Lanzar al bebé por los aires es un juego habitual. Muy divertido para el bebé y el progenitor lanzador, pero terrorífico para la mayor parte de los espectadores que imaginan al bebé cayendo sin control…
El niño tenía 4 meses cuando fue agredido por su padre, que le dejó ciego y con graves lesiones y secuelas neurológicas. El progenitor ha sido procesado por el Juzgado de Instrucción número 4 de Zaragoza como presunto autor de un delito de lesiones graves.
La agresión sucedió el 20 de mayo de 2022 en Zaragoza. Según ‘El Heraldo de Aragón’ en aquel entonces el hombre, de 41 años, vivía con su pareja y su hijo, así como con el hijo de 9 años de esta; y hacía turnos con la abuela materna para cuidar de los niños por la noche, ya que la madre trabajaba en el turno de noche de una industria.
Falta de control ante los llantos de su propio hijo que no le dejaban dormir
Aquella noche la madre del pequeño dejó al bebé a cargo de su padre. De madrugada, el hombre envío mensajes a su pareja quejándose de que el bebé no paraba de llorar y él tenía que descansar.
La mujer le aconsejó que lo balancease y le diera un biberón, o lo pusiera en el cochecito y tuviera paciencia. Según consta en la conversación telefónica, él respondió que no podía hacer esas cosas ya que tenía que descansar para irse a trabajar en pocas horas. Hacía tan solo 4 días que había empezado a trabajar como repartidor de pan.
Cuando la madre llegó a casa, se encontró al niño con la «mirada perdida» y marcas en la cara, el oído, la nuca y en la frente. Lo llevó de inmediato al hospital a pesar de la oposición de su pareja, que le dijo que no lo hiciera porque, en su opinión, la ley «no permitía a las madres lactantes dejar solos» a sus hijos y los iban a «denunciar a los dos». Ella respondió que no lo había dejado solo, sino con su padre. Cuando se enteró de lo que había hecho, le dijo que cogiera sus cosas y se marchara de casa.
Traumatismo craneal por maltrato
En el hospital comprobaron que el bebé sufría graves lesiones provocadas por lo que conoce como «síndrome del bebé sacudido o zarandeado», pero que desde 2009 la Academia de Pediatría Americana recomienda llamar «Traumatismo Craneal por Maltrato» (TCM).
«El término traumatismo craneal por maltrato ha reemplazado al ‘síndrome del bebé sacudido’ debido a que es más preciso y abarca el sacudir y otras acciones que pueden lesionar el cerebro de un niño. Los estudios clínicos continúan enfatizando la importancia de que sacudir a un bebé es una causa del traumatismo craneal por maltrato (AHT, por sus siglas en inglés)», señala la APP.
En este caso, el niño presentaba equimosis en ambas mejillas en el pabellón auricular, una lesión en la parte cervical. Internamente, detectaron hematomas subdurales, retinomatía hemorrágica bilateral severa y encefalopatía aguda con crisis epilépticas.
Como consecuencia de sus lesiones, el pequeño, que en la actualidad tiene 13 meses, sufre ceguera en el ojo derecho y una pérdida de visión elevada en el izquierdo, además de retraso psicomotor y madurativo. Asimismo, los médicos no pueden predecir si en el futuro tendrá retraso mental o alteraciones del habla y del comportamiento, pues aunque recibe tratamiento, se desconoce cómo evolucionará.
El niño tiene reconocido un 81% de discapacidad y un grado de dependencia II o severa. Recibe atención en la Once y en Disminuidos Físicos de Aragón por su discapacidad del sistema neuromuscular y su deficiencia visual.
El progenitor se enfrenta a penas de 6 a 12 años de cárcel
El hombre fue detenido ese mismo día. Posteriormente reconoció que el bebé había llorado toda la noche, dejándole dormir solo 5 minutos antes de irse a trabajar, y que en un momento dado le había dado una bofetada en la cara, sujetado fuerte de uno de sus brazos y zarandeado con fuerza. La juez le tomó declaración y lo dejó en libertad con la prohibición expresa de no acercarse al niño.
El pasado marzo se dictó auto de procesamiento contra él como presunto autor de un delito de lesiones graves. Cuando hace unos días fue citado por la juez, el hombre negó los hechos relatados en el auto y se acogió a su derecho a no declarar, por lo que no respondió a las preguntas de la acusación particular, que ejerce en nombre de la madre. El acusado puede enfrentarse a penas de 6 a 12 años de cárcel por causar lesiones de tal magnitud al bebé.
No es un caso aislado: Los médicos alertan del aumento de casos del «Síndrome del Bebé Sacudido»
El hospital Vall d’Hebron denunció el pasado año que se habían duplicado los ingresos por el «Síndrome del bebé sacudido», una grave forma de maltrato infantil que genera graves lesiones e incluso puede provocar la muerte.
Cualquier movimiento brusco provoca movimientos de aceleración y desaceleración, según alertaba entonces el equipo EMMA de la Unidad de Atención a las Violencias hacia la Infancia y la Adolescencia. Dado que la cabeza es más grande que el resto del cuerpo en edades tempranas y debido a la debilidad del cuello, se producen lesiones intracraneales o incluso traumatismos craneales, que pueden derivar en fatales consecuencias.
Aunque no es la violencia física más común contra los bebés y a veces se produce de forma inconsciente, la Dra. Anna Fàbregas, adjunta del servicio de Pediatría y coordinadora del equipo EMMA-Unidad de Atención a las Violencias hacia la Infancia y la Adolescencia, denuncia que se trata de un «maltrato muy grave» y advierte de que uno de cada cuatro niños afectados fallece. De los que la superan, entre el 65% y el 80% termina con secuelas neurológicas, como deterioro motor, cognitivo y retraso mental.
Según explicaban los facultativos médicos del Vall d’Hebron, el problema viene en muchas ocasiones de la dificultad para gestionar ciertas situaciones de estrés por parte de los progenitores. Como por ejemplo, largas horas en las que el bebé llora desesperadamente. Es probable que el papá o la mamá tenga también falta de sueño, lo que dificulta la gestión de situaciones límite, que en muchos casos terminan provocando que un progenitor pierda la calma y zarandee al bebé.
Entre los desencadenantes suele estar el mencionado llanto desconsolado, así como ciertas vulnerabilidades familiares, violencia machista e incluso el consumo de alcohol u otras sustancias. El hecho de que los progenitores sean jóvenes o sean familias monoparentales también ayuda a desencadenar el síndrome.
La falta de red de apoyo también es un factor estresor. En la Tribu CSC cientos de familias comparten experiencias y pueden apoyarse en el criterio profesional de nuestro equipo de expertos/as para desarrollar una crianza respetuosa con sus hijos e hijas.
Si necesitas asesoramiento profesional, puedes consultar online a nuestro equipo de expertos/as en salud materno-infantil y crianza respetuosa. Entre ellos/as se encuentra la abogada laboralista y familiar Ana Pacheco, la psicóloga para madres y padres Mamen Bueno y la docente, logopeda y psicóloga infantil Elena Mesonero, que además nos ofrece consejos sobre cómo identificar y actuar ante el maltrato infantil si somos testigos en este post.
Y es que, aunque parezca obvio, a veces el maltrato infantil no es fácil de identificar ya que según los especialistas, en el caso del «Traumatismo Craneal por Maltrato», la mayoría de las veces no hay signos visibles de lesión externa, e incluso puede el daño se produzca de forma desintencionada o inconsciente, pero aún así se considera una forma de maltrato infantil llamada «trauma cerebral abusivo» o «trauma cerebral por maltrato».
«Traumatismo Craneal por Maltrato» (TCM)
En una declaración de política revisada, la AAP manifiesta que los pediatras han llegado a un consenso sobre la validez científica del diagnóstico del traumatismo craneal por maltrato. Un estudio del 2016 de médicos de 10 hospitales infantiles prominentes de los Estados Unidos descubrió que la gran mayoría (93%) dijeron que el traumatismo craneal por maltrato es un diagnóstico válido.«La ciencia detrás del traumatismo craneal por maltrato es muy firme, incluso más que cuando publicamos nuestra última política hace 10 años», señaló la presidenta de la AAP, Sara H. Goza.
«Es nuestro deber distribuir esta información a nuestros pediatras miembros porque queremos proteger a los niños, y queremos diagnósticos exactos. También, la investigación médica ha contribuido al saber (cuerpo) creciente de la ciencia sobre ciertas lesiones que indican la probabilidad de maltrato (abuso)».
Los autores de la política aconsejaron a los pediatras a mantenerse vigilantes a las señales de hematomas en el torso, los oídos y el cuello de los niños menores de 4 años de edad, o cualquier tipo de hematoma en niños menores de 4 meses.
«Los abogados de defensa con frecuencia ofrecen teorías pseudocientíficas tales como caídas de corta distancia para explicar los síntomas médicos que comúnmente se presentan en casos de traumatismo craneal por maltrato. En una revisión completa de la información científica sobre las caídas de corta distancia, el índice estimado de mortalidad que afecta a los bebés por estas caídas es de <0.48 muertes en un millón de niños pequeños anualmente. Los pediatras deben estar preparados para explicar ante los tribunales que muertes debido a caídas de corta distancia son altamente improbables«, señala la AAP.
Además, la AAP destaca que una declaración de consenso del 2018 afirmó que el traumatismo craneal por maltrato es científicamente un diagnóstico médico sin controversias que es reconocido en todo el mundo. La declaración (comunicado) fue avalada por 8 asociaciones médicas que representan a especialistas en varios países, tales como Noruega, Suecia y Japón.
La Academia recomienda un examen esquelético, una serie de radiografías de todos los huesos del cuerpo cuando se sospecha abuso en niños menores de 2 años para poder determinar fracturas, así como confirmar lo que no siempre se ve en una radiografía. Las llamadas «fracturas ocultas» ocurren en 42 % de los casos examinados como parte del análisis de diagnósticos inadvertidos publicados en la revista médica de la Asociación Médica Estadounidense (AMA).
Asimismo, la AAP destaca las lesiones o síntomas que los investigadores han identificado como más comunes en casos de maltrato tales como apnea, hemorragias de la retina y hematomas en el torso, oído y cuello. También recuerda a los pediatras que por ley deben denunciar cuando hay sospecha de abuso o negligencia, incluso sin un diagnóstico definitivo.
Asimismo, recuerda que los pediatras especialistas en maltrato infantil no solo alertan del mismo, sino que también descartan el abuso. En un estudio de 7 años realizado en el Hospital Infantil de Yale New Haven, los pediatras especializados en abuso infantil descartaron el abuso en 44 % de los casos que les fueron remitidos por otros médicos.
«Los pediatras especializados en abuso no se proponen a diagnosticar abuso; lo que se proponen hacer es averiguar lo que pasó» –dijo Robert Sege, pediatra especializado en abuso infantil y miembro actual del Comité sobre el Abuso y la Negligencia Infantil de la AAP– «Buscamos de manera activa otras razones que expliquen la lesión, incluyendo trastornos, cada vez que se nos presenta un caso. No es que siempre esperemos que sea abuso infantil».
Signos de TCM
La AAP destaca que las siguientes características han sido identificadas por los investigadores como mucho más comunes en casos de traumatismo craneal que por maltrato que por lesiones accidentales:
- Hematomas en cualquier parte del cuerpo de bebés menores de 4 meses.
- Apnea.
- La regla conocida como hematomas en torso, oídos y cuello en menores de 4 años (TEN-4, por sus siglas en inglés).
- Hemorragia retiniana en uno o en los dos ojos y que están presentes en todas las capas de la retina y se extienden a la periferia de la retina.
- Retinosquisis traumática (división anormal de las capas neurosensoriales de la retina).
- Hemorragia subdural raquídea, una acumulación de sangre que puede comprimir mecánicamente la médula espinal.
- Lesiones orales (boca).
La academia incide en que los exámenes esqueléticos deben ser analizados por radiólogos con experiencia que se especializan en este tipo de estudios de imágenes.
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