Sarcoidosis en niños y niñas: Síntomas

La sarcoidosis es una enfermedad inflamatoria crónica de origen desconocido. Analizamos los síntomas de la sarcoidosis en niños y niñas.

¿Qué es la sarcoidosis en niños?

Se caracteriza por el crecimiento de pequeñas acumulaciones de células inflamatorias (granulomas). Estas son en principio benignas, pero pueden acabar afectando la función del órgano en el que se encuentran. Pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, aunque suelen ser más comunes en los pulmones y los ganglios linfáticos. Sin embargo, también pueden afectar a los ojos, la piel, el corazón y otros órganos.

Sus causas son desconocidas, aunque los expertos creen que se debe a una respuesta del sistema inmunitario del cuerpo a una sustancia desconocida. Así, algunas investigaciones sugieren que una bacteria, un virus o sustancias químicas pueden desarrollar la enfermedad en personas con una mayor predisposición genética. De esta forma, se produce una reacción exagerada del sistema inmunitario y las células inmunitarias comienzan a unirse en lo que se conoce como granulomas. A medida que estos se acumulan en un órgano, puede afectar su función.

La prevalencia de la sarcoidosis es baja y es más frecuente en mujeres de entre 20 y 40 años con ascendencia africana o del norte de Europa. En la infancia la sarcoidosis puede iniciarse incluso antes de los 4 años y si hay antecedentes familiares de sarcoidosis, hay más probabilidad de desarrollar la enfermedad.

Cuando aparece en niños menores de 5 años de conoce como sarcoidosis de inicio temprano. En caso de hacerlo en mayores de 5 años, es conocida como sarcoidosis de inicio tardío. Sin embargo, afecta principalmente a adultos jóvenes, siendo poco frecuente en la edad pediátrica, aunque es cierto que se desconoce su verdadera incidencia y prevalencia. Así, estudios daneses hablan de una incidencia de 0,29 por 100.000 personas por año en menores de 16 años; mientras que otras investigaciones francesas estiman una incidencia de 0,4-0,8 por 100.000 niños.

Síntomas de la sarcoidosis

Aunque la sarcoidosis puede aparecer en cualquier órgano, los pulmones, los ganglios linfáticos y la piel son los más frecuentes. Sin embargo, es cierto que los síntomas varían en función de cuál sea el órgano afectado. En ocasiones, se desarrolla poco a poco y sus síntomas duran años, mientras que otras veces, aparece de forma repentina para desaparecer de la misma forma.

Tampoco es común la aparición de síntomas. Así, muchas personas no tienen ningún signo que haga sospechar de la enfermedad y solo se descubre al realizar una radiografía de tórax por otro motivo. Entre los síntomas de la sarcoidosis se encuentran:

• Síntomas generales: Fatiga, ganglios linfáticos inflamados, pérdida de peso, dolor e inflamación en las articulaciones.
• Síntomas pulmonares: Tos seca persistente, dificultad para respirar, dolor en el pecho, silbido al respirar.
• Síntomas cutáneos: Sarpullido con protuberancias rojas o morados en la parte delantera de las piernas o los tobillos; úlceras en nariz, mejillas y orejas; áreas de la piel más claras o más oscuras; crecimiento de nódulos, especialmente alrededor de cicatrices o tatuajes.
• Síntomas oculares: Dolor ocular, visión borrosa, ardor, picazón, sequedad en los ojos, sensibilidad a la luz.
• Síntomas cardíacos: Dolor en el pecho, desmayos, arritmia, palpitaciones.

Además, puede afectar al sistema nervioso, el hígado, el bazo, los músculos, los huesos y las articulaciones, los riñones o cualquier otro órgano. En el caso de los menores de 5 años (sarcoidosis de inicio temprano) suele presentarse con síntomas cutáneos, oculares y artritis. Si aparece en mayores de 5 años (sarcoidosis de inicio tardío) los síntomas son similares a los que se presentan en la edad adulta, con predominio de afectación pulmonar y linfadenopatías.

Además, en el caso de los niños y niñas es frecuente encontrar fiebre, astenia, pérdida de peso y malestar general.

Diagnóstico y tratamiento de la sarcoidosis

La sarcoidosis es difícil de diagnosticar y, de hecho, se suele hacer muchas veces por casualidad. Sin embargo, se debe sospechar de ella ante la aparición de unos síntomas compatibles con la enfermedad, así como de granulomas no caseificantes. Especialmente, después de descartar otras enfermedades con características similares.

Al tratarse de una enfermedad de la que se desconocen las causas, aún queda mucho por investigar sobre ella. Por ello, de momento, la sarcoidosis no tiene cura, aunque se puede controlar con tratamientos para evitar su desarrollo. Además, muchas personas no necesitan tratamiento e incluso puede desaparecer por sí sola. Eso sí, puede durar años y provocar daño en diferentes órganos.

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