Expertos en desarrollo recomiendan la serie “Bluey”

Cada vez más niños y adultos quedan cautivados por Bluey, una serie de animación australiana protagonizada por una familia de perros capitaneada por Bluey de 6 años. Y los expertos la recomiendan porque refleja lo que la psicología infantil lleva investigando durante años: que los niños aprenden a través del juego.

Junto a su hermana Bingo de 4 años; su madre Chilli y su padre Bandit, la serie de animación representa la infancia a la vez que retrata la realidad de ser padre y madre en el mundo actual, aunque eso sí, con multitud de tiempo y paciencia.

Y aunque la serie llegue cargada de aprendizaje, no hay que olvidar que los menores de 2 años no deberían ver ningún tipo de contenidos en las pantallas, mientras que los más mayores, deberían tener un tiempo limitado, priorizando siempre las actividades al aire libre, el ejercicio físico y el juego. Pero, ¿qué enseñanzas deja la serie Bluey para los más peques?  

1. Apoyar la creatividad de los niños y niñas

Diferentes investigaciones señalan la innovación creativa como una de las principales habilidades que los peques necesitan para enfrentarse con éxito a los desafíos futuros. Bluey lo recoge en diferentes capítulos, pero uno de los más significativos es el titulado “Lluvia”.

En él, Chilli y Bluey quedan atrapadas en un diluvio de agua. Mientras Chilli corre hacia casa, Bluey está emocionada de estar bajo la lluvia y comienza a construir una presa para el agua. Cuando ya no puede contener el agua con sus manos, prueba todo tipo de objetos domésticos (bloques, un paraguas, una casa de muñecas) para conseguirlo. En ningún momento se da por vencida y continúa buscando soluciones creativas para lograr su objetivo.

Pero, además, Chilli, al ver lo motivada que está su hija, decide desafiar a la lluvia y ayudarla a construir con éxito la presa. Y lo hace fomentando la creatividad, al hacer preguntas abiertas permitiéndole explorar diversas formas para lograr su objetivo.

2. Utilizar materiales del día a día para jugar

Muchas veces nos empeñamos en regalar todo tipo de juguetes a los peques, para comprobar después que pasan horas con las cajas de cartón, el papel de regalo o los tuppers. Y justo eso es lo que refleja el episodio “Flatpack”, en el que Chilli y Bandit dejan las cajas de los muebles nuevos en el patio para deleite de Bingo y Bluey. Ellas las usan para construir un mundo de fantasía, dejando volar su imaginación para nadar con peces en un estanque de espuma o saltar como ranas en una isla de cartón.

Es lo que los expertos en juego denominan “piezas sueltas”: aquellos objetos sin un propósito definido para el juego que pueden usarse de muchas maneras y estimulan la creatividad de los niños. Y este capítulo es la mejor muestra del juego libre, en el que se comprueba cómo los peques pueden jugar sin juguetes convencionales ni la orientación de un cuidador.

3. Procesar las emociones a través del juego

A través del juego, los niños y niñas procesan las emociones y experiencias difíciles. De hecho, según los expertos, los juegos de simulación, teatro o juego simbólico les da a los peques la libertad de trabajar sus miedos y emociones.

Así, en el episodio “Copycat”, Bluey y Bingo encuentran un pájaro herido y lo llevan al veterinario. Posteriormente, ambas representan una escena de teatro en la que Bingo hace el papel del pájaro y recrea lo sucedido por la mañana. Cuando Chilli, que interpreta al veterinario, le dice a Bluey que Bingo está mejor, Bluey protesta: “No, tienes que fingir que son malas noticias, que el pajarito está muerto”.

También en el episodio “Early Baby”, la amiga de Bluey, Indy, usa el juego para superar una experiencia difícil: tener un hermano pequeño en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales. En la clase, Indy y sus amigos juegan a que tienen que lavarse las manos antes de sostener a una muñeca y la dejan en una pecera con agujeros (la incubadora).

4. Promover relaciones multigeneracionales

Bluey refleja también la relación de los peques con sus abuelos. Así, en “Abuelitas”, Bluey y Bingo se visten de abuelas en busca de una lata de frijoles. Tras no ponerse de acuerdo, deciden hacer una videollamada con la abuela para resolver el conflicto.

Por su parte, en el episodio “Teléfonos”, las niñas le enseñan al abuelo cómo crecer en el mundo digital creando teléfonos inteligentes falsos con cartón y lápices. Tras ello, le enseñan cómo navegar por varias aplicaciones para pedir comida. Así, el abuelo crea la app “Croc Catcher” con un cocodrilo de peluche y un lápiz para que las niñas lo llamen si necesitan ayuda.

Según las investigaciones, las relaciones entre los abuelos y los nietos benefician a ambas generaciones. Así, los primeros pueden enseñar a los peques la historia de la familia, mientras que los segundos los ayudan a adaptarse al mundo moderno. Las videollamadas ayudan a favorecer este vínculo, y así se refleja en el episodio “Phones”, cuando Nana aprende a encajar el perfil en el marco del chat de vídeo. Por su parte, el abuelo al principio parece desconcertado con el uso de aplicaciones para todo, pero las niñas le ayudan a hacerlo a través del juego.

5. Fomenta la autorregulación

El episodio “Wagon Ride” representa una escena muy común entre adultos y peques. En él, Bandit se encuentra con un amigo y comienza a hablar con él. Tras un rato, Bluey interrumpe a su padre. Después, Bandit trabaja con su hija para controlar el impulso de interrumpirlo a la vez que se sienta reconocida por su padre: cada vez que Bluey quiera llamar la atención de su padre, puede colocar su mano sobre el brazo y él colocará su mano sobre la de ella para hacerle saber que es consciente de que ella está esperando.

Según los expertos, ayudar a los niños a desarrollar habilidades de autorregulación, como la capacidad de esperar con paciencia ayuda a obtener mejores resultados en la vida. Así, los niveles más altos de autorregulación suelen estar relacionados con una mejor salud mental y un mejor rendimiento académico.

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