En torno a las dos semanas de vida, el recién nacido comienza a pedir teta con mucha frecuencia, e incluso parece que se enfada en el pecho. ¿Qué está pasando? Hay quien lo llama la…

Este post se publicó originalmente el 19/03/2022 y ha sido actualizado en fecha 08/10/2024
La relactación es el proceso por el que una mujer restablece la lactancia materna después de haberla interrumpido durante un tiempo, que pueden ser días, semanas o incluso meses. También se puede denominar relactación al proceso de volver de una lactancia mixta a una materna exclusiva. Las razones que han podido provocar esta interrupción o la introducción de leche artificial pueden ser diversas. Hoy te damos consejos para relactar.
Y para ello contamos con la ayuda y experiencia de Inma Mellado, consultora de lactancia y una de las expertas del equipo de Criar Con Sentido Común. Con ella puedes contactar a través de la Tribu CSC.
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La separación del bebé por hospitalización, bajo peso del recién nacido al nacer o que este no pudo mamar en las primeras semanas de manera eficaz o madres que deciden volver a dar el pecho. Lo cierto es que hay diversas razones para que la lactancia materna se haya visto interrumpida.
Eso, no obstante, no tiene por qué significar que no se pueda reconducir la situación si así lo desea la mamá:
«Pero lo primero que hay que tener en cuenta es que la relactación es una carrera de fondo. Conviene tomarlo así y enfrentarse a ella batalla a batalla. No querer volver a la lactancia exclusiva ya. Si me lo planteo de la primera forma, la madre irá teniendo pequeños éxitos», explica Inma Mellado.
Como factores determinantes para una vuelta a la lactancia materna exclusiva destacan » el interés y capacidad del bebé para mamar y la determinación de la madre«.

Prepararse para relactar
La primera recomendación, por tanto, es paciencia y no frustrarse a las primeras de cambio. E intentar manejar las expectativas adecuadamente. La relactación es un proceso largo, que requiere mucha perseverancia. También requiere mucho apoyo.
«Sin el apoyo de alguien cercano que se dedique a todas esas tareas que la madre no puede hacer porque necesita tiempo para relactar, es muy difícil. En cualquier caso, depende de las circunstancias», aclara Inma Mellado.
Y ese apoyo también ha de ser profesional. Es decir, lo mejor es acudir a una persona cualificada para que sirva de guía a la madre y la asesore sobre los pasos a dar y las técnicas que existen para relactar. Con el apoyo adecuado, incluso madres adoptivas han logrado producir leche materna para sus bebés. Es lo que se conoce como lactancia inducida.
¿Por dónde se empieza?
Determinar el origen del problema o el obstáculo que ha impedido una lactancia materna exclusiva desde el principio es fundamental. Es una «carrera de fondo», usando la metáfora de Inma Mellado, pero que se puede ganar. Nuestra consultora ha acompañado a muchas madres que lo han conseguido.
Sin embargo, sí hay que establecer el origen, porque si hay un problema anatómico, hormonal o estructural, la relactación puede ser muy difícil o directamente imposible. Por eso es importante tener personal cualificado al lado.
«Tenemos que saber por qué hemos llegado a la lactancia mixta, que ha condicionado esta situación y hay que valorar si la relactación es fácil y posible. Porque puede haber casos en los que no sea posible», incide Inma Mellado.

Y, por otro lado, hay que tener en cuenta que el enfoque ha de ser desde distintos puntos de vista: fomento y recuperación de la producción de leche, el «reenamoramiento» del bebé al pecho y un «trabajo multidisciplinar» para ver cómo se administran los suplementos al bebé.
La estimulación continua y sistemática
Si el motivo por el que no se ha llegado a la lactancia materna exclusiva es algo que se puede solucionar, uno de los aspectos principales es fomentar y recuperar la producción de leche. Y para ello hay que estimular eficazmente el pecho. «Hay que decirle al pecho que fabrique esa leche«, remarca nuestra consultora de lactancia.
Para ello hay que poner frecuentemente al bebé al pecho. Una succión eficaz de este es clave para la producción de leche. Por eso, tras el parto, es importante colocar al bebé al pecho de inmediato. Si el bebé no está, entonces hay que hacer un «programa sistemático» para sacar leche, «con extracciones frecuentes, eficaces y una política de extracción bien calibrada». Es necesario aprovechar la fisiología del pecho y extraer a menudo con un sacaleches bien calibrado.
¿Pastillas para relactar?
Eso de que a algunas mujeres que no pueden o no quieren dar el pecho se les administra un medicamento para «cortar la leche» no es cierto. Es un mito.
«No existe una pastilla que corte la leche. Se suele usar un medicamento que, como efecto secundario, inhibe la producción de prolactina durante los primeros días y semanas tras el parto. Y eso puede tener un efecto en la producción. Pero no siempre, hay mujeres que siguen teniendo leche pese a él», dice Mellado.
Del mismo modo, existen medicamentos que fomentan la creación de prolactina: son los galactogogos. En España el más extendido es el domperidona. Sin embargo, estos medicamentos «no son inocuos». De hecho, las personas con problemas cardíacos no pueden tomarlos. Inma Mellado cuestiona el uso de estos productos:
«Pasado un tiempo, el nivel de prolactina es irrelevante ya que la producción de leche se vuelve autocrina. Dependerá de la estimulación del pecho. Así que estos medicamentos no siempre suponen una ayuda determinante. Hay que tomarlos siempre bajo prescripción médica y solo si las circunstancias concretas hacen que su uso sea útil y adecuado».
La relación entre el bebé y el pecho
En el Curso Online «El desarrollo del vínculo afectivo» de Criar Con Sentido Común podréis encontrar las razones que explican por qué es importante crear ese vínculo con el bebé. Tras nacer, y siempre que no se produzca ninguna situación que lo impida, es recomendable la práctica del piel con piel que además ayuda en el establecimiento de la lactancia materna.
Esto no significa que si no se hace no se pueda establecer después (¡de ser así el otro progenitor no tendría nada que hacer!), pero sí es cierto que la conexión de la madre con el bebé a través del pecho es clave.

La alimentación suplementaria puede provocar que el bebé se acostumbre a tomar leche con el biberón y rechace el pecho o se canse pronto si no extrae lo que quiere. La confusión entre pecho y tetina, de hecho, es uno de los problemas de la lactancia mixta.
La madre que está en el proceso de relactación ha de tener en cuenta esto. Inma Mellado utiliza un término muy bonito para hacer referencia a la relación entre el bebé y el pecho, el «reenamoramiento del bebé al pecho».
Existen diversas formas de hacerlo. Por ejemplo, con el uso de un relactador. Este es un recipiente que contiene la leche (de fórmula o materna), del que sale una pequeña sonda que se dirige al pezón de la madre (se puede fijar con esparadrapo).
De esta forma, el bebé relaciona el alimento siempre con el pecho. Todas las tomas son al pecho y, además, se logra estimular la producción de leche. Por otro lado, es buena idea combinar secuencias entre pecho y biberón «para que no se cree un reflejo condicionado que lleve al bebé a perder interés por el pecho».
¿Cuánto tiempo hay que estar con la relactación?
Lo cierto es que es difícil hablar de temporalidad porque depende de cada situación particular. Por ejemplo, el suministro de suplementos. Es necesario, explica Inma Mellado, establecer un «trabajo multidisciplinar» a la hora de establecer cómo ir retirando la suplementación.
«No es lo mismo volver de una situación de cinco suplementos de 30 ml al día que ocho con 150 ml y prácticamente ninguna toma de pecho, o volver de un destete total», explica Inma Mellado.
Pero no se puede establecer una fecha límite, sino «ir tomando decisiones» según se desarrolle cada situación:
«A mí me gusta abrir ventanas de esperanza porque hay veces que no se consigue la relactación total pero luego llega la alimentación complementaria y de repente tienes a un bebé de siete u ocho meses tomando teta y otros alimentos. Y ¡hala! Ya está. Ya tienes una lactancia materna».
La constancia y tener claro el objetivo es importante a la hora de conseguir (o intentar conseguir) la lactancia deseada por cada madre.
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