Semana Mundial del Parto Respetado

La Semana del Parto Respetado exige concienciación para respetar los derechos de las madres y sus bebés

¿Por qué una Semana Mundial del Parto RespetadoCuando alguien pregunta las razones para rememorar algo es porque no cree que haya un problema con lo que se recuerda; esto pasa con muchos días conmemorativos, desafortunadamente.

Semana Mundial del Parto Respetado

Partimos de la base que un parto DEBE ser SIEMPRE RESPETADO, o sea que si tenemos que recordar que las decisiones sobre su cuerpo y su bebé son de las madres es porque esto no está sucediendo en el mundo (recordemos el informe de la ONU sobre la violencia obstétrica).

Siempre me ha chirriado que se use la palabra humanización del parto. ¿Humanizar lo humano? Supongo que es una forma de constatar que hay mucho trabajo por hacer, tarea que comenzó hace más de una década un equipo de profesionales que dedicaron tiempo y esfuerzo en generar una guía de trabajo, que sigue avalada por el Ministerio de Sanidad.

 

Semana Mundial del Parto Respetado

Este año nos toca reivindicarlo con fuerza, porque con la pandemia se han saltado en muchos lugares, incluso en contra de las recomendaciones de instituciones internacionales, los derechos de madres y bebés sin pensar en las secuelas que conlleva separarles y el impacto de parir sola.

Un poco de historia

Historia de la maternidad y la partería… complicado resumirlo. En pocas palabras, el parto era atendido por matronas en las casas de las mujeres. Hubo épocas en las que la formación de las parteras era como la de los médicos o barberos, había más observación e incluso superstición que estudios, pero no me voy a centrar en esa etapa.

 


H
ará unos 50-60 años, las mujeres empezaron a parir en hospitales y se incluyó a los médicos en dicha asistencia, estamos hablando de un momento en el que la ciencia iba haciendo grandes avances: higiene, medicamentos, antibióticos, métodos diagnósticos… Todo con el objetivo de mejorar la salud de las personas.

El ámbito obstétrico no fue menos: métodos para verificar el crecimiento del feto, medir la salud de la madre y controlar el parto… toda una cascada de intervenciones que, bien usadas, son un gran ventaja; pero también un arma de doble filo porque con la excusa de preservar la salud del bebé se empezó a abusar de tanto CONTROL.

 

 

Control por parte de los profesionales sanitarios sometiendo a la mujer a lo que ellos decían, sin contar en absoluto con la opinión de las mujeres. A la par, la figura de la matrona iba desapareciendo por diversos motivos y el paternalismo en la medicina y la cientificación sanitaria inundaban la atención a la salud.

Mujeres tumbadas sin posibilidad de moverse, sin acompañantes, pegadas a un monitor en el que podía saltar una alarma en cualquier momento, uso de medicaciones para acelerar el parto, episiotomías rutinarias, separación del bebé a la sala de nidos, etc.

 

 

El dolor se intensificaba con todo esto, así que la analgesia epidural llegó como una verdadera bendición, una buena herramienta pero también una intervención más al proceso ¿Lo hacían para “fastidiar”? No, claro, que no. Todo su afán era mejorar, pero en toda esa vorágine de avances se perdió de vista lo realmente importante: la madre y su bebé. 

“Así que ¿es mejor parir a la vieja usanza, con dolor y más muertes?” O “¿parir como en el oeste?” Ese tipo de frases las he oído tantas veces… No. Equilibrio, esa es la clave, se trata de acompañar y asistir, interviniendo si hace falta, pero sin caer en el bucle de meter demasiado la mano.

De qué se trata un parto respetado

Volvemos a la frase de HUMANIZAR, humanizar lo humano significa:

RESPETAR las decisiones de cada mujer.
Tratar con DIGNIDAD a cada persona implicada.
Ofrecerles el mejor acompañamiento y la asistencia que necesiten, según sus preferencias y las circunstancias de salud que se den.
Usar las intervenciones cuando estas sean necesarias con toda la información para la mujer y su familia.
Educación prenatal de calidad para tener información de cómo parimos y recordar todos los derechos.

Todo esto es importante

Primero simplemente por derecho, por dignidad y por respeto. También por la salud física y emocional de la madre, de su bebé y del entorno familiar. Cómo nacemos y cómo parimos nos marca de una forma muy profunda para toda nuestra vida.

 


ya puestos, por la salud mental de los profesionales sanitarios que luchamos por mejorar la asistencia al parto y nacimiento contra viento y marea; porque no es nada fácil trabajar contra corriente en algunos sitios.

A quien le escueza escuchar esto

Hay quien se ofende cuando usamos términos tan claros como violencia obstétrica. Señoras y señores: es una realidad que debemos cambiar de raíz nuestras creencias, es duro tomar conciencia de que quizá, tal y como has estado trabajando durante años haya estado sembrado de intervenciones y actitudes nada respetuosas… Pero de sabios es rectificar y es hora de curar heridas que duelen.

 

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No
se trata poner parches, ni buenas palabras o amabilidad encubriendo un “si yo lo que necesitas”, planes de parto que “se respetarán si es un parto normal” o coletillas similares, decoraciones monas o camillas de parto para poner en mil posiciones si detrás no hay un cambio de ACTITUD real.

Esto es posible, esto se está haciendo, sigamos trabajando por ello profesionales, mujeres y familias. Ojalá lleguemos al  momento en el que no haga falta celebrar esta semana del parto respetado, porque realmente todas las mujeres den a luz con RESPETO.

 

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