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¿Qué hospital elegir para el parto? ¿Parir en hospital público o privado? ¿Qué es mejor?
En los últimos tiempos muchas familias se han planteado la posibilidad de acudir a un hospital privado, en muchas ocasiones, debido a las restricciones que se han producido durante la pandemia en cuanto a acompañamiento y bloqueo asistencial.
¿Qué hospital elegir para el parto?
La prohibición de que las parejas acudan a las visitas y ecografías en los hospitales, ha provocado un gran éxodo a las clínicas privadas para que se pueda compartir esta experiencia. La asistencia privada al parto ha remontando estos últimos dos años (aunque la asistencia sigue siendo mayoritariamente pública), seguramente por la incertidumbre que se produjo durante el inicio de la pandemia en cuanto a los protocolos de asistencia al parto.
Sea como sea, muchas familias se encuentran ante el dilema: ¿Parir en hospital público o privado? ¿Es mejor una opción o la otra? Pues como muchas cosas en la vida, depende.
Depende del hospital, depende del tipo de parto, de las preferencias de la madre, del nivel de riesgo del embarazo/parto, incluso, en algunos hospitales, depende de los profesionales que estén de guardia ese día. Es imposible hablar de cada caso concreto, así que voy a intentar hablar desde la generalidad para que podáis tener en cuenta los datos oficiales a la hora de elegir.
Hospitales privados en España, ventajas y desventajas
Optar por un hospital privado puede tener ciertas ventajas como, por ejemplo, disfrutar de mejores infraestructuras como las habitaciones individuales o instalaciones más cuidadas y nuevas. En este sector se suele trabajar con un modelo en el que cada ginecóloga/a asiste partos de sus propias pacientes. Por tanto, para las mujeres que prefieran que su parto sea asistido por un obstetra en concreto, la vía privada es una opción.
Esto puede ser positivo o no serlo tanto, ya que cada profesional trabaja con los protocolos que considera adecuados, no hay un consenso oficial entre los distintos sanitarios que trabajan en los centros privados. El trabajo es más individualista y eso a veces no beneficia el progreso y actualización de la asistencia al parto que sí existe en los hospitales públicos gracias a los grupos de trabajo y sesiones clínicas.
Además, el hecho de que las clínicas privadas no estén obligadas a aportar las estadísticas de resultados a nivel público, hace casi imposible poder saber qué tipo de asistencia vas a recibir previamente.
Hay que tener en cuenta también que seguramente el equipo de matronas que te asista, será el mismo para cada ginecólogo y el ratio matrona/mujer es muy variable. Por ejemplo, como el volumen asistencial no es igual de alto en la privada que en la pública, normalmente no hay problema, pero si un día, se juntan varias mujeres, es probable que la asistencia y el acompañamiento sea más difícil por parte de las matronas porque el número suele ser pequeño en estos centros.
También hay que tener en cuenta que, normalmente, al contratar al obstetra para asistir el parto, se “desbanca” la asistencia de las matronas, que somos las especialistas en partos de bajo riesgo. La ciencia avala que los partos asistidos por matronas tienen menos probabilidades de acabar en parto instrumental o cesárea, por ejemplo, y conllevan, en general, mejores resultados perinatales.
Por otro lado, que un hospital sea privado no siempre conlleva que la infraestructura y los recursos sean mejores. En muchos casos se carece de personal o de servicios especializados como las UCI neonatales. Por tanto, si surgiera algún problema durante el parto que requiera de una asistencia de ese tipo, habría que hacer un traslado al hospital público de referencia. Por eso los partos que se asisten en estas clínicas suelen ser de bajo riesgo.
En cuanto a la asistencia al parto y los resultados… Los datos son bastante claros: las tasas de cesárea, episiotomía, parto instrumental e inducción se disparan en los centros privados frente a una disminución gradual de estas cifras a nivel público.
Por ejemplo, en los hospitales públicos se manejan porcentajes de cesárea de alrededor el 21-25%, mientras que en los centros privados hablamos de un 36,5% concretamente en 2018, según los datos aportados por el Ministerio de Sanidad. La OMS recomienda que este porcentaje no supere el 15%, aunque puede ser muy variable.
Otro ejemplo de diferencia en la asistencia pública y privada lo tenemos en la Comunidad Valenciana, en la que sus datos recogidos en 2012, nos indican que la tasa de partos instrumentales pasa de un 17,8% en públicos frente a un 37,4% en centros privados (observatorio de Salud Infantil y perinatal de la Comunidad Valenciana).
En cuanto a la episiotomía, encontramos más o menos lo mismo, en 2018 la media de episiotomías ha bajado en hospitales públicos hasta un 21%. Aún alta en relación a las cifras ideales, pero mucho más baja que hace 10 años en las que superaba el 80%. En cambio, la disminución en hospitales privados ha sido menos marcada. Por ejemplo, en 2012 nos encontramos que se realizan un 14,3% mas de episiotomías en los centros privados vs centros públicos.
Estas diferencias además no estarían justificadas por el aumento de complejidad de los embarazos o partos, ya que la gran mayoría de las mujeres con un embarazo de riesgo van a ser asistidas en la sanidad pública.
Las inducciones también son mucho más frecuentes en el ámbito privado, concretamente casi un 8% mayor que en el público, aún teniendo, en general, una población de menor riesgo. Esto claramente también repercute en el resto de estadísticas.
Cabe decir que, pese a que las cifras generales son estas, hay hospitales privados trabajando de forma impecable y aportando una asistencia de máxima calidad y actualizada, según sus estadísticas. Aunque no podemos obviar que aún son una minoría.
Hospitales públicos: Pros y contras
Nuestro sistema de salud público puede no ser perfecto, pero sí que es de alta calidad. Tenemos la grandísima suerte de poder ser atendidos las 24 horas por profesionales capacitados y de poder acceder independientemente del nivel de ingresos que tengamos.
Pero muchas veces estamos ante un sistema que agoniza desde hace mucho tiempo. Los profesionales sanitarios están desbordados, cansados, en algunos casos hasta explotados. Jornadas maratonianas, turnos imposibles, condiciones de trabajo lamentables… Y, aún así, ahí siguen, intentando hacerlo bien (salvo algunas excepciones, siempre hay ovejas negras…). Esa es la fortaleza y a la vez la debilidad de nuestro sistema.
En cuanto al parto, una de las ventajas es que vas a tener asistencia completa las 24 horas del día incluso con acceso a especialistas que quizá un hospital privado no te pueda ofrecer en ese momento, como neonatólogos y UCIN en algunos de ellos.
El trabajo se realiza en equipo, en el que todo el personal médico de la misma unidad suele consensuar un protocolo. Esto es una gran ventaja si los profesionales se mantienen actualizados, la asistencia es más homogénea. En muchos casos incluso se realizan reuniones para revisar frecuentemente esos protocolos y actualizarlos para mejorar la asistencia y en las que también se debaten resultados anteriores en sesiones clínicas y se hace una autocrítica para optimizar el trabajo.
Es importante también, aunque sea un tema controvertido, hablar sobre la influencia económica. Está claro que los profesionales sanitarios tenemos que cobrar por nuestro trabajo, pero en la sanidad pública, ese sueldo dependerá del número de guardias que hayas hecho o de los días que trabajes, turnicidad, etc. Sean cuáles sean los resultados obstétricos. No te pagan más si hay más partos vaginales o si hay más cesáreas o si atiendes a tres mujeres o a seis.
En el ámbito privado, se paga más por una cesárea y además se invierte menos tiempo en hacerla. O, a lo mejor, hay que cuadrar una inducción para que no coincida de guardia en otro sitio o de viaje… Por suerte, la mayoría de obstetras no se deja influir por esto, pero todos conocemos algún caso en el que esto sucede y la motivación económica pasa por encima de los motivos médicos para indicar una u otra intervención.
Otra de las ventajas de la asistencia pública, es que las matronas somos unas profesionales más presentes en todo el proceso del nacimiento, asegurando así mejores resultados perinatales en embarazos de bajo riesgo.
Algunos de los contras que puede tener elegir un hospital público es que los profesionales que te acompañen seguramente sean desconocidos. La matrona que te asiste durante el embarazo normalmente no es la misma que estará contigo en el parto. Lo cual no quiere decir que su acompañamiento no pueda ser maravilloso e impecable igualmente, pero hay que forjar una relación de confianza en pocos minutos.
El objetivo de la asistencia “one to one” hoy en día en la asistencia pública aún no está establecida. La misma matrona puede tener que acompañar incluso a cuatro o cinco familias en el mismo turno en algunos casos, situación que en ocasiones tampoco es mucho mejor en la privada.
Por supuesto y al igual que en los hospitales privados, hay mucha variabilidad en la calidad de la asistencia al parto. Las cifras, al ser hospitales públicos, están más disponibles; aunque no en todos los casos trascienden, y tienen fácil acceso para que las mujeres puedan decidir.
Hay que saber interpretar las cifras, no se puede comparar un hospital de baja complejidad o casas de partos con uno de alta complejidad en el que se asistan mujeres con embarazos de riesgo, partos prematuros, con patología… En los que, evidentemente, el número de cesáreas e intervenciones como el parto instrumental van a ser más altas, porque van a estar indicadas con más frecuencia.
Por ejemplo, en la comunidad de Madrid, con los datos de 2018-2020 tenemos hospitales con grandes unidades asistenciales que son un ejemplo, como el Hospital Rey Juan Carlos, de una complejidad media y con una tasa de cesáreas menor a un 13% sin empeorar los resultados maternos y neonatales. Mucho menor que otros hospitales incluso de baja complejidad de la comunidad, donde se asisten además muchos menos partos que rondan el 25%.
En cuanto a hospitales de alta complejidad, también hay muchas diferencias entre ellos. Desde el 20% de cesárea del Hospital Gregorio Marañón o el 12 de Octubre, en los que se asiste a mucha población de alto riesgo, al casi un 28% de otros hospitales del mismo nivel en la misma comunidad.
En el resto de España, también hay claros ejemplos de falta de protocolos actualizados y una asistencia poco adecuada… Un caso muy sonado fue el del Hospital Virgen del Puerto de Plasencia en el que se llegó a realizar una cesárea al 45% de las gestantes en 2020.
En general, en los hospitales públicos, las cifras asistenciales tienden a mejorar cada año (aunque el anterior, con la pandemia, las cifras han sido especialmente malas). Bajan las tasas de las episiotomías, los partos instrumentales, las cesáreas y en algunos casos incluso las inducciones.
Las casas de partos: El nacimiento en un ambiente seguro y cuidado
Hace unos meses se ponía en marcha la casa de partos de Can Ruti, Casa Laetania, convirtiéndose en el segundo centro de nacimientos públicos junto con la casa de partos de Martorell.
Estos centros están liderados por matronas y cuentan con un ambiente totalmente cuidado (tanto en asistencia como en infraestructura) para que el proceso natural del nacimiento se desarrolle de una forma óptima.
Se trata de un modelo de asistencia muy extendido en Reino Unido y que da muy buenos resultados perinatales consiguiendo una gran satisfacción materna en el proceso.
Habitaciones acogedoras, ambiente familiar, posibilidad de utilizar recursos naturales para el manejo del dolor, asistencia actualizada por parte de matronas preparadas y formadas para ello. Todo cerca del centro de referencia, incluso muchas veces en un espacio contiguo, pero con acceso independiente, por si surge alguna complicación y hay que pasar a la unidad de partos del hospital.
Las cifras hablan y la evidencia apoya este tipo de centros ya que suponen mejores resultados, una vivencia más respetada, más positiva y disminuyen el coste asistencial.
Al fin y al cabo, vamos a parir pocas veces en nuestra vida y, por suerte, en nuestro país tenemos la opción de elegir el centro en el que queremos hacerlo, si las circunstancias familiares lo permiten, y es importante plantearse qué es importante para ti, qué te da tranquilidad a la hora de vivir ese momento y valorar la opción que más se adecue a tu situación.
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Hola! Yo me enfrento ahora a elegir privado o público y estoy taaaaqn indecisa….vivimos en Madrid y los recortes en sanidad están siendo devastadores… Por otro lado yo siempre he sido pro publico, pero mi primer parto fue en el Puerta de Hierro y me destrozaron, me trataron fatal, se rieron de mi (literalmente ) por no querer epidural, inducción, instrumentalizaciom, kristeller, episiotomia y ni dejaron cortar a mi marido el cordón, por supuesto ninguna asistencia en la lactancia…una completa vergüenza, ellos que abanderan el parto respetado, ja!
Ahora mi duda es entre ir a la Quiron de Pozuelo o a alguna pública, pero claro, que no esté muy lejos ya que mi hospi es el Puerta de Hierro, en fin! Tengo un poco de lio debido a la experiencia previa y al tema recortes.