Qué SÍ es y qué NO es Disciplina Positiva

Muchos mensajes que divulgan la crianza respetuosa en realidad promueven un conductismo disfrazado

Cuando nos adentramos en el mundo de la crianza respetuosa es frecuente que nos planteemos qué es y que no es Disciplina Positiva. Y es que a menudo nos encontramos con un montón de información que puede estar o no en sintonía con la Disciplina Positiva.

Así, podemos encontrarnos con personas que divulgan una crianza respetuosa o incluso definen sus herramientas como propias de la Disciplina Positiva y, en realidad, están aplicando conductismo puro y duro con un disfraz que solo cambia el nombre.

No quiero con esto hacer una crítica destructiva de nadie. Cada quien tiene su propio proceso de aprendizaje y de crecimiento; y todas las personas que compartimos lo hacemos desde el punto en el que nos encontramos en cada momento de nuestra vida. Pero creo que sí puede ser útil tener algunas claves para aprender a distinguir qué es y qué no es Disciplina Positiva; y cómo lograr una disciplina positiva.

 

¿Qué es y que no es Disciplina Positiva?

 

¿Qué es y qué no es Disciplina Positiva?

Ya hemos visto en un post anterior cuáles son los cinco principios básicos de la Disciplina Positiva que pueden ayudarnos a identificar si lo que estamos haciendo está en línea con lo que promulga la Disciplina Positiva o no. Pero aún así, puede haber ciertas prácticas que, bien disfrazadas, puedan parecer Disciplina Positiva cuando en realidad no lo son. Así que vamos a intentar aclarar un poco más qué sí es y qué no es Disciplina Positiva. Veamos algunos ejemplos.

  • Pongámonos en situación. Dos hermanos jugando en la piscina y uno de los dos sale llorando porque el otro le ha hecho una ahogadilla. 
    • Familia A. “Bueno, no pasa nada, son cosas de niños, no llores que no ha pasado nada”. Esto no es Disciplina Positiva. La Disciplina Positiva valida las emociones y las acompaña. “No pasa nada” no tiene cabida porque aunque para nosotros/as pueda tener poca importancia, sí que ha pasado algo y para él es importante.
    • Familia B. “¡Fulanito! ¡Te has quedado sin helado!”. Esto tampoco es Disciplina Positiva. Los castigos son herramientas conductistas que se centran en que la persona que comete el error o incumple la norma pague por lo que ha hecho. Este tipo de sanciones además de generar desconexión, no tienen sentido, ya que no existe ninguna relación entre hacer ahogadillas en el agua y tomar o no tomar helado; y, por lo tanto, no se produce ningún aprendizaje.
    • Familia C. “¡Fulanito! Ahora mismo fuera de la piscina, ya no te bañas más en toda la tarde!”. Podríamos pensar que en este caso sí se trata de una consecuencia respetuosa ya que existe relación entre la conducta inapropiada (hacer ahogadillas) y la consecuencia aplicada (salirse del agua), pero tampoco. Quedarse toda la tarde sin poder bañarse en la piscina, sin más, es probable que solo sirva para que sienta rencor hacia su hermano por haberse chivado. Es probable que incluso aumenten sus ganas de hacerle una ahogadilla y no precisamente jugando, sino como venganza.
    • Familia D. “¡Fulanito! Ya sabes que no se pueden hacer ahogadillas así que tienes que salir del agua durante diez minutos. Luego puedes volver a entrar”. En este caso es aún más difícil distinguir el disfraz, pero esto sigue sin ser Disciplina Positiva. Puede parecernos que la consecuencia aplicada es lógica, ya que tiene relación con lo que ha sucedido (si haces ahogadillas no puedes estar en la piscina); y, además puede parecer proporcional (has hecho una ahogadilla sales durante diez minutos). Pero, ¿qué sentido tiene que Fulanito esté diez minutos fuera del agua porque sí? ¿No tiene importancia cómo se ha dado esa circunstancia? ¿Se estaban peleando en el agua? ¿Estaban jugando a eso de mutuo acuerdo y se les ha ido de las manos? ¿Se estaba quedando sin aire y se ha agarrado a su hermano hundiéndole por accidente? ¿De verdad pensamos que estar diez minutos fuera del agua va a solucionar alguna de estas situaciones la próxima vez que suceda algo así?

Pero entonces…

 ¿Cómo lograr una Disciplina Positiva?

Si tampoco podemos aplicar consecuencias que, a priori, nos parecen razonables y proporcionadas, ¿qué hacemos? Pues uno de los aprendizajes más importantes que puede regalarnos la Disciplina Positiva es aprender a centrarnos en buscar soluciones

 

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Veamos cómo sería la misma situación en una familia que sí aplicase la Disciplina Positiva:

  • Familia DP. “Fulanito, menganito, veo que ha sucedido algo que no ha hecho sentir bien al menos a alguno de vosotros, ¿venís y vemos cómo podemos solucionarlo?”. Y la historia podría terminar de múltiples maneras. Fulanito dice que menganito le ha ahogado y validamos sus emociones. “Vaya, fulanito, veo que te has asustado mucho porque no podías salir del agua para respirar. Eso te ha dado miedo y es lógico porque es algo muy peligroso. ¿Te apetece que te dé un abrazo?”. Menganito explica que él no quería ahogarle, que solo quería agarrarse porque le faltaba el aire y validamos también. “Vaya, tú también te has asustado. Estar en el agua puede ser peligroso si no controlamos bien el tiempo que podemos aguantar, ¿cómo podríamos hacer para que no os vuelva a pasar esto?”. Y, si no se les ocurre nada, podemos proponer jugar solo en la zona que hacen pie o jugar solo cerca del bordillo, por ejemplo.
  • Otra opción es que Menganito explique que solo estaba jugando. “Vaya, parece que el juego para ti era divertido pero ha sido peligroso y le ha dado miedo a Fulanito, ¿qué podemos hacer para solucionar esto?”. Cuando tienen costumbre de centrarse en buscar soluciones suelen ocurrírseles ideas pero, si no es el caso, siempre podemos ofrecerles opciones. Jugar a algún juego en el agua que implique distancia para evitar las ahogadillas, jugar sin tocarse, jugar a otra cosa fuera del agua…
  • Puede que Menganito simplemente diga que lo ha hecho queriendo. “Es que él me ha quitado la pistola del agua”. Y la familia DP también validaría. “Vaya, veo que estabas muy enfadado porque Fulanito te ha quitado el juguete que estabas usando y has sentido la necesidad de vengarte. Tienes derecho a enfadarte pero las ahogadillas pueden ser muy peligrosas. ¿Cómo podríamos resolver esta situación?”. Y una vez más, mucho mejor si son ellos mismos quienes aportan las soluciones. Jugar con la pistola por turnos, respetar que no quitamos el juguete hasta que la otra persona no termina de usarlo…
  • Puede que Menganito esté tan enfadado que no sea capaz de mantener los acuerdos y vuelva a insistir con las ahogadillas cuando entren en el agua después de haber acordado otra cosa. Puede que Fulanito siga insistiendo en quitarle la pistola de agua a su hermano. Podríamos intervenir entonces y explicarles que en este momento no están en condiciones de estar en el agua porque sus cerebros están “destapados” y no es seguro para ellos estar en la piscina. Así que deben salir del agua para evitar riesgos y pueden elegir si seguir jugando fuera del agua juntos o por separado.

 

¿Qué es y que no es Disciplina Positiva?

 

Efectivamente, no hay fórmulas mágicas para aplicar la Disciplina Positiva y no es fácil ni rápido. En cualquiera de estas situaciones, la persona adulta responsable de atender a los niños ha trabajado la conexión, ha escuchado y validado sus emociones, ha dado la oportunidad a los niños de solucionar el problema por sí mismos, ha propuesto soluciones respetuosas y no sancionadoras para ambos, y cuando ha sido necesario, ha sido firme para evitar el peligro sin humillar ni juzgar por lo que ha sucedido. 

¿Es difícil? Sí, puede, sobre todo al principio o cuando vamos con mucho estrés. ¿Merece la pena? Siempre. Porque no solo estamos conectando y acompañando de manera respetuosa hoy; también estamos regalándoles la oportunidad de desarrollar habilidades que les acompañarán durante toda su vida. Y, de paso, evitamos tomar partido por alguno de ellos y contribuir de esta forma a que exista una distancia emocional entre ellos.

 

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