Permiso de maternidad y paternidad: El Tribunal Superior de Justicia Vasco reconoce el derecho al permiso de 24 semanas a una madre monoparental

Tras la noticia de que dos madres monoparentales denunciaban al estado por supuesta discriminación en el permiso de maternidad, el Tribunal Superior de Justicia Vasco ha reconocido el derecho a una madre soltera a disfrutar de 24 semanas de permiso por el nacimiento de su hijo, sumando sus 16 semanas a las ocho paternales (ahora son más).

Se trata de una abogada del sindicato ELA que solicitó al Instituto Nacional de Seguridad Social ocho semanas adicionales, tras disfrutar el permiso de maternidad, pero le fueron denegadas. El Alto Tribunal Vasco ha reconocido su derecho y ha condenado al Instituto de la Seguridad Social y a la Tesorería General de la Seguridad Social a abonar la prestación.

Es una sentencia que coincide con otra noticia muy llamativa publicada por el digital eldiario.es y en la que se cuenta cómo dos madres monoparentales han denunciado al Estado al entender que existe «discriminación» con respecto a las familias con dos progenitores en relación al tiempo de permiso para estar con el bebé recién nacido. No es la primera vez que esto se denuncia pero, sin embargo, la sentencia sí es novedosa y pone sobre la palestra una cuestión interesante: ¿quién es importante aquí, el bebé o el adulto?

Madres monoparentales con menor tiempo de permiso por maternidad

En una sociedad como la nuestra en la que todo gira en torno a los adultos, llama especialmente la atención que en estos casos no se esté mirando el interés del bebé. Si nos centramos en el menor, la perspectiva cambia. Un peque que nazca en el seno de una familia con dos progenitores estará con sus padres más tiempo (aunque 16 semanas de permiso para las madres sea absolutamente ridículo, desde mi punto de vista).

Sin embargo, si ese mismo peque nace en una familia en la que solo hay un adulto, no podrá estar los mismos meses con su madre (con lo importante que es para favorecer la lactancia y fomentar el apego seguro, entre otras cosas).

La sentencia del Alto Tribunal Vasco, no obstante, abre una perspectiva distinta. Señala justo el tema central: las normas de protección de la maternidad han de ser interpretadas a la luz del principio general del interés superior del menor que se integra en el núcleo familiar con el progenitor o progenitores que le prestan atención y cuidados parentales conforme a lo establecido en el artículo ocho del Convenio Europeo para la protección de los Derechos Humanos y Libertades Fundamentales, y al mandato del artículo 39 de la CE.

Y añade que, desde el paraguas general de la no discriminación, si se deniega la prestación a la beneficiaria, en los términos que lo pide, existe una conculcación del derecho de igualdad que consagra la Convención sobre los Derechos del Niño.

Olvidadas por la administración pero no por la justicia

La trabajadora, y abogada del propio sindicato ELA, tuvo una hija en junio de 2019, formando una familia monoparental. Tras disfrutar del permiso de maternidad (actualmente denominado permiso por nacimiento y cuidado del menor) solicitó al INSS las 8 semanas adicionales del permiso del otro progenitor, permiso que fue denegado. Fue entonces cuando recurrió a los tribunales.

En la propia sentencia del Tribunal Superior de Justicia Vasco se habla de que las familias monoparentales, y las mujeres indirectamente, se verían discriminadas de no ser reconocidas esta prestación adicional de 8 semanas, entendiéndose la quiebra del principio de igualdad del articulo 14 de la CE. La sentencia, no obstante, ha sido recurrida por el Ministerio Fiscal, algo poco habitual.

El caso de esta abogada no es único y otras mujeres han reclamado contra esta realidad. De hecho, la Seguridad Social ha recibido varias reclamaciones en este sentido. Según el INE, hay dos millones de familias monoparentales en España. La Federación de Madres Solteras (FMS) ha denunciado en los últimos años esta misma situación discriminatoria.

La FMS incluso se está moviendo para buscar el apoyo de agentes sociales, representantes políticos y de las administraciones públicas para instar a que se produzcan cambios normativos para equiparar los permisos entre familias de distinto tipo y «acabar con esta situación de discriminación por vía legislativa».

Dos casos concretos, pero una situación que afecta a muchas madres

Algo similar es lo que reivindican las dos mujeres de la otra noticia: que sus hijos puedan disfrutar la misma cantidad de días con su madre, como cualquier otro menor. En este caso, la ley, que afortunadamente sigue avanzando para mejorar en la igualdad, no tiene en cuenta el interés de los menores; solo se centra en el tiempo en el que padres y madres no trabajarán fuera de casa para atender al bebé.

La noticia explica la denuncia de dos mujeres madres solteras de Zaragoza que, a través del sindicato CGT, han interpuesto una demanda en la que exigen poder disfrutar del mismo tiempo de cuidados para sus hijos que las familias formadas por dos progenitores.

La determinación de ambas es tal que no descartan acudir hasta el Tribunal Europeo si es necesario. Desde 2019, a raíz de un decreto del Gobierno, los permisos de maternidad y paternidad son iguales, intransferibles y no necesariamente simultáneos. El año que viene, de hecho, el permiso de los padres se equipará hasta las 16 semanas.

A partir del 1 de enero de 2021, por tanto, las familias con dos progenitores tendrán hasta 26 semanas de permiso: las seis primeras serán obligatorias después del nacimiento del bebé para ambos. Luego, los 10 meses restantes, se podrán alternar para prolongar el tiempo de cuidado del bebé lo máximo posible.

Pero las familias monoparentales seguirán como hasta ahora. Es decir, los bebés nacidos en familias de este tipo solo podrán estar 16 semanas con su madre (en mi caso fue más tiempo porque uní el periodo de lactancia, vacaciones y todo lo que pude arañar para estar con mis hijas).

«Al final nuestros hijos tienen menos derechos por el tipo de familia al que pertenecen. Te embarcas en esto sabiendo que va a ser difícil porque estás sola, pero poco a poco acabas viendo que no estamos reconocidas y que hay cosas como esta que son cuestión de la Administración. ¿Por qué no puede, por ejemplo, mi madre o mi hermana disfrutar del otro permiso?», se quejan ambas denunciantes en el artículo.

En la demanda, que ha sido admitida a trámite, se denuncia «vulneración de derechos fundamentales» y se pone el foco en que los permisos de maternidad y paternidad son un derecho «subjetivo» de los menores y que la situación es contraria al «interés superior del menor».

Otra piedra en el camino

Criar a un hijo sola (o solo, en el caso de padres solteros o casos en que la madre ha fallecido o no está) no es fácil. Es un camino duro en el que una sola persona asume toda la responsabilidad sobre el menor y, por tanto, recibe sobre sí una multitud de tareas que pueden hacer muy cuesta arriba el día a día.

Y si encima son primerizas, ese camino se asemeja mucho al que un alpinista sigue para coronar el Everest. Son familias que, además, se enfrentan a menudo a muchos prejuicios; así que es muy difícil entender que la administración pública se convierta en otra piedra más.

En la Tribu contamos con algunas familias monoparentales a las que agradecemos su confianza. Aquí pueden compartir sus experiencias con otras muchas familias que han elegido el respeto en la crianza como bandera y que confían en los y las profesionales de Criar con Sentido Común. Ojalá noticias como esta se conviertan en una anécdota en poco tiempo. Significará que hemos dado otro paso más hacia la igualdad de todas las familias, sean del tipo que sean.