interior de la casa.
El ventilador o el aire acondicionado no son perjudiciales para los peques y nos pueden librar de un susto. La temperatura ideal si tenemos peques en casa sería entre 21 y 24ºC con una humedad relativa de entre el 40 y el 60%. Además, hay que evitar ponerlos en la salida directa del aire. También es importante usar ropa holgada y transpirable e incluso quitarles la ropa si el calor aprieta. Si no hay una piscina cerca o la playa, siempre podemos optar por darles una ducha o un baño con agua fresca tantas veces como sea necesario durante el día.
Si siempre es importante mantener seca la piel de los pliegues y la zona del pañal, lo es aún más en verano con las altas temperaturas para evitar que la sudoración produzca irritación de la piel. Por último, la pediatra de CSC recuerda que nunca debemos dejar a un bebé o niño pequeño solo en el interior del coche ni un segundo ya que las altas temperaturas que se alcanzan en el habitáculo pueden tener consecuencias muy graves.
2.Pecho o biberón con más frecuencia
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La lactancia, ya sea materna o de fórmula, es siempre a demanda. Sin embargo, cuando las temperaturas son muy altas, es importante ofrecer de forma constante el pecho o el biberón al bebé para evitar que se deshidrate. Además, si tu peque tiene menos de 6 meses no es necesario ofrecer agua, con la leche tiene suficiente.
Tal y como explica la dietista-nutricionista de Criar con Sentido Común, Rebeca Pastor, con las altas temperaturas o cuando se atraviesa una ola de calor, es habitual que el apetito del bebé o del peque disminuya. Por eso, «hay que tratar de conseguir que cada bocado sea lo más nutritivo posible». Así, para los bebés de más de 6 meses que dan sus primeros pasos en la alimentación complementaria, se puede apostar por los alimentos que complementan la leche: «ricos en hierro y en energía».
Pero, además, con el calor y la mayor sudoración, es probable que les apetezca beber más y comer alimentos fresquitos como las frutas, desplazando a otros tipos de alimentos «habituales» del día a día. «Esto puede convertir el momento de la comida en un un momento dificultoso y desagradable, con malestar de los progenitores al ver que los peques no comen», detalla la terapeuta ocupacional pediátrica de CSC y experta en desarrollo infantil, Jéssica Romero.
Ante esta situación, recomienda intentar mantener los ritmos lo máximo que se pueda y responder a sus necesidades. «Es probable que esté más aletargado, sin ganas de hacer nada o con más sueño. Lo mejor que podemos hacer es responder a estas necesidades físicas, sin forzar ni obligarles a hacer lo contrario», asegura.
Además, es importante adaptarse a la ola de calor cuando tenemos un bebé o un peque. En estos momentos, recuerda nuestra terapeuta ocupacional, «es más difícil mantener las rutinas, hay que salir más tarde al parque y todo el día se va atrasando. La noche empieza más tarde, hay más despertares y más frecuentes, lo que hace que el niño está más irritable durante el día, lo que afecta a su conducta». ¿Qué podemos hacer? «No queda otra que respirar, fluir y responder siempre a sus necesidades», concluye Jéssica Romero.
3.Disminuye el esfuerzo físico
Durante una ola de calor, es importante no hacer ejercicio que requiera gran esfuerzo físico, especialmente en las horas principales del día. Así, según la fisioterapeuta de CSC, Marta Saeta, se puede apostar por hacer ejercicios tipo juegos a primera o última hora del día. «Es importante que se muevan, pero respetando estos horarios y ofrecerles agua cada poco tiempo para que no se deshidraten», explica.
¿Cómo cuidar a un bebé en tiempo de calor? ¿Cómo debe dormir un bebé en época de calor? ¿Cómo ayudar a mi bebé con el calor? ¿Cómo cuidar a un bebé de un golpe de calor? ¿Cómo saber si mi bebé tiene mucha calor? ¿Cómo les afecta el calor a los bebés? ¿Cómo les da el golpe de calor a los bebés? Si tienes más dudas sobre cómo afecta el calor a los bebés y niños pequeños, en la Tribu CSC cuentas con un equipo de expertos/as que puede ayudarte. Entre ellos, se encuentra la pediatra Gloria Colli, la dietista-nutricionista Rebeca Pastor, la terapeuta ocupacional pediátrica y experta en desarrollo infantil Jéssica Romero, o la fisioterapeuta Marta Saeta.
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