Por qué no portear mirando hacia delante

Este post se publicó originalmente el 30/10/2019 y ha sido actualizado en fecha 24/10/2024

Cuando Armando me pidió un post explicando por qué no portear mirando hacia adelante, pensé: “Pues porque no”. Inmediatamente después se me vino a la mente la cantidad de veces que lo hice yo con mi propia hija. 

Ahora ya tengo muy interiorizado que no es lo más recomendable y te voy a dar muchos motivos y muy lógicos todos, pero entiendo que sea algo tremendamente habitual.

Motivos por los que no se debe portear mirando hacia delante

Cuando estamos haciéndolo no es fácil relacionar los dolores de espalda o ciertos comportamientos de los peques con las mochilas que permiten esa posición. Además, si lo venden, tan malo no será ¿no?

La realidad es que las propias marcas te indican en las instrucciones que no puedes hacerlo más de unos minutos seguidos. Así que, desconfía. 

Mi bebé llora cuando se despierta

Puede ocurrir que se le hayan dormido las piernas. ¿Has probado a estar un rato colgando de una tela que está soportando todo tu peso en tu entrepierna? Es muy probable que no aguantes más de dos minutos. 

Pesa demasiado para llevarlo porteado

Esto suele decirse cuando los peques ni siquiera han llegado a los 7 u 8meses. Y es que llevarles mirando hacia afuera o, exactamente, colgando, nos obliga a forzar la lumbar y descompensamos el peso y nuestro centro de gravedad.

Fíjate en la foto que te he puesto. En la imagen de la izquierda no podría aguantar demasiado rato, pero en la de la derecha noto la mitad de peso, literalmente. Y es que la posición lo es todo. 

Me duele mucho la espalda

Al no tener el peso bien repartido, estás castigando a tu cuerpo y haciendo que no tengas una buena higiene postural. Una mochila bien colocada te ayuda incluso a corregir tu postura y a fortalecer la musculatura.

Es que no quiere ir mirando hacia mí

Argumento basado en la misma mochila que te permite colocarle mirando hacia adelante, por lo que va colgando. Si pruebas una mochila ergonómica, en la mayoría de los casos al principio pueden protestar, pero al verse más cómodos y con más margen de maniobra hacia los lados, van más a gusto.

Claro que hay una minoría de bebés que no quieren ser porteados, pero para saberlo es necesario probar de diferentes maneras. No podemos basarnos en un mismo tipo de portabebés.

No favorece su desarrollo

Cuando colocamos a un bebé en esa posición, los ligamentos que mantienen la cabeza del fémur dentro de su cavidad en la cadera están muy tensos, forzados. Si no existe una patología previa no es fácil ocasionarles un problema, pero tampoco favorecemos su buen desarrollo.

La experiencia, después de varios años, nos dice que a pesar de conocer todos los contras del porteo no ergonómico, lo que de verdad hace que un adulto termine de convencerse, es verse a sí mismo cómodo y también a su bebé. 

Recuerdo que cuando mi hija Irene tenía unos 4 meses, estuvimos utilizando todo ese tiempo una de esas mochilas. Incluso la perdimos y volví a comprar la misma. Pero al crecer y engordar muy rápido, mi espalda no soportaba bien el peso y probé un portabebés ergonómico. Por supuesto la diferencia fue abismal. Una prueba, vale más que mil palabras.

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