Cómo cuidar el cuerpo porteando

Ni el mejor deportista de crossfit carga con peso tanto tiempo seguido como una madre

Te enseñamos cómo cuidar el cuerpo porteando.

 Claves para cuidarse mientras se portea

Hay una cosa de la que nos olvidamos durante un tiempo pero cuidarlo es igual o más importante que cuidar de tu bebé: tu cuerpo. Sin él, no estarías aquí. No hubieras tenido a tu hijo o hija. No podrías amar, correr, cocinar, dormir, reír, llorar, sentir, hacer el amor. Aguanta lo que no está escrito y nos concede lo que necesitamos. Pero muchas veces no le escuchamos. Porque priorizamos cuidar a otros.

Imagínate que es como tener una jarra de agua y durante mucho tiempo te ocupas de calmar la sed de quienes tienes alrededor. Poco a poco se va vaciando, pero no te acuerdas de llenar la jarra. Sólo de dar agua a los demás. Un día, te quedas sin agua. No tienes para ti. Tampoco para los demás.

Pues con tu cuerpo es exactamente igual. Si lo utilizas para dar todo el tiempo cuidados a los demás y no tratas de mimarlo, te agotarás y no habrá energía para ti ni para nadie. Esta es la base del porteo (y de la crianza en general).

 

Cómo cuidar el cuerpo porteando

 

Cómo cuidar el cuerpo porteando

El porteo ergonómico tiene que ayudarte a mantener esa jarra llena para que puedas ofrecer a tu bebé todo lo que necesita. En este post quiero darte unas claves para saber qué tener en cuenta a la hora de portear cuidándote:

  1. Ten en cuenta tu condición física a la hora de elegir un portabebé. NO es lo mismo tener una cesárea que haber dado a luz por vía vaginal. Como tampoco es lo mismo una persona sana que otra con fibromialgia.
  2. Infórmate bien acerca de las opciones que hay ya que es algo que muy probablemente utilices mucho (quizás más que la propia cuna) y asume que un portabebé no te va a durar tres años.
  3. Si porteas desde el nacimiento, no tengas unas expectativas de uso de ese portabebé más allá del año de edad (a no ser que sea una bandolera o un fular rígido, que entonces sí, para toda la eternidad), porque para que algo se adapte a un recién nacido, muy probablemente no tendrá tela suficiente en el panel para soportar el tamaño de un peque de tres años.
  4. Los tirantes de la mochila están para usarlos. De hecho, cualquier portabebé tiene que estar puesto de manera que tengas el cuello libre, que las sujeciones no estén únicamente sobre los trapecios sino que tengas el peso equilibrado.
  5. Observa la posición de tu espalda: no es con los hombros echados hacia adelante, sino hacia atrás y que el cierre de la mochila no está a la altura del cuello sino de las escápulas.
  6. Haz caso a tu cuerpo si te dice algo. Si te duele en un punto en concreto, si te pide descanso… Tu dolor de espalda no será únicamente por un portabebé mal puesto, pero puede no ayudar si ya tienes contracturas o tensión de la falta de descanso, de las malas posturas al dormir, de cargar el peso de un bebé todo el tiempo…
  7. Una vez hayas pasado la cuarentena, acude a un fisio especializado en suelo pélvico. Independientemente de si te están diciendo que todo está bien. Acude a revisión y que sea este profesional quien te lo diga ya que su exploración es mucho más exhaustiva. Intenta rehabilitar con ejercicios recomendados como hipopresivos y si puedes, algún entrenamiento de fuerza compatible con tu estado. La musculatura de tu cuerpo es quien se encarga de mantenerte en pie y si está debilitada, tendrás dolores. Piensa que ni el mejor deportista de crossfit carga con peso tanto tiempo seguido como una madre.
  8. Revisa la posición de tu bebé en el portabebé. Si está colgando, si está mal puesto, sentirás más el peso. Ten en cuenta también que conforme crecen, se mueven más y que es muy difícil cumplir con toda la teoría.

Aquí ya toca intentar equilibrar tus necesidades y las de tu peque, de ahí la importancia de llevar la mochila muy bien puesta en tu espalda. Protégela y disfrutarás más del porteo.

 

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Cómo saber si estás porteando correctamente

A partir de cierta edad (se puede a partir de que los peques se mantengan sentados, pero muchas familias comienzan a hacerlo un poquito más adelante) puedes portear en la espalda. Para según qué actividades seguramente te resultará más cómodo, pero tu peque también querrá seguir sintiendo tus abrazos así que si sientes que ya no cabe en tu pecho, que su cabeza va superando la altura de los besos, coloca el cinturón apoyado en tu cadera (no por debajo, sino por arriba) para llevar bien el peso.

Tendrás menos visibilidad pero recuerda que esto sustituye tener que llevarle en brazos a pelo. Siempre la solución tiene que ser mejor que el problema.

Por último, haz fotos. Muchas fotos. Porque un día dejarán de pedir brazos. Y los echaremos de menos. Huele su cabecita, dale todos los besos del mundo. Es justamente esto lo que quedará en su memoria.

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9 mayo, 2024

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