Mi hijo no entiende lo que lee: ¿A qué se debe y cómo solucionar los problemas de comprensión lectora?

Existen diversas causas que pueden causar un problema de la comprensión lectora. Por esta razón, es importante explicar cuáles son las dificultades en la comprensión lectora y qué podemos hacer para ayudar a un peque que tenga este tipo de dificultades.

¿Por qué puede ser un problema la comprensión lectora?

Ya hemos comentado en numerosas ocasiones que el aprendizaje de la lectoescritura es quizá el más importante de cuantos se hacen en la etapa escolar. Hacia los seis o siete años, nuestros hijos e hijas comienzan a leer. El proceso es laborioso y precisa de horas de entrenamiento. Seguro que más de una vez hemos escuchado eso de que “a leer se aprende leyendo”.

En estos primeros pasos en el aprendizaje de la lectura, solemos estar más pendientes de la mecánica lectora, es decir, de que ejecuten correctamente la conversión grafema-fonema, que de cerciorarnos de que comprenden lo que leen.

Sin embargo, el fin último de la lectura es la comprensión de la misma. Solo si comprendemos lo que leemos podemos acceder al conocimiento, integrarlo con lo que ya sabemos o disfrutar de historias fascinantes que estimulen nuestra creatividad e imaginación.

Cómo ayudar a un niño con problemas de comprensión lectora

¿Cómo solucionar el problema de la comprensión lectora? Los estudios en psicología de la lectura han avanzado significativamente en los últimos años, de manera que estamos cada vez más cerca de conocer cómo leemos y cuáles son las claves para mejorar y optimizar ese aprendizaje.

Han sido muchos los modelos propuestos para explicar qué mecanismos se ponen en marcha a la hora de comprender lo que leemos. En el caso del español, investigadores como Juan Cruz Ripoll o Gerardo Aguado, han recogido las variables que intervienen en la comprensión lectora basándose en los últimos estudios realizados:

La correcta descodificación

La primera variable es, como no podía ser de otra manera, la correcta descodificación. Ser capaces de leer sin errores, con una velocidad adecuada y la entonación correcta facilita la comprensión de aquello que leemos.

De esta manera, debemos trabajar habilidades como la conciencia fonológica, la instrucción explícita en las reglas de conversión entre las letras y los sonidos, la corrección de los errores frecuentes en estos estadios iniciales o la fluidez lectora.

La comprensión del lenguaje oral

Otra de las variables a tener en cuenta es la comprensión del lenguaje oral. Aunque hay procesos que solo intervienen en la comprensión del lenguaje escrito, el hecho de que la comprensión del lenguaje oral sea buena, es un buen indicador de una comprensión lectora adecuada.

La comprensión incluiría aspectos como el vocabulario, la correcta interpretación de estructuras sintácticas o saber extraer la idea principal o conectar las ideas entre sí.

Los estudios sugieren que en los casos en los que hay dificultades de comprensión lectora, subyacen dificultades en la comprensión oral aunque dichas dificultades se hagan más evidentes en la lectura aun teniendo un nivel adecuado de mecánica lectora.

Así, cualquier trabajo que hagamos dirigido a la estimulación del lenguaje oral, podrá favorecer la posterior comprensión lectora. Merece la pena ofrecer a nuestros hijos un vocabulario rico y variado, estructuras sintácticas de diferentes longitudes y tipos o historias narradas de forma ordenada y coherente.

La motivación

Existe otra variable que seguramente hayáis pensado ya: la motivación. Leer es un proceso cognitivo que necesita de esfuerzo y constancia, más aún en las etapas iniciales en las que todavía se gasta mucha energía en descodificar las palabras.

Por tanto, la disposición que tengamos hacia la lectura, bien sea porque nos interesa, porque hay que realizar algún tipo de tarea sobre ella o porque está en juego, por ejemplo, la nota, determinan la mejor o peor comprensión lectora.

Animar a nuestros hijos a leer y que nos vean leer son siempre una buena idea.

El tipo y formato del texto

Finalmente, existe una variable externa que tiene que ver con la facilitación de la comprensión lectora: el tipo y formato del texto. Cuestiones como la complejidad del texto, el tipo y tamaño de letra, si se acompaña de dibujos o gráficos… pueden mejorar o empeorar la comprensión del texto.

Si quisiéramos agrupar el origen de las dificultades en comprensión lectora, podríamos sintetizarlo en tres:

• Bajo rendimiento en descodificación (si no leo bien, no comprendo bien lo que leo).
• Bajo rendimiento en comprensión oral (si no comprendo bien lo que me dicen, tampoco comprenderé bien lo que lea)
• Ambas.

Y, ¿qué podemos hacer para mejorar la comprensión lectora?

¿Cómo mejorar la comprensión lectora en los niños?

Lo primero consultar con un logopeda si sospechamos que hay dificultades de comprensión lectora. Solo así podremos confirmar si la dificultad es real o no ya que realizará una valoración que establecerá si el rendimiento en comprensión lectora es el adecuado para la edad.

Además, es imprescindible contar con el centro escolar para que puedan también valorarlo e implementar las adaptaciones en caso de que fueran necesarias ya que, en ocasiones, con unas pequeñas modificaciones, el rendimiento académico de los niños con dificultades lectoras mejora significativamente.

Cómo se puede solucionar la falta de comprensión lectora: Propuestas de mejora para la comprensión lectora

En cualquier caso, existen algunas pautas generales útiles para todos los niños y niñas que pasamos a transformas en pequeñas ideas para el día a día:

• Leer de manera conjunta: repartir la lectura para que se haga de manera compartida o disfrutar de la narración oral.
• Hacer preguntas sobre lo que hemos leído, comentarlo, imaginar el final… son también buenas ideas.
• Dejar que elijan lo que quieren leer, dónde leer y cuándo leer.
• Escoger textos que sepamos que pueden leer de manera exitosa. No pasa nada por leer textos de menor complejidad. Se trata de que sean capaces de leerlo bien y entender lo que leen.
• Hacer juegos de lenguaje oral: buscar sinónimos y antónimos, contar historias con unas palabras que elijamos, describir personales, continuar historias, cambiar finales…
• Ilustrar cuentos, teatralizarlos, contárselos a los hermanos pequeños o incluso a las mascotas.
• Dar modelo y tener libros al alcance de la mano.

Y si nuestro peque tiene dificultades en comprensión lectora, es fundamental ponernos en manos de profesionales como los de la Tribu CSC, que puedan realizar la intervención necesaria y darnos pautas personalizadas para mejorar la habilidad lectora.