Y cuando una cree que la vida vuelve a su cauce, que se han acabado las noches sin dormir, que empieza a recuperar su propio espacio antes ocupado por una personita pegada al pecho o…
Los investigadores han hallado que los adolescentes más felices son aquellos a quienes se enseñó durante la niñez a rememorar y compartir recuerdos. Además, presentan menos síntomas de depresión y ansiedad respecto a otras personas de su misma edad. ¿Cómo se consigue esto? Enseñándoles a rememorar los buenos momentos.
¿Qué hace a los adolescentes felices?: La importancia del «recuerdo elaborado» en la felicidad futura de nuestros hijos
El estudio, titulado «Growing Memories: Entrenar a las madres en el recuerdo elaborado con los niños pequeños beneficia las narrativas de punto de inflexión y el bienestar de los adolescentes» y publicado en el «Journal of Personality», realiza un seguimiento de una intervención de recuerdo con 115 madres de niños pequeños que fueron asignadas a un grupo de control o recibieron capacitación en recuerdo elaborado durante un año. El recuerdo elaborado implica conversaciones abiertas y receptivas con niños pequeños sobre eventos pasados cotidianos, como alimentar a los patos en el parque.
Según los resultados del estudio, los adolescentes cuyas madres habían participado en las sesiones de entrenamiento anteriores narraron eventos difíciles de sus vidas, como el divorcio de los padres o el ciberacoso, con más detalle sobre cómo la experiencia los había moldeado como personas. Estos adolescentes también informaron tener menos síntomas de depresión y ansiedad en comparación con los adolescentes del estudio cuyas madres habían conversado con sus niños pequeños como de costumbre, sin recibir formación sobre cómo elaborar recuerdos.
Una de las autoras del proyecto, la profesora Elaine Reese, ha enfocado muchas de sus investigaciones en los efectos positivos a largo plazo en los niños de las conversaciones entre m[p]adres e hijos y en la importancia de formar a los progenitores para conversar con sus hijos.
«Nuestros hallazgos sugieren que las breves sesiones de entrenamiento con los padres en las primeras etapas de la vida de los niños pueden tener beneficios duraderos, tanto para la forma en que los adolescentes procesan y hablan sobre los eventos difíciles de la vida como para su bienestar», dice Reese.
Según la experta, esta técnica también hace que los adolescentes obtengan herramientas de regulación emocional:
«Creemos que el recuerdo elaborado de los padres ayuda a los niños a desarrollar recuerdos más completos, específicos y precisos de sus experiencias, proporcionando una reserva más rica de recuerdos para usar cuando forman sus identidades en la adolescencia. El recuerdo elaborado también les enseña a los niños cómo tener discusiones abiertas sobre sentimientos pasados cuando ya no están en el calor del momento«.
Reese considera que los efectos positivos repercuten «tanto en la forma en la que los adolescentes procesan y hablan sobre eventos difíciles en su vida como en su futuro bienestar«.
Beneficios a largo plazo de los recuerdos en el desarrollo de adolescentes: El poder de la «conversación positiva» en la primera infancia
La especialista señala la importancia de la primera infancia como el momento ideal para comenzar a tener conversaciones sensibles y positivas con los niños, y que sepan que estas conversaciones pueden marcar la diferencia a medida que los niños crecen.
«El objetivo final es alentar a los padres a tener conversaciones más sensibles y receptivas sobre los eventos en la vida de sus hijos«, manifiesta la psicóloga clínica Claire Mitchell, autora principal y líder del estudio.
«Nuestro estudio ayuda a allanar el camino para el trabajo futuro con padres de niños pequeños para promover interacciones saludables desde el principio que podrían tener beneficios duraderos«, dice.
Los investigadores tienen la intención de continuar el estudio, haciendo un seguimiento de los participantes en la edad adulta emergente para determinar los efectos continuos y a largo plazo de los recuerdos elaborados de sus madres.
Las técnicas de elaboración de recuerdos que debemos aplicar en las conversaciones con nuestros hijos
¿Cómo mantener conversaciones positivas y receptivas con los hijos? «Como madre de un niño pequeño, puedo confirmar que estas técnicas de elaboración de recuerdos son agradables y fáciles de aprender«, manifiesta Mitchell.
De hecho, es tan sencillo como acostumbrarnos a hablar en familia, cuando nuestros hijos e hijas aún son pequeños, de momentos cotidianos de su día a día como ir al parque, de visita a casa de los abuelos, hacer la compra o dar un paseo.
De esta forma, el recuerdo elaborado materno en la primera infancia tiene beneficios a largo plazo para la «coherencia causal de los adolescentes» en las «narrativas de punto de inflexión y el bienestar».
Teniendo en cuenta que, entre las cosas que hacen felices a los adolescentes están las conversaciones que tuvieron con sus progenitores durante su infancia, parece una inversión muy pequeña de tiempo a cambio de un sostén emocional permanente a largo plazo.
¿Cómo se puede ser un adolescente feliz? El cuidado de la salud mental adolescente
Mitchell recuerda que gran cantidad de investigaciones muestran que el bienestar puede disminuir drásticamente en la adolescencia. Su trabajo demuestra que los adolescentes que son capaces de rememorar y compartir recuerdos sufren menos síntomas de ansiedad y depresión.
«Para algunos jóvenes, esta inmersión [en la adolescencia] es el comienzo de problemas de salud mental más graves que pueden ser difíciles de tratar. Por lo tanto, es importante encontrar formas de prevenir las dificultades de salud mental antes en la vida, si es posible».
Los científicos creen que los recuerdos elaborados de los padres ayudan a los niños a desarrollar recuerdos más completos y precisos de sus experiencias al llegar a la adolescencia. Esto les permite tener una mayor cantidad de herramientas para usar cuando forman sus identidades en la adolescencia. También les ayuda a hablar de sus propios sentimientos.
El objetivo final de la investigación es animar a los m[p]adres a tener conversaciones más sensibles y receptivas con sus hijos sobre los aspectos que han marcado su vida. Algo que puede venir muy bien a los jóvenes en su adolescencia y puede ayudar a disminuir los problemas de salud mental que suelen aparecer en estos años.
Pero, ¿y cuándo ya han crecido? Muchas veces nos planteamos qué decir a un adolescente. La psicóloga infantil Elena Mesonero, a la que podéis consultar online en la Tribu CSC, nos recuerda que, en lugar de sermonearles, podemos utilizar la empatía para construir un puente hacia ellos poniéndonos a nosotros mismos de ejemplo y compartiendo con ellos nuestros propios recuerdos en situaciones parecidas. Así, además, fomentamos el vínculo con ellos.
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