Desde champú para bebés hasta toallitas para pañales, cremas para el pañal o protectores solares... Son numerosos los productos químicos nocivos a los que exponemos a los niños a diario. Y es que muchas sustancias…
La ropa, los cosméticos o la pintura son productos diarios que contienen sustancias químicas resistentes a la degradación. Es decir, que no desaparecen. Por eso se las conoce como «químicos para siempre».
Ahora, un reciente estudio noruego avisa de que la exposición a estas sustancias está muy extendida en los niños: 1 de cada 5 tiene niveles por encima de los límites de seguridad.
Exposición a las sustancias PFAS y sus efectos negativos en la salud
Las sustancias de perfluoroalquilo y polifluoroalquilo (PFAS) son un grupo de sustancias químicas sintéticas que se encuentran en los productos de consumo diario, como ropa, cosméticos, productos de limpieza, pintura, etc. Pero también se pueden encontrar en envases de alimentos que emplean materiales con PFAS. De hecho, los alimentos y el agua potable contaminados son las principales fuentes de exposición a PFAS en humanos.
Se trata de sustancias con una resistencia muy alta a la degradación, así que varios PFAS se acumulan en la naturaleza y los seres humanos. Se las suele denominar «químicos para siempre» precisamente por eso; porque se acumulan y no se eliminan. Estas sustancias químicas se han asociado con efectos negativos para la salud, incluida la reducción de la respuesta a las vacunas en los niños, la reducción del peso al nacer y ciertos tipos de cáncer.
La respuesta a la vacuna en niños fue el motivo por el que la Autoridad Europea de Seguridad y Alimentos (EFSA) decidió establecer un límite de seguridad de estos productos en 2020. Varios países europeos ahora están trabajando juntos para restringir la producción y el uso de todos los PFAS en Europa.
¿Cuáles son los «químicos para siempre»?
Los «químicos para siempre» o «eternos» son potencialmente peligrosos para la salud humana. En el mercado existen más de 4.700 sustancias químicas para siempre. Son antiadherentes y repelen las manchas, por lo que son ingredientes habituales en todo tipo de productos, desde utensilios de cocina hasta ropa o espumas contra incendios.
Además de estar presentes en los productos de consumo diario citados antes, también se pueden localizar en lugares de trabajo como plantas de producción o industrias; así como en plantas de tratamiento de aguas residuales o en centros de entrenamientos para bomberos.
Por último, se pueden hallar en organismos vivos como peces y otros animales o seres humanos donde las PFAS pueden acumularse y resistir al paso del tiempo.
Las PFAS o químicos para siempre se utilizan desde los años 40 del siglo pasado. Pero en los últimas décadas los gobiernos han ido restringiendo su uso precisamente por las consecuencias para la salud de las personas y del entorno. En EEUU, por ejemplo, hay ciertos PFAS que ya no se fabrican. Y en la Unión Europea también se está limitando su uso.
Sin embargo, hay países que siguen usándolos en productos que llegan a nuestras casas a través de la exportación o por compras online.
Estudio sobre los químicos para siempre: Niveles de PFAS por encima de los límites de seguridad en niños
Investigadores de la Universidad de Bergen (Noruega) quisieron analizar la presencia de los PFAS o químicos para siempre en niños, dentro del «Estudio de crecimiento de Bergen 2» de 2016. Para el análisis, los científicos recolectaron muestras de sangre de niños de entre 6 y 16 años. En concreto, participaron 1.094 niños y niñas en edad escolar. El estudio busco 19 tipos de PFAS.
Los resultados de la investigación se publicaron en el ‘International Journal of Hygiene and Environmental Health’. Los científicos hallaron que 4 de los PFAS estaban presentes en todos los niños. En concreto, el ácido perfluorooctanosulfónico (PFOS), el ácido perfluorooctanoico (PFOA), el ácido perfluorohexanosulfónico (PFHxS) y el ácido perfluorononaoico (PFNA).
Además, un 22% de ellos tenían niveles de químicos para siempre por encima de los límites de seguridad establecidos por la EFSA. Además, las concentraciones de químicos para siempre en niños era más significativa en chicos que en chicas. Los niños más pequeños (menores de 12 años) tenían niveles de PFAS más altos que el resto.
Hoy en día existe mucha evidencia de los efectos nocivos de los productos tóxicos a los que nos exponemos a diario. El ‘Proyecto Contaminación para Siempre’ es una investigación periodística conjunta de 18 redacciones europeas, encabezadas por ‘Le Monde’ en Francia y ‘The Guardian’. Las sustancias químicas están por todas partes, pero algunos focos son peores que otros.
Bélgica es el país más contaminado. En Zwijndrecht (Flandes), donde se encuentra una fábrica de PFAS, se registraron concentraciones de hasta 73 millones de nanogramos por litro. Esto es 36,5 millones de veces el nivel recomendado.
¿Por qué los niños son los más afectados por las sustancias químicas que hay en el hogar?
Hay multitud de sustancias químicas nocivas a las que nos exponemos (y exponemos a nuestros hijos, sin saberlo). Sin embargo, los niños y niñas son población especialmente vulnerable a estos químicos para siempre ya que su piel es un 30% más delgada que la de un adulto y puede absorber mayores cantidades de sustancias químicas de la superficie de la piel.
Además, respiran más aire (por lo que les afecta más la contaminación) en relación con su peso que los adultos. Por otro lado, la barrera hematoencefálica (que ayuda a bloquear la penetración de sustancias químicas en el tejido cerebral) no se forma completamente hasta que el bebé tiene 6 meses. Como consecuencia, muchos productos químicos cruzan esta barrera y se dirigen al tejido cerebral en desarrollo, con posibles efectos dañinos de por vida.
Por ellos es importante tomar todas las precauciones posibles para evitar las consecuencias de los químicos para siempre en niños. Por ejemplo, hay que leer correctamente las etiquetas de los productos. Interpretar la información correctamente nos ayudará a conocer la peligrosidad de lo que compramos.
Al margen de ello, podemos seguir otros consejos. En el caso de los productos de limpieza, por ejemplo, se recomienda usar detergentes respetuosos con el medio ambiente y seguir las instrucciones de productos como los desatascadores, los limpiadores del WC o los lavavajillas. Y, por supuesto, mantenerlos fuera del alcance de los niños para evitar accidentes.
En el caso de los textiles, es conveniente lavar la ropa antes de usarla por primera vez y elegir textiles con etiquetas ecológicas oficiales que certifiquen que el uso de sustancias químicas nocivas es limitado. En cuanto a los productos cosméticos, leer bien la composición.
Si quieres más información o necesitas asesoramiento profesional, en la Tribu CSC puedes consultar online a nuestro equipo de expertos/as en salud materno-infantil y crianza respetuosa. Entre ellos/as se encuentra la pediatra Gloria Colli.
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