¿Deberías hablar con tu bebé en el útero? Los científicos dicen que sí. De hecho, un equipo de neurocientíficos de la Universidad de Padua, en Italia, en colaboración con el CNRS y la Universidad Paris…
La poda neuronal es un proceso natural en el que el cerebro elimina las conexiones que no usa para ser más eficiente. Se da de forma diferente en cada persona y afecta más a los adolescentes con altas capacidades.
La poda neuronal y los adolescentes con altas capacidades
El cerebro de los bebés y niños pequeños cuentan con una red de conexiones neuronales que pueden llagar a las 40.000 nuevas por segundo, casi el doble de la edad adulta, según INA Memory Center. Sin embargo, a medida que crecemos, el cerebro necesita eliminar aquellas conexiones neuronales que no usa para ser más eficiente. Es lo que se conoce como poda neuronal, un proceso que comienza en torno a los 3 años para alcanzar su punto álgido en la adolescencia, sobre los 12 o 13 años.
Es cierto que este proceso natural puede desarrollarse de forma diferente en cada persona e incluso, en ocasiones, no realizarse correctamente. Es el caso de las personas con altas capacidades, a quienes afecta más, según un estudio realizado por la Universidad de California en Berkeley. Según explican los investigadores:
«Las personas con altas capacidades tienden a tener una mayor cantidad de sinapsis y conexiones neuronales, lo que los hace más propensos a perder información importante durante este proceso de eliminación».
Así, encontraron que esta pérdida de conexiones neuronales se asoció con un peor rendimiento en pruebas de memoria y atención, lo que podría sugerir que la poda neuronal podría tener consecuencias negativas en el desarrollo cognitivo de los niños y adolescentes con altas capacidades.
Pero, además, la pérdida de sinapsis durante la adolescencia puede afectar también a la plasticidad cerebral, es decir, a la capacidad que tiene el cerebro para adaptarse y aprender nuevos conocimientos y habilidades. Los cerebros con altas capacidades suelen tener una mayor plasticidad cerebral. Por ello, la pérdida de sinapsis durante la poda neuronal puede limitar la capacidad de aprender y desarrollarse.
Así lo explica también Silvia Benito, directora del Centro Regional de Enriquecimiento educativo para el alumnado con Altas Capacidades (CREACIM), quien asegura que muchas familias se sorprenden del «apagón» que sufre su hijo o hija con AACC al llegar a los 12 o 13 años.
Aunque la eliminación de las conexiones que no se usan consigue que el cerebro sea más eficiente, es cierto que, en ocasiones, puede provocar un retroceso puntual en la conducta de los adolescentes. Un hecho que puede ser algo más acusado en el caso de los jóvenes con altas capacidades. Sin embargo, este hecho es pasajero y no tiene más consecuencias para estos niños, ya que sus cerebros continuarán trabajando de la misma forma sin perder las altas capacidades, según explica Silvia Benito.
¿Cómo reducir el impacto de la poda neuronal en los jóvenes con altas capacidades?
Aunque la poda neuronal es un proceso natural que no se puede evitar, sí se puede reducir su impacto, especialmente en el caso de los jóvenes con altas capacidades. En estos casos, es fundamental la estimulación constante del cerebro para fomentar la creación de nuevas conexiones neuronales.
De esta forma, los juegos de memoria, los rompecabezas, la lectura o las actividades artísticas pueden ayudar a mantener el cerebro activo y promover la creación de nuevas sinapsis que mitiguen los efectos de la poda neuronal. Por tanto, es clave fomentar el aprendizaje constante y la exploración de nuevas habilidades.
Pero, además, mantener una alimentación sana y equilibrada y realizar ejercicio físico adaptado a la edad tiene un impacto positivo en la salud cerebral y la plasticidad neuronal. A ello se suma tener una buena higiene del sueño y reducir el estrés.
¿Cómo funciona el cerebro de una persona con altas capacidades?
Según un estudio del Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos, el cerebro de los niños muy inteligentes se desarrolla a un ritmo más lento que los que cuentan con una inteligencia normal. Así, la corteza cerebral de los niños con un coeficiente intelectual de entre 121 a 149 en los test de inteligencia estándar, crece más lentamente que la de los niños con una inteligencia normal, alcanzando su espesor máximo a los 11 años, en lugar de a los 6 años de edad.
Gracias a la realización de resonancias y seguimiento a 309 niños de Bethesda (Maryland) desde 1989 a 2014, comprobaron que los peques con cocientes intelectuales más altos comenzaron teniendo una corteza cerebral relativamente delgada. Esta creció y se engrosó rápidamente antes de llegar a su punto máximo para, posteriormente, adelgazar rápidamente.
En la corteza prefrontal (la parte del cerebro detrás de la frente) se concentran la mayoría de los circuitos. Es de la últimas partes en madurar y es la responsable de habilidades como planificar, establecer prioridades, tomar decisiones o inhibir comportamientos inadecuados. Al ser de las últimas zonas en madurar, los adolescentes suelen ser impulsivos, desorganizados y desafiantes.
¿Cómo funciona el cerebro de una persona con altas capacidades? ¿Cuándo se dan las podas neuronales? ¿Qué pasa si no se da la poda neuronal? ¿Qué es la poda axónica? Si quieres saber más sobre la poda neuronal en los niños con altas capacidades, en la Tribu CSC cuentas con un equipo de expertos/as en salud infantil y crianza respetuosa que pueden ayudarte a resolverlas. Entre ellos, se encuentran la pediatra Gloria Colli o el enfermero de Pediatría Armando Bastida.
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