¿Por qué son importantes las remesas familiares?

Las remesas familiares son aquellos envíos de dinero, alimentos o medicamentos que realizan las personas que emigran a su país de origen. Gracias a esos envíos, sus familias pueden cubrir gastos y sobrevivir. La ONU calcula que los más de 200 millones de mujeres y hombres trabajadores migrantes envían dinero a sus más de 800 millones de familiares.

Precisamente las Naciones Unidas estableció el 16 de junio como el Día Internacional de las Remesas Familiares. Este año, con la pandemia del Covid-19 más controlada, la celebración es presencial en Ghana, Gambia y Kenia. Una de las grandes reivindicaciones en este día es lograr que los costes de las transferencias se reduzcan.

En la Tribu CSC conmemoramos esta efemérides explicando qué son y por qué son tan importantes.

¿Qué son las remesas familiares?

La mayoría de personas que abandona su país de origen, sobre todo en determinados puntos del planeta, lo hace con la esperanza de encontrar un vida mejor. Se convierte en emigrante y suele dejar en su país a su familia y su hogar para ello.

Las remesas familiares son aquellos envíos de dinero u otros recursos desde sus nuevos hogares a su país de origen con el objetivo de ayudar a la familia que dejan detrás. Según la ONU, estas remesas o «pagos transfronterizos» pueden ser de un valor «relativamente bajo» si se analizan desde un punto de vista individual, «pero estos flujos triplican el importe que se destina en todo el mundo a la asistencia oficial para el desarrollo«.

Es decir, que suponen un auténtico sostén de las mermadas economías de millones de familias en todo el mundo, contribuyendo de forma indirecta a la economía de cada país.

¿Por qué son importantes las remesas familiares?

Las remesas familiares ayudan a atender muchas necesidades básicas, pero también pueden contribuir a que un niño o una niña tenga una oportunidad y pueda, por ejemplo, formarse adecuadamente. Son importantes porque, subraya la ONU:

«Tienen efectos transformadores en los hogares y las comunidades locales y favorecen que muchas familias logren sus propios Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)».

Los ODS son 17 y están relacionados con el fin de la pobreza y el hambre, la salud y bienestar, la educación de calidad, el trabajo decente y el crecimiento económico o la reducción de las desigualdades, entre otras.

Según los datos de la ONU, alrededor del 75% de las remesas familiares se utilizan para satisfacer «necesidades diarias» de las familias de los migrantes. El 25% restante, que equivaldría a 150.000 millones de dólares al año, «puede ahorrarse o invertirse en la creación de activos o generadores de ingresos, especialmente en zonas rurales».

630.000 millones de dólares en 2022, según el Banco Mundial

En mayo, el Banco Mundial emitió un comunicado con sus previsiones sobre las remesas familiares para este año. Su previsión es que crezcan un 4,2% este año hasta llegar a los 630.000 millones de dólares. En 2021, pese a la pandemia, el crecimiento fue del 8,6%.

La situación sanitaria y la Guerra de Ucrania también influye en estos movimientos. Ucrania es, de hecho, el mayor receptor de Europa y Asia central de las remesas familiares y la previsión es que estas aumenten un 20% durante este año. Por el contrario, otros países de Asia central recibirán menos flujo económico porque Rusia es su «fuente principal».

Desde España el principal receptor de remesas familiares es Colombia, seguido de Marruecos, que el año pasado experimentó un incremento del 33%, desbancando a Ecuador como segundo país receptor de dinero y otros recursos por parte de los inmigrantes que viven en nuestro país.

El coste del envío, el gran problema de las remesas familiares

Pese a los efectos positivos de las remesas familiares, existe un obstáculo importante: el alto coste de las comisiones que se pagan para la transferencia de dinero. Según datos del Banco Mundial, el coste de enviar 200 dólares estadounidenses fue del 6% en el último trimestre de 2021. Es el doble del 3%, la meta establecida por los Objetivos de Desarrollo Sostenible de aquí a 2030.

La región más barata a la que enviar dinero es Asia meridional (4,3%) y la más costosa, África subsahariana (7,8%). Si se redujeran las comisiones por el envío de remesas familiares en 2 puntos porcentuales, se ahorrarían 12.000 millones al año para los migrantes internacionales procedentes de países de ingresos de medio a bajo. Sin embargo, ante la posibilidad de que los sistemas de pago transfronterizos se vuelvan «multipolares» y «menos interoperables», es posible que esa reducción al 3% defendida por la ONU no sea posible a corto plazo.

El Banco Mundial, de hecho, ha puesto en marcha un grupo de trabajo internacional para mejorar estos datos. El objetivo es trabajar en la reducción de los costes y ayudar a aumentar el volumen de dinero que llega a los países en vías de desarrollo. «Esto servirá de respaldo para el primer objetivo del Pacto Mundial de la Migración, que consiste en mejorar los datos», afirma el comunicado de este organismo económico internacional.

Flujos anticíclicos que contrarrestan la recesión económica

Según las Naciones Unidas, los flujos de remesas familiares se han multiplicado por cinco en los últimos 20 años y han servido «para contrarrestar las recesiones económicas en los países receptores por su carácter anticíclico».

Esto ha quedado demostrado durante la pandemia de la Covid-19. Las primeras previsiones eran de «fuertes caídas» de las remesas familiares y sin embargo el descenso solo fue del 1,6% en 2020 con respecto a 2019.

«La resiliencia de esos flujos no sorprende. Las remesas constituyen la vertiente financiera del contrato social entre los migrantes y sus familias en sus países de origen. Si bien estos flujos de entrada ascienden a miles de millones, la cifra más importante corresponde a las remesas mensuales de un promedio de entre 200 y 300 dólares».

Las tecnologías digitales permitieron en gran parte que se mantuvieran los flujos (aumentaron un 65% en 2020, hasta alcanzar los 12.700 millones de dólares). La digitalización es «más económica» que las transferencias de efectivo y ha reforzado la adopción del «dinero móvil», lo que, mantiene la ONU, «promueve la inclusión financiera de los migrantes y sus familias».

Por eso, en el Día Internacional de las Remesas Familiares, las Naciones Unidas hacen un llamamiento a los gobiernos, el sector privado, las organizaciones de desarrollo y la sociedad civil para que «promuevan las soluciones digitales y financieras para que las remesas impulsen una mayor inclusión y resiliencia sociales y económicas«.